Como profesionales excepcionalmente valiosos catalogó Ricardo Ronquillo, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), a los galardonados este 26 de febrero, cuando mediante videoconferencia fue dado a conocer el fallo del jurado que otorgó el Premio José Martí 2021 a Rosa Miriam Elizalde por la obra de la vida, y de la edición de 2020 del Juan Gualberto Gómez, por la obra del año.
Los premiados ponen de manifiesto que la prensa cubana está llena de talento y de gente honorable, y que no es lo que algunos quieren pintar, subrayó Ronquillo. “Cuenta con profesionales que pueden darle lecciones de periodismo a otros que cuestionan este modelo de prensa”, añadió.
Juana Carrasco, presidenta del jurado, destacó que en las muestras presentadas prevalecen visiones personales que distinguen la labor reporteril. Igualmente, resaltó el manejo sólido de los géneros periodísticos y la originalidad y agudeza en cada tesis e historia.
Respecto a la merecedora del “José Martí”, Ronquillo recordó: “Aunque soy mayor que ella, cuando yo era un pichoncito de periodista e intentaba colarme en las páginas de Juventud Rebelde, ya Rosa, desde muy jovencita, había ganado en el diario una autoridad y un prestigio que se notaba”.
Asimismo habló de la felicidad inmensa y del profundo orgullo que siente al compartir la presidencia de la organización con Elizalde, quien se desempeña como vicepresidenta primera.
Ronquillo subrayó que no existe experiencia de relevancia para la defensa del proyecto político de la Revolución cubana en el ámbito del periodismo digital que no haya contado con la iniciativa y el talento de Rosa Miriam Elizalde, con su preparación y sus estudios.
“Más que honrarla a ella, este premio nos honra a nosotros. Al pensar en el periodista y el sistema de medios públicos que necesitamos, tenemos que pensar en un periodista con sus inquietudes, con ese amor a la profesión y a su país”.
A Rosa Miriam Elizalde la noticia de su “José Martí” la sorprendió transmitiendo la conferencia de prensa virtual, a través del sistema de videoconferencias de la Upec. “Cuando vi entrar a mi hija Alejandra al salón, pensé que algo estaba pasando. No imaginé que, entre compañeros con tanta trayectoria e historia, ese premio fuera a recaer en mí”.
Sus primeros agradecimientos fueron para sus maestros, viejos periodistas que merecieron el lauro y se marcharon sin él, entre ellos Guillermo Cabrera Álvarez, Manuel González Bello y Agustín Pí, y para el equipo de trabajo de la Upec, su otro hemisferio, “por los sueños diarios compartidos y por las posibilidades de innovar y experimentar”.
Muy merecido reconocimiento, que como un lector más, comparto y hago extensiva felicitación a Rosa Miriam. Ya lo dije y no temgo a menos repetirlo: Rosa Miriam es una muestra casi perfecta de la integralidad del periodista a que aspiramos. Empiezan a verse buenas cosechas luego de tantos falsos modelos de profesionales que surgieron y se derrumbaron con los fuertes vientos de estos dos últimos siglos.