Como parte de su investigación mientras trabajaba como productor consultor en Borat Subsequent Moviefilm, el cineasta y activista estadounidense Igor Vamos, abrió muchas cuentas de redes sociales a favor de Trump, las cuales funcionaban como una especie de ventana a la cámara de resonancia del expresidente, que está formada-asegura Vamos-por amenazas desquiciadas de sus seguidores.
Para Vamos, por más escalofriantes que puedan ser esas publicaciones, “su aparición logra sentido al analizar los anuncios que bombardean esas cuentas.
El 16 de enero, Facebook afirmó que “prohibirá los anuncios que promocionen accesorios para armas y equipos de protección en los Estados Unidos al menos hasta el 22 de enero”.
De acuerdo con el analista, en un artículo publicado en The Guardian, ese anuncio es una pieza manipuladora que confirma cómo los algoritmos de la red social continúan dividiendo a las personas en todo el mundo.
“Aproximadamente cuatro de cada cinco anuncios que se muestran en mis perfiles pro-Trump venden equipo táctico claramente destinado al combate”; aunque la situación no es nueva-pues según aduce Vamos, sucede, probablemente, mucho antes de que comenzara el análisis en junio de 2019-se ha tornado altamente preocupante ante una publicidad invasiva e indirecta que promociona armas de fuego a través de anuncios de accesorios militares.
Según un estudio de Pew Research Center, en 2018-asegura Vamos- siete de cada diez adultos estadounidenses están en Facebook, y aproximadamente la mitad de todos los estadounidenses revisan la plataforma todos los días.
“Aquellos a quienes les gustaron y compartieron publicaciones pro-Trump, o que en su mayoría tienen amigos pro-Trump, están siendo bombardeados con publicidad impulsada por el miedo y la agresión que les advierte que almacenen armas y accesorios”.
El profesor asociado de artes mediáticas en el Instituto Politécnico Rensselaer, en New York, considera que el problema al que nos enfrentamos como sociedad no son solo noticias falsas o publicidad política, “son las matemáticas las que impulsan todo el sistema”, pues “las plataformas afirman que sus algoritmos publicitarios nos dan lo que queremos. Ese puede ser el caso con los primeros clics o amigos, pero muy rápidamente el algoritmo está en control. Como el flautista, nos lleva a una tierra de extremos”.
Tal es así que unos meses después de mantener sus identidades en línea con Trump, comenzó a sentir que necesitaba comprar armas.
“Sabía que era irracional y poco práctico dada mi falta de formación y estilo de vida urbano. No obstante, estaba convencido de que las necesitaba. Cuando le dije a mi novia, su respuesta perpleja me hizo darme cuenta de cuán profundamente mi mente había sido manipulada por mis feeds de Facebook pro-Trump”, escribió.
De ahí que insista en que el mayor peligro está en el algoritmo publicitario de Facebook, el cual no ha sido el centro de los debates más recientes, sino la regulación de contenidos y la prohibición de cuentas.
“Los ingresos por publicidad son el alma de plataformas como Facebook y Twitter, y los anuncios de empresas que venden equipos de estilo militar son clave para crear las comunidades llenas de odio que vemos hoy en línea. Para cambiar el violento mundo que Facebook ha creado para el “Ejército de Trump”, será necesario cambiar los propios algoritmos, la arquitectura básica de su publicidad, un mercado que se proyecta, traerá a la compañía cerca de 100 mil millones de dólares el próximo año”.
De acuerdo con Vamos, la Administración del actual presidente, Joseph Biden, necesita establecer un grupo de trabajo para abordar estos problemas, “si permitimos que las empresas de redes sociales como Facebook sigan acelerando la división, la democracia simplemente se desangrará”.