Partidarios de Donald Trump irrumpieron este miércoles en el Capitolio de los Estados Unidos, donde ocurría el conteo de votos electorales para la confirmación del presidente electo Joe Biden por el Congreso de ese país. Los asaltantes tomaron control del edificio e interrumpieron el proceso por varias horas. Una persona fue declarada muerta y se desconoce el número de heridos.
Desde el día anterior miles de personas iniciaron protestas en Washington D.C., impulsados por las palabras de Trump, quien aún sostiene, sin evidencia, que las elecciones del 3 de noviembre fueron fraudulentas. Los miembros del Congreso tuvieron que ser evacuados a locaciones seguras para protegerlos de los asaltantes.
Donald Trump y otros miembros de su partido se han negado a reconocer la derrota, entorpeciendo el traspaso de poder. De hecho, varios congresistas y senadores republicanos alegaron que votarían en contra de la confirmación de Joe Biden, hecho totalmente antidemocrático. Políticos de ambos partidos han acusado al presidente de provocar estos actos violentos. “Lo que pasó aquí hoy fue una insurrección incitada por el presidente de Los Estados Unidos”, dijo el senador republicano Mitt Romney.
Los disturbios fueron sofocados tras la intervención de la Guardia Nacional y el arresto de varias personas. Un toque de queda ha sido instaurado en la capital desde las 6.00 p.m. hasta las 6.00 a.m. de este jueves. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció que el Congreso retomaría el conteo de votos electorales la noche de este miércoles.
Políticos han declarado que debe realizarse una investigación sobre los factores que permitieron este hecho sin precedentes en la historia de la nación norteña. Otros han expresado su indignación respecto a los acontecimientos, entre ellos el expresidente Barack Obama, quien expresó: “La historia recordará la violencia de hoy en el Capitolio como un momento de gran deshonor y vergüenza para nuestro país.”
