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Lucía Topolansky: ¡Si yo fuera el tribunal Nobel, no tendría dudas sobre el premio para los médicos cubanos!

Lucía Topolansky es la senadora más votada del Uruguay. Fue vicepresidenta de la República entre septiembre de 2017 y febrero de 2020, la primera mujer uruguaya en esa responsabilidad.

Es un símbolo del país, y no por estrella de moda. Guerrillera que fue encarcelada, que se escapó y volvió a ser apresada hasta el fin de la dictadura; luchadora social incansable hasta hoy, mujer empoderada en el gobierno del Frente Amplio, compañera de lucha y de vida desde sus tiempos de juventud del expresidente uruguayo Pepe Mujica. Lucía es una mujer sencilla, de palabras rectas, de voz cálida, de una memoria cronológica y afectiva impresionante; de anécdotas de vida, y de planes, sueños y acciones en sus 76 años… La conocí años atrás en Uruguay. Ahora el reto era entrevistarla por whatsapp. Entre el barrio habanero de La Víbora y La Chacra de Montevideo fluyó el diálogo. ¡Las comunicaciones se portaron inmejorables! Una suerte de plan A, B y C, como estamos entrenados en Cuba, nos dieron varias copias de la grabación, por si acaso… Mi hijo, joven estudiante de música armó todo un tinglado tecnológico… ¡igual estaba emocionado! Y cuando sonó el teléfono, ella estaba del otro lado de la línea con su invariable acento rioplatense:

Lucía Topolansky-. ¡Hola!, ¿cómo está?

Maribel Acosta Damas-. ¿Cómo está usted Lucía?

LT-. Muy bien. Aquí estamos trabajando un poco en mi casa, porque como tengo 76 años, todavía no me puedo integrar a toda la actividad legislativa.

MAD-. ¿Y está bien de salud?

LT-. De salud estoy perfecta, lo que trato es de evitar contagiarme con la pandemia…

MAD-. ¿Y Pepe cómo está?

LT-. ¡El Pepe está fenómeno! El problema que él tiene, aparte de sus 86 años, es que no se puede vacunar por una enfermedad anterior que tuvo, entonces los que estamos en derredor nos tenemos que cuidar mucho para no contagiarlo porque no tiene ninguna posibilidad, inclusive con la vacuna, y por otro lado, la vacuna va a demorar en llegar todavía…

MAD-. ¿Y cómo se sienten en la chacra, están muy aburridos, porque ustedes están acostumbrados a la vida social activa?

LT-. No, yo en mi casa jamás me aburro porque vivo en la zona rural de Montevideo…

MAD-. … Yo estuve ahí con ustedes en el 2005…

LT-. ¡Ah bueno!!! Nosotros acá siempre tenemos cosas que hacer. Ahora tenemos tomates plantados, maíz, girasoles, tenemos gallinas… Siempre hay algo que hacer acá… El que se aburra es porque es muy torpe… Y después, con la computadora yo trabajo en las comisiones del Parlamento a distancia, hago todo lo que puedo hacer con todo esos mecanismos nuevos que hay ahora de zoom y eso… y voy siguiendo la realidad y alguna reunión hacemos en mi casa porque la hacemos al aire libre y con distancia, de a poquitos compañeros, pero se extraña la actividad política. Nosotros ahora estamos en la oposición y no hay movilizaciones en la calle, no hay nada. Entonces es muy muy difícil seguir el ritmo.

MAD-. ¿Y cómo están manejando en Uruguay el tema de la Covid?

LT-. Nosotros desde el punto de vista sanitario hemos estado bastante bien porque nuestro gobierno le dejó al gobierno actual un sistema nacional integrado de salud muy sólido y que de Latinoamérica es el que invertía más en salud con un 9.5 por ciento del Producto Interno Bruto. Eso con una buena plataforma informática que permitió hacer telemedicina, ayudó muchísimo. Además somos un país con poca población. Nuestro mayor problema es la frontera con Brasil que es de donde nos ha venido parte de la pandemia y de la gente que vino del exterior. En las fiestas de fin de año tuvimos un aumento de contagios y ahora estamos en verano aquí, eso hizo subir las cifras de contagios… Y lo que le sucedió al sistema de salud es que perdió el hilo epidemiológico. Ahora están tratando de retomarlo y esperando a ver si en el mundo se dignan a vendernos alguna vacuna. Esa es la realidad. Derivado de esto, nuestro problema mayor no es sanitario, es económico porque hubo mucha gente que perdió el trabajo.

MAD-. En medio de este complejo escenario, usted postuló a los médicos cubanos al Nobel de la Paz 2021. ¿Cómo fue este proceso?

LT-. Nosotros conocimos el programa de los médicos cubanos cuando empezó. Nos llamó la atención. Le hicimos seguimiento. Vimos lo que había sucedido en muchos países africanos, en Pakistán y en otros lados del mundo. Cuando en el año 2005 nosotros ganamos el gobierno en Uruguay, aquí vino la primera delegación de médicos cubanos y ahí los conocimos en vivo y en directo. Conocimos a varias delegaciones y ellos nos ayudaron a instalar un hospital de ojos porque en Uruguay hay una población bastante envejecida y unos de los problemas que tenemos son las cataratas. Entonces la operación de cataratas todavía no se hacía en Uruguay. Estábamos empezando a hacer la reforma de salud en el país; ¡y los privados cobraban un disparate, por cada lentilla, por cada operación! Entonces en un hospital antiguo que había, se reformó y se instaló la operación de cataratas. La colaboración de los cubanos permitió hacer casi 100 mil operaciones de cataratas y eso fue una maravilla para la gente que estaba ciega prácticamente, que no había conocido a su nieto que había nacido. Esa operación se llamó Milagro. Al principio los operados viajaron a Cuba pero después la operación se hizo acá, se capacitó personal y ese hospital marcha muy bien.

MAD-. ¿Ese hospital todavía existe dando servicios oftalmológicos?

LT-. Sí, todavía existe. La duda que tenemos nosotros ahora es que la oposición ganó las elecciones en el 2019 y ellos no le tienen ninguna simpatía a ese servicio. Nosotros vamos a luchar por su defensa, sobre todo con la Asociación de jubilados… Y retomando el vínculo con los médicos cubanos, en nuestro gobierno, después de la Operación Milagro, vino la colaboración en prótesis, inferiores y superiores. Eso fue una maravilla también porque la posibilidad de poder caminar con una pierna ortopédica le cambia la vida a la gente. Entonces vimos que esa solidaridad era una solidaridad generosa, porque nosotros no estábamos en una catástrofe extrema como pudo estar Pakistán en su momento con el terremoto, pero nos permitió no solo montar esos emprendimientos sino además capacitar gente y sobre todo solucionar el problema a una gran cantidad de uruguayos. ¡Eso para nosotros es inolvidable! ¡Y cuando nos enteramos de que estaba este proceso por el Nobel, no dudamos! Es más, me decía Pepe que él también se quería sumar, lo que pasa es por una cuestión de papeleo no llegó a la parte formal de la postulación pero sí empezó a hablar del tema y también apoya que se de ese premio. La mayor importancia de ese premio es simbólico. Es que el mundo reconozca que puede haber gente que colabora por solidaridad, por vocación. Vimos también todo lo que hicieron los médicos cubanos en Brasil durante el gobierno de Dilma Rousseff y cómo en esos lugares recónditos del Brasil más profundo, donde no hay nada de medicina, aparecieron médicos que empezaron a atender a la gente. ¡Era como el día y la noche! Desgraciadamente, el gobierno actual de Brasil dio marcha atrás con ese programa pero creo que cuando la solidaridad es tan generosa no cabe la duda de lo que merece.

MAD-. ¿Usted ha visitado Cuba varias veces verdad?

LT-. Sí. Yo he estado unas tres veces en Cuba. Conocí Cuba en el año 2000. Era un año difícil. Me quedé encantada porque a pesar de todas las dificultades económicas con ese bloqueo de más de 60 años que es criminal, la gente iba para adelante. Después volví en dos oportunidades más y pude conocer a Fidel.

MAD-. ¿Cómo conoció a Fidel?

LT-.Una de las veces que fuimos, Pepe era Presidente de Uruguay. Fidel ya estaba enfermo y fuimos a su casa y nos dio una clase de cómo se hacía el yogurt de oveja y de los experimentos que estaba haciendo. Y la verdad es que fue un placer escucharlo. Yo lo había visto a Fidel de cerca dos veces. En el año 1959 yo cursaba 3er año del Liceo y había inundaciones en el Uruguay. La Revolución Cubana recién empezaba y Fidel vino al Uruguay; y con el que fue después el Presidente del Frente Amplio, el General Líber Seregni, Fidel recorrió todos los lugares de las inundaciones y después participó en un acto político en la Plaza del municipio. Yo era una muchacha de Liceo y lo fui a escuchar porque en aquel entonces nosotros no sabíamos bien cómo era el proceso de la Revolución Cubana. Muchos años después, en 1985 cuando ya no estaba la dictadura en Uruguay y que gobernaba el Doctor Julio María Sanguinetti, él invitó a venir a Fidel y ahí lo vi por segunda vez pero nunca había tenido oportunidad de hablarle hasta que lo conocí en La Habana. Es de esas experiencias que tuve que uno guarda para el resto de su vida.

MAD-. Usted ha sido una defensora siempre de las causas populares, de los derroteros de los pobres, su vínculo con la ciudad de Montevideo y sus causas… y siempre me asalta la pregunta, ¿cómo una mujer de un origen burgués como el suyo se ha entregado a las causas de justicia social?

LT-. Mire… cuando yo estaba en el Liceo, empecé a ir con una asistente social a hacer trabajo social en los barrios periféricos de Montevideo, que eran zonas muy pobres, sobre todo de gente que en esos años emigraba del campo a la ciudad en busca de oportunidades laborales. Y ahí me di cuenta que había varios Uruguay con gente con distintas condiciones. Después conocí el mundo de los cortadores de caña, que era de los sectores más explotados que tenía el país. Y así me fui dando cuenta de que había otras realidades de las que no todo el mundo hablaba y que no eran titular de prensa. Esos años eran a su vez del auge de lo que se llamó la iglesia del Tercer Mundo, había algunos en Uruguay de esa línea de trabajo y discutíamos mucho y ahí uno se empieza a politizar, yo me vinculaba a nivel de los estudiantes. Peleábamos para que el boleto del ómnibus fuera accesible para los estudiantes y de ese modo me fui acercando a la lucha política. Lo que pasa es que Uruguay hasta el fin de la guerra de Corea en los años 50 estuvo bastante bien económicamente porque la guerra favoreció los precios de intercambio comercial y como el Partido Colorado, gobernante en ese periodo, tenía una fuerte impronta socialdemócrata, había cierto margen de bienestar y se habían votado una serie de leyes interesantes en favor de los trabajadores como la conocida como Ley de la silla, para que la gente no estuviera parada durante mucho tiempo en el lugar de trabajo; las mujeres habían ganado el derecho al voto, el derecho al divorcio por su propia voluntad de la mujer; y esto traía que el Uruguay tenía una situación sui generis en el contexto latinoamericano. Pero con el fin de la guerra eso se acabó, acá llegó la crisis, que luego generó la dictadura. En esos años hubo mucha lucha… El deterioro económico le pegó mucho a la gente y nosotros nos sumamos a esa lucha. En el año 1964 Uruguay había hecho algo notable: el Congreso del Pueblo, donde reunió a sindicalistas, estudiantes, académicos, pequeños y medianos comerciantes, pequeños y medianos productores; a toda la gente progresista. La discusión fue ¿hay un Uruguay posible donde podamos vivir mejor? Entonces trabajamos un programa de gobierno. Como consecuencia de eso se logró la unidad de la Central Obrera en una sola central, lo cual fue un avance enorme en la lucha. Después se logró la creación del Frente Amplio. Es decir, que encontramos una fórmula para juntar todas las fuerzas de izquierda que nos permitió en el año 2004 llegar al gobierno. Acabamos de cumplir 50 años de esa coalición y esperamos cumplir otros 50 y otros más. Así pudimos llegar al gobierno y generar cambios en el Uruguay, y fue en el marco de esos cambios, que pudimos generar los programas con apoyo de los médicos cubanos.

MAD-. ¿Tantos años de lucha no le han traído frustraciones o arrepentimientos?

LT-. ¡Ayyyyy!!!! En la lucha lo que uno tiene que saber es que cuando uno se cae se tiene que levantar. La única lucha que se pierde es la que se abandona. Nosotros tenemos esa consigna y no tenemos ninguna intención de abandonar la lucha porque todavía hay una montaña de desigualdades y la igualdad es algo que cada vez parece más cuestionada en este mundo; la concentración de la riqueza que hay en el mundo pega sobre la igualdad y sobre los derechos de la gente.

MAD- Es cierto… le pregunto entonces, ¿se considera feminista? También defiende las causas de las mujeres…

LT-. Mire, hay montón de definiciones de todo tipo sobre el feminismo. Yo creo que lo que no debemos olvidar nunca es la lucha de clases. No se trata solo de que la mujer llegue al gobierno, a responsabilidades políticas y de conducción. En algunos países ponen leyes de cuotas y demás. Sin embargo, hay mujeres que van a estar siempre excluidas por una cuestión de clase social. Entonces para mí son dos luchas que van de la mano; la lucha de clases y la lucha feminista. No todas las definiciones de feminismo llevan los dos componentes. Creo que hay que rescatar un poco un manifiesto de la Revolución Francesa, El Manifiesto de los iguales, que dice: “Iguales hasta debajo del techo del hogar”, hablando del hombre y de la mujer. Voy por ese concepto.

MAD-. ¿Y a usted le ha sido así en casa con Pepe Mujica?

LT-. Jijiji… Sí. Yo he tenido suerte en mi vida en ese tramo, pero todavía vemos en el mundo muchas situaciones de violencia doméstica. Ahora con el encierro por la pandemia ha aparecido más. Todavía hay trata de mujeres y de niñas, abuso sexual… eso se da y en Uruguay también. Si bien en Uruguay avanzamos tempranamente en muchos aspectos -en 1910 votó la mujer en Uruguay y desde hace algunos años se aprobó la interrupción del embarazo- hay que estar siempre atentos y no pasa solo por los cupos de representación parlamentaria… yo ahí me peleo a veces con mis colegas de género…

MAD-. Lucía, ¿por qué no tuvo hijos?

LT-. ¡Porque yo andaba siempre corriendo en la vida! ¡jejejejeje!!!!! Yo era muy joven la primera vez que caí presa, me fugué; después volví a caer presa y pasé casi 13 años en la cárcel y entonces los tiempos de la vida me llevaron por otros caminos. Me dediqué a la militancia pero no me trauma esa situación. Uno toma opciones en la vida y yo abracé una causa que hasta el día de hoy la considero justa, he seguido con ella adelante con aciertos y con errores y creo que vale la pena. Esa fue mi opción de vida.

MAD-. Hablando de opciones… ¿cuál es su valoración sobre Cuba? ¿Cómo la mira?

LT-. Miro a Cuba desde muchos ángulos: José Martí representó a Uruguay como Cónsul entre 1884 y 1892, en que vivió en Estados Unidos; para decirle un hecho histórico. Cuando yo tenía unos 10 años tuve la oportunidad de conocer a la bailarina cubana Alicia Alonso. Ella bailaba en ese entonces, antes del triunfo de la Revolución Cubana, con el Ballet de Nueva York y vinieron a Uruguay. Las entradas eran muy caras pero mi abuela decidió que las tres nietas mujeres teníamos que ver eso porque era maravilloso. Entonces consiguió las entradas y nos dijo, casi nos amenazó: “¡ustedes miren bien como baila esa señora porque no van a ver nada mejor en el mundo!” ¡Y yo hasta el día de hoy tengo en mi memoria aquellas imágenes! ¡Ese fue un contacto tremendo con Cuba! Después había una exilada cubana en Uruguay que se llamaba Juana Callorda, era enfermera y en las noches cuidaba a mi otra abuela que era muy anciana, y nosotros en las noches íbamos a hablar con ella y nos contaba de Cuba, quién era Fulgencio Batista y nos contó un montón de cosas… Esos fueron los acercamientos indirectos que fui teniendo… Yo también soy una lectora empedernida de Alejo Carpentier, ese escritor maravilloso… y entonces empecé a leer sobre Cuba y leí la Historia de Cuba. Y cuando Fidel protagoniza el Asalto al Cuartel Moncada en 1953 yo me enteré porque acá se hablaba de eso… ¡pero claro, era un mundo bastante lejano para mí en esos años! Y después de 1959 ese mundo se acercó porque fue en esos años en que yo conozco a Fidel y luego en 1963 en el Encuentro de la Alianza para el Progreso en Punta del Este en Uruguay, vino por Cuba el Che Guevara. El después vino a Montevideo y dio una charla en el Paraninfo de la Universidad. El presentador de esa charla era Salvador Allende y yo estaba ahí ¡No imaginábamos que esas dos personas; quien presentaba al Che y el Che, iban a protagonizar sucesos tan importantes de la historia de Latinoamérica! Se creó un Comité de apoyo a la Revolución Cubana. Yo milité allí. Me acuerdo que hicimos una colecta para comprar un tractor y mandar un tractor para Cuba. Fui siguiendo el proceso, leyendo, enterándome de las cosas… pero casi recién fue que tuve oportunidad de conocer Cuba. Siempre he tenido ese vínculo, creo que es un pueblo hermoso, tremendamente culto, que ha tenido que padecer más de 60 años de bloqueo… ¡Es increíble porque uno lee cosas y no se puede creer!!! Conozco la Nueva trova y me hubiera gustado conocer a Haydée Santamaría… Cuba es un pueblo muy valioso que ha sido muy acorralado… Uno siempre tiene la esperanza de que eso termine alguna vez…

MAD-. ¿Usted cree que el Contingente médico cubano Henry Reeve recibirá el Nobel de la Paz? ¿Se los darán?

LT-. No sabría contestarlo porque no conozco bien la composición del tribunal del Nobel, pero se lo tendrían que dar porque yo no conozco otro grupo de médicos de ningún otro país que haya tenido su actitud. No conozco. Hay organizaciones de Médicos sin Fronteras y demás que son tremendamente respetables, pero este despliegue no le he visto jamás… ¡Si algo le sobran a Cuba son los médicos! pero esa obsesión por la educación y la salud en Cuba, trajeron estos resultados. Y tuvieron además la generosidad de no guardarla en las fronteras, la derramaron hacia el mundo, incluso en países muy alejados de la isla. Hace poco leí un relato de unos médicos argentinos que conocieron a los médicos cubanos en África cuando fueron a luchar contra el Ébola, cuando nadie quería acercarse… En esos años en que conocimos Pepe y yo a Fidel, él estaba preocupado por el impacto del Zika en África… Mira, todas las cosas que suceden pueden ser opinables a favor y en contra, pero pegarle a Cuba por la solidaridad de la medicina, es imposible. ¡Si yo fuera el tribunal Nobel, no tendría dudas sobre el premio para los médicos cubanos!

MAD-. En general en estos tiempos de pandemia hemos tenido más tiempo de pensar. Usted que ha estado más en casa, que seguramente ha tenido más tiempo para hacer análisis de su realidad, ¿cómo reevalúa su proyecto político, ahora en la oposición?

LT-. Yo sigo creyendo en mi proyecto político. Por supuesto que muchas veces las circunstancias históricas van cambiando y uno va ajustando las formas pero las esencias son las mismas. Mientras haya desigualdad en el mundo, mientras haya tanta gente sin comer y tanta comida tirada en el mundo, mientras haya un listado dolorosamente largo de injusticias; uno no puede quedarse de brazos cruzados. Por eso yo creo en mi gente y en mi lucha.

MAD-. En estos tiempos de pandemia parecen haberse resignificado las palabras solidaridad y generosidad. ¿Qué cree usted?

LT-. ¡Ojalá el mundo aprenda de este sacudón! Creo que de este sacudón tenemos que aprender el sentido de la solidaridad y que hay cosas que no pueden ser mercancías como la salud y que hay que respetar a la naturaleza. Pero no sé si estaremos a la altura de leer las enseñanzas de este tiempo porque los intereses son increíblemente poderosos y con las redes, las falsas noticias etc… la gente se confunde con globos de colores…

MAD-. ¿Cómo percibe hoy la situación latinoamericana?

LT-. La situación en Latinoamérica está difícil pero yo nunca pierdo la esperanza. Tengo la esperanza de que los chilenos que están en un proceso de elaborar una nueva constitución, pongan fin, finalmente a todo lo que dejó Pinochet, puedan salir adelante y hacer reformas de fondo que mejore las condiciones de vida de su pueblo. No sé qué va a pasar en el Perú, es un país desecho. Ahora estamos expectantes con Ecuador. Le deseo lo mejor al nuevo presidente boliviano Luis Arce y también a los argentinos que están peleando con una herencia económica terrible. Esperemos que el pueblo brasileño se dé cuenta que ese señor que tienen de presidente no es nada recomendable. Creo que estamos peleando y creo en la capacidad de los latinoamericanos de pelear. Lo que más me duele es que nosotros no hemos logrado mantener los organismos de integración; integrarnos, pelear juntos. ¡Yo creo en la Patria grande, en el sueño de los libertadores! En América cada uno está por su lado y parecería que estamos enojados entre todos. Me duele. Ha sido un desastre el papel de la OEA, UNASUR la deshicieron. Esperemos que la CELAC pueda sobrevivir. Tengo más preguntas que respuestas. Estos son los desafíos que tenemos.

MAD-. ¿Sabe usted que Cuba tiene cuatro candidatos vacunales terminando sus ensayos clínicos y el gobierno cubano así como la comunidad científica de la isla han declarado la disposición de poner estas vacunas al servicio de todo el mundo, en especial de Latinoamérica?

LT-. Yo sabía que tenían un proyecto que se llama Soberana. Algo conseguí de información sobre eso. Increíblemente lo conseguí a través de la BBC. Supe que se hicieron acuerdos para ensayos con Irán. Yo lo que pensaba sobre eso es que tanto Argentina como México tienen capacidades de producción de vacunas y los dos son gobiernos amigos de Cuba. Después de hechas las investigaciones son necesarias las producciones a gran escala. Nosotros en Uruguay tenemos un importante número de científicos que han estado trabajando. No tenemos la capacidad de producción de vacunas porque los laboratorios los han cerrado. Nuestros científicos dieron información sobre lo que estaba haciendo Cuba, lo que pasa es que hay mucha censura a nivel del mundo de la información…

MAD-. Le podemos hacer llegar información sobre las vacunas cubanas. Hay mucha información pública sobre esto…

LT-. Sí. A nosotros nos interesa tener la información directa de los países. Saber cuánto ha avanzado porque si hay algo realmente importante es el intercambio entre los científicos.

MAD-. Admiro su trabajo de senadora en este momento… el trabajo en la oposición debe ser muy difícil cuando se ha sido gobierno tanto tiempo…

LT-. Cuando yo ingresé al Parlamento estaba en la oposición. Trabajé 5 años como oposición en el Parlamento. Después trabaje los 15 años en el gobierno nuestro y ahora estoy de vuelta en este recorrido. Nuestro papel fundamental es el control de que no se vaya hacia atrás en lo que hemos avanzado, poder poner en la caja de resonancia, que es el Parlamento, las necesidades de la gente; ahora estamos presentando quince leyes que tienen que ver con la proyección social, porque hablan mucho del déficit fiscal pero no hablan del déficit social; y estamos recolectando firmas contra una ley bastante nefasta que tuvieron los votos para aprobarla y estamos trabajando a ver si la podemos derogar por el mecanismo del referéndum. Yo he peleado en muchas circunstancias distintas, esta es una más. Esta situación de oposición le pegó más a la gente más joven porque hubo compañeros que tenían 10 o 15 años cuando ganó el Frente Amplio y no conocen a otro gobierno que el nuestro. Eso sí ha sido bravo para ellos, pero para los que somos viejos y tenemos muchas cicatrices en nuestra historia, sabemos con qué bueyes tenemos que arar… jajajajajajaja…

MAD-. ¿Cómo es el día suyo y el de Pepe ahí en la chacra en tiempos de Covid?

LT-. Bueno, nosotros tenemos muchas actividades agropecuarias, es más, nosotros hemos colaborado con las ollas populares, porque hay barrios donde hubo que organizar comedores y ollas populares. Entonces hay que ayudar a abastecerles pues el gobierno pone muy poco, y con productos de nuestra chacra y de los vecinos nuestros siempre acercamos un zapallo, verdura, tomates, huevos… además eso es una motivación que uno tiene… Y también hacemos el trabajo por internet y la lectura, el estudio… No perdemos el tiempo acá… Además nosotros tenemos tres ventajas: No tenemos zozobra económica como mucha gente que ha tenido que pasar en esta pandemia; segundo, acá tenemos espacio y vida. ¡No es un apartamento chiquitito donde uno está encerrado, ¿verdad?! ¡Y además, tenemos muchos años de cárcel, así que sabemos lo que es estar encerrados!!! ¡Jajajajajajaja!!!!!! ¡Por donde la mires, tenemos ventaja!!!

MAD-. ¿No se pelean usted y Pepe con tanto tiempo juntos?

LT-. ¡No, para nada, todo lo contrario!!!! ¡Jajajajajajaja…!!! conversamos mucho… De mañana los uruguayos tomamos mate, entonces esa es una hora propicia para la conversación porque el mate tiene sentido cuando uno lo toma compartido y en rueda. Ahora dentro de la casa no hay problemas pero cuando uno sale le piden que no lo tome compartido por el riesgo de contagio. Eso ha sido algo duro para el uruguayo y parte de una cultura y un sentimiento. Pepe y yo nos levantamos temprano porque nos gusta la mañana, la hora más linda, de menos calor… Y de mañana cuando Pepe y yo tomamos mate, conversamos mucho y después cuando cerramos el día también conversamos… Mi casa, por toda la trayectoria de Pepe y mía, es una casa donde viene muchísima gente. Ahora lo tenemos que regular un poco… unos vienen a consultar algo, otros para hablar, otros para sacar una foto… al punto que yo le llamo a nuestra casa el Oráculo de Delfos jajajajajajaja… a pesar de la pandemia eso no ha parado aunque es menos la gente que viene del exterior, porque normalmente todo el que viene a Uruguay pasa por nuestra casa…

MAD-. ¿Qué es lo primero que hará cuando termine la pandemia y se pueda salir a la calle?

LT-. Integrarme plenamente a mi labor parlamentaria como primer deber, y después continuar con ese plan de movilizaciones, tenemos que hacer un congreso de nuestro Frente Amplio… ¡Hay muchas cosas por delante!!!!!

MAD-. ¿Cree que Pepe me pueda dar una entrevista también?

LT-. Sí. Lo podemos combinar. No hay problemas. Lo combinamos y se hace. A veces en el día él tiene varias conversaciones. El otro día estuvo hablando con el Presidente de México. Y entonces nosotros tratamos de hacer una agenda. Este teléfono por el que estoy hablando es del compañero que nos apoya a nosotros. Es como un siete oficios porque nos hace mandados, si hay que arreglar algo en la casa nos ayuda jajajajajajaja… todo… lo arreglas con él que le lleva la agenda a Pepe… ¡y ya!!!

MAD-. Gracias Lucía, por tan linda tarde…

LT-. Yo le quiero dar un abrazo a usted y en su nombre, a todo el pueblo cubano… ¡que no aflojen, que la lucha paga y que para América Latina tenemos la esperanza de que vendrán tiempos mejores!

(∗) Periodista cubana, especializada en Televisión. Es profesora de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana y doctora en Ciencias de la Comunicación.

Fotos: Cortesía de la entrevistada.

(Tomado de Cuba en Resumen)

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