Un periodista europeo, de izquierda por más señas, me ha preguntado
hace unos días: “¿Existe una cultura latinoamericana?” Conversábamos,
como es natural, sobre la reciente polémica en torno a Cuba,
que acabó por enfrentar, por una parte, a algunos intelectuales
burgueses europeos (o aspirantes a serlo), con visible nostalgia colonialista;
y por otra, a la plana mayor de los escritores y artistas latinoamericanos
que rechazan las formas abiertas o veladas de coloniaje
cultural y político. La pregunta me pareció revelar una de las raíces
de la polémica, y podría enunciarse también de esta otra manera:
“¿Existen ustedes?”
Ensayo Caliban, Roberto Fernández Retamar, 1971
Homenaje: Exposición dedicada a Juan Roberto Diago Querol, artista insigne de la vanguardia cubana del siglo XX, leyenda del arte cubano. Otro Diago, su nieto, Juan Roberto Diago Durruthy, artista cubano contemporáneo y también imprescindible en el arte de la isla, pensador, luchador antirracista; dialoga desde el hoy con su abuelo y el tiempo de la Cuba que transcurre… ¿Cómo vinimos a parar de isla a nación?
Maribel Acosta- Homenaje es esta exposición… En la Galería Villa Manuela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Roberto Diago- Es un homenaje a mi abuelo por sus cien años de vida cumplida. Es algo familiar y cercano. Mi abuela me educó para verme a mí en él. O a él en mí…
MA– Tú has dicho otras veces que tu vocación por el arte venía de tu abuela, de lo que fue sembrando en ti…
RD– Sí, fue mi abuela quien me tomaba de la mano y me llevaba los sábados a los círculos de interés del Museo Nacional de Bellas Artes. Allí conocí a Oscar Morriña, a Mercedes Peñaranda… Así fue todo. ¡Yo quería era ser pelotero! ¡Imagínate! nacido y criado en el barrio habanero de Pogolotti. Y ella, mi abuela, poco a poco… todos los sábados me llevaba al museo y me hablaba del mundo que vivió al lado de mi abuelo, al lado de sus padres… Era la hija de José Urfé, uno de los grandes del danzón en Cuba. Eso me fue conformando como hombre, como artista…
MA– Tú de un modo u otro has pasado la vida homenajeando a tu abuelo…en esa especie de puente de continuidad con la obra de un hombre, un gran artista que murió muy joven…
RD- 34 años… no llegó a los 35 años…
MA-¿Qué distingue este homenaje a ese de la vida que le has hecho siempre?
RD- He tenido dos muestras con obras de él, El negro y el puro, en la sede de la revista Revolución y Cultura, en el Museo provincial de Camagüey y en ferias de arte. En Chicago se organizó una muestra, en Pittsburg en Estados Unidos… Lam, mi abuelo y yo… y después yo decía: … ¡pero tiene que estar Mendive! ¡No puede faltar!
Para esta exposición en los cien años de mi abuelo, lo único que traje de él fue su autorretrato y un retrato que le hizo la pintora Loló Soldevilla, quien fue su gran amiga. Y lo demás son piezas alegóricas… Mira, este es el principio de la muestra, casi frente a la puerta de la galería… Es el paño mágico, que conduce al resto de la obra, que hilvana la muestra… Y es que a la hora de curar la muestra Virginia Alberdi, la curadora y directora de esta galería, escogió más piezas pero el espacio siempre dicta la última palabra…
MA- ¿Y cómo concepto, este homenaje qué es?… ¿dónde viaja en sus ideas…?
RD- No quería pasar por alto los cien años de mi abuelo porque el viejo está un poco olvidado… las nuevas generaciones conocen de él muy poco y entonces me dije: voy a poner a hilvanar las piezas sobre él, el autorretrato y el retrato de Loló, con un conjunto de piezas mías… y ese es mi homenaje…
MA- ¿Tú sientes que eres mejor artista que tu abuelo?
RD- No. Para nada, para nada… En arte nadie es mejor que nadie porque el arte es muy libre… unos pueden apostar por una cosa, otros por otra… y cuando alguien me ha dicho a mí la obra tuya sí, la de tu abuelo no, de hecho hasta me he molestado… Esas son posturas de mercaderes, dígase galeristas, curadores e intereses espurios… no… no… no… Mi abuelo hizo en su época lo que tuvo que hacer y yo estoy haciendo en la mía lo que tengo que hacer… creo yo…
MA- Tú no eres un hombre que se pavonea… ¿cómo haces para poner a dialogar esa actitud que se percibe y el ego propio de los artistas?
RD- Hay un patakí yoruba, yo más bien le llamo filosofía africana, que dice: Si no sabes hacia dónde vas, mira para atrás para que sepas de dónde vienes… Y yo vengo de la nada… de una familia negra de clase media. Mi abuela era maestra, que perdió a su esposo, mi abuelo Diago, a los treinta y cuatro años, que se quedó con dos niños… que luchó mucho para formar a mi padre periodista y a mi tía ingeniera forestal… mi mamá, bióloga… y eso se logró luchando, luchando… y lo que he aprendido de la familia es que la vida es el día a día… Eso de pensar los proyectos hechos es vanidad. La vida es el día a día, poco a poco… No somos dioses ¡Ojalá! Yo siempre le digo a mi equipo de trabajo, ¡Ojalá yo tuviera una varita mágica para vencer al tiempo, a las dificultades!, esas que a los humanos nos hacen humanos… Mira ahora mismo, con esta pandemia… por un lado es malo porque mucha gente ha muerto, pero por otro lado, nos ha puesto en nuestro justo lugar. Somos seres humanos… la enfermedad no cree en cosas como que si el blanquito es mejor que el negrito o si el negrito tiene una determinada postura con el blanquito… Ya ves, somos seres humanos, tenemos que cuidarnos… y querernos, porque todos somos polvo… Yo provengo de una tradición que me trasciende… que es la escuela cubana de arte, que es antiquísima…
MA- … Recorramos la exposición desde el principio…
RD- Esta pieza es Paños mágicos. Es una forma de rendir culto al paño que te pone el Babalawo cuando llegas a la estera y te tiras y te consultas… Era sacar del espacio ritual ese paño que está en el piso… voy a magnificarlo a través de mi creación… Está hecho de pedazos de madera este trabajo… Igual defino “mi trabajo”, no mi obra porque considero que la obra es el conjunto de trabajos a través del tiempo… y me falta mucho tiempo… Este paño lo hago con recortería, con cosas que encuentro… Una de las características de mi trabajo es esa… salir y buscar cosas que supuestamente han perdido el valor… revalorizarlas y reactualizarlas…. De ahí sale mi trabajo.
MA– ¿Y este paño mágico que significa para ti?
RD- Es una ola, es el mar… ¡son tantas cosas! Con mi trabajo yo también quiero que el público interactúe, que le ponga la otra mitad que lleva. No me gustan los discursos cerrados. Me gusta que el público interprete el trabajo porque así dialoga, crea…
MA- A mí este paño se me parece un poco a Cuba…
RD- Eso es lo interesante del trabajo artístico, que es polisémico…
MA- Es la ola que se tuerce, llena de pequeñas salpicaduras de espuma y de lo que trae el mar y el tiempo… y que se parece un poco al devenir de la isla…
RD– Sí. No te voy a quitar tu lectura… para nada…
MA– Nos movemos a este trabajo…. Hombre de lucha…
RD- Es el tipo de individuo que yo represento, que me caracteriza y que trabajo desde hace tiempo… es el rostro máscara. Es el individuo que te mira, te reta con su mirada. No habla porque no tiene boca. Le han robado el discurso pero así y todo se impone… con las cadenas de la esclavitud que yo las convierto en collares religiosos que muchos usamos… yo se lo pongo siempre en el cuello y hago la interpretación de los collares de los santos… Tiene una carga simbólica: la religiosidad… rojo y negro es Eleguá… el niño travieso de la religión yoruba que abre los caminos. Y siempre vas a ver que es un trabajo fragmentado, es el mundo roto, el panafricanismo… África que vive fuera de África… vive en el Caribe, en Europa, en Asia…
MA– ¿Y eso cómo lo ves en Cuba?
RD- Igual… tenemos un país ultra africanizado… nosotros somos africanizados desde el lenguaje, de muchas maneras; musicalmente, la culinaria… Recuerdo que una vez un festival culinario en Expocuba… y a mí me daba gracia porque la comida era platanito frito, congrí, pollo en fricasé… ¡y yo decía… jajaja!!!! ¿Y esto? ¡Esto es lo que comemos todos los días! Y me respondieron: ¿Pero se te olvidó que eran las negras las que cocinaban? ¡Ah bueno!!!!! Yo me reía porque decía ¡Esto es Cuba! ¡Somos tan africanos que no los sabemos!
MA-¿Desde tu mirada del africanismo, cómo crees que ha contribuido a la conformación de nación en Cuba?
RD- Ciento por ciento. Como dijera Fernando Ortiz, sin el negro no hubiera Cuba. Somos una mezcla… Fíjate, en ocasiones yo adopto una postura de resistencia porque africano no soy. Cuando he estado en África me doy cuenta de que no soy africano… A veces uno por romanticismo o por recrearse un mundo roto que no conoció, que pudo haber sido pero no es, entonces uno tira mucho hacia allá. Pero soy cubano, tengo una herencia africana pero tengo muchísimo de español. De hecho hablo castellano… mis ideas se expresan en mi lengua… A veces les digo a algunos colegas… Sí… Sí… suave con tema de la resistencia. Es cierto que hay injusticias pero somos lo que somos. No es ese pasado el que vivimos. Ese pasado nos legó algo…
MA- Es como expresa el Caliban de Roberto Fernández Retamar… Con la lengua que nos legó el conquistador Próspero hicimos la patria…. ¿Tú te lo has leído?
RD- ¡Claro! ¿Con quién hablaba hace poco de eso? No he dejado de sombrarme de la edad en que Retamar escribió ese ensayo… Yo lo leí muy joven, estaba en la Base Aérea de San Antonio de los Baños pasando el Servicio Militar cuando leí Caliban… De eso se trata ese ensayo, de pura resistencia… Sí, Sí… decisivo… ¡jajajajaja yo soy un negro ilustrado….jajajaja….!!!!!
MA- Caliban es precisamente eso… el símbolo de la resistencia… Decía Caliban que con las propias herramientas que le diera Próspero para la injusticia, se las apropió para la lucha por justicia. ¿Cómo lo miras tú en tu concepto de vida y en tu imaginario de Cuba?
RD-Como El sueño del pongo del escritor peruano José María Arguedas…
Y así pasaron varios días, hasta que una tarde, a la hora del rezo habitual, cuando el corredor estaba repleto de la gente de la hacienda, el pongo le dijo a su patrón: “Gran señor, dame tu licencia; padrecito mío, quiero hablarte” (…) Cuando le tocó su turno al pongo, San Francisco ordenó a un ángel viejo: “Oye viejo. Embadurna el cuerpo de este hombrecito con el excremento que hay en esa lata que has traído: (…) Hasta allí parecía que esa era la justa retribución de ambos y así creyó entender el hacendado, que escuchaba atento tal relato. Sin embargo, el pongo advirtió rápidamente que allí no terminaba la historia, sino que San Francisco, luego de mirar fijamente a ambos, ordenó que se lamieran el uno al otro, en forma lenta y por mucho tiempo. El viejo ángel rejuveneció y quedó vigilando para que la voluntad de San Francisco se cumpliera…
JMA
RD- … Es que los intelectuales caribeños de la negritud, todos aquellos que estudiaron en París como Frantz Fanon, Aimé Césaire… todos profundamente anticoloniales, defendieron el mismo concepto de la resistencia… Sin embargo, en Cuba lamentablemente convive un pensamiento retrógrado que no quiere que se hable de esto… En Cuba se han ganado muchas cosas, eso no se puede negar… pero de esto hay que hablar…
MA– Es interesante que en Cuba no se dice afrocubano, sino cubano…
RD- Sí, porque a pesar de todos los problemas de nuestro país, hay una dignidad que tiene el negro en Cuba que no la tiene en muchos lugares. Me ha pasado en Estados Unidos, en Francia, en otros sitios en que he convivido con comunidades negras. Los negros allí no miran a los ojos del otro y cuando me ven a mí, cómo yo me llevo con todo el mundo o cómo se llevan los blancos cubanos conmigo, dicen… ¿pero cómo es eso? Y yo digo, pero es que nosotros los cubanos somos así… Tengo una anécdota en Sudáfrica con el artista José Bedia en que fuimos a un baño y le dicen a Bedia, ¡pasa! Y a mí no me dejaban… y Bedia dijo ¿cómo que a él no? ¡Aquí orinamos todos o meamos en la calle! jajajajajajja… La gente no entiende eso… Cuba es otra cosa… Por eso me encanta Cuba…
MA- ¿Y tú, negro cubano, cómo te sientes? ¿Negro, cubano, afrocubano…?
RD- Yo me siento un hombre. Yo he tratado de rebasar esas autolimitaciones. Yo me siento un hombre… y te veo a ti como una mujer, no como una blanquita… jajajajaj
MA- ¿Eso tú lo construiste a lo largo de tu vida?
RD- Sí, sí… lo tuve que construir… mi familia también contribuyó a eso porque desde que eres niño, la sociedad te señala con prejuicios… ¡Ay que negrito más lindo! ¡Qué negrito más educado! En Cuba no se dice ¡Qué blanquito más educado! Sin embargo, se dice ¡Qué negrito más educado! Porque siempre se remite al concepto blanco… Mira, hay una frase que a mí no me gusta mucho, que se emplea a menudo, porque somos racistas inconscientemente… La frase eso es denigrante, que etimológicamente significa, cosa de negro… Entonces se utiliza para devaluar… Y no… ¡el español es tan rico y tiene tantas palabras….! ¿Por qué usar esa? Se quedó en el habla, como el mulato, el hijo de la mula… las mujeres blancas que sus maridos tenían hijos con las negras y salió aquel que era llamado hijo de la mula, la que no fue al pesebre a ver al niño Jesús… hoy es algo incorporado, naturalizado… pero esos fueron los orígenes…
MA- ¿Cómo combinas sentirte un HOMBRE con tu activismo visible y militante contra el racismo?
RD- Tengo que tener ese activismo. Tengo hijo, tengo hijas y soy un ser humano… A lo mejor si hubiera sido rubio y retrógrado no fuera parte de esa lucha, no tuviera este pensamiento… pero No, no… ¿Por qué mi pelo no es bueno, por qué pasas…? Como me dijo una vez una doctora… ¡porque esas pasas estánnnnnn…! Y yo le dije… No doctora… ese no es un término correcto… eso es despectivo… ñata, bemba… estos son mis labios y mi nariz es mi nariz… Entonces esos atributos de la estética blanca que quieren imponer, no se pueden permitir. Recuerdo un artículo en el periódico Trabajadores donde entrevistaban a una trabajadora negra que decía ¿Por qué la empresa Suchel Camacho no coge también emblemas de la mujer negra para el champú, para el jabón….? Cuando ves la imagen de la cosmética, es blanca; niños blancos… en un país afrocaribeño como el nuestro es muy triste…
MA- ¿En ese sentido cómo miras la Cuba de hoy?
RD- Tenemos que seguir dando la batalla porque a través de los medios se construye una subjetividad, a través de una telenovela, del cine, de la prensa impresa… y si solo ves blancos y en los lugares protagónicos… eso es lo que quieres ser… Mi hija quiere ser Rapunzel, el personaje del cuento infantil que tiene el pelo muy largo y lacio… me dice que quiere ser ella y se pone una toalla para tener el pelo largo… y le tengo que decir…!nooooooooooooooo!!!! … y eso crea trauma… En Estados Unidos hay estudios importantes del trauma… Ahora están estudiando el ADN cultural del trauma. Aquí, la investigadora Gisela Arandia viene estudiando también el trauma… porque ya eso es genético… es un miedo incorporado generación tras generación…. Hay que quitar ese lastre para realmente vivir en una sociedad libre. No puede haber- y más en el caso de Cuba- un socialismo próspero con esos prejuicios.
MA- ¿Tú crees que en ese sentido ha habido retrocesos en la Cuba de hoy?
RD- La sociedad es una cosa, los decisores hablan de terminologías económicas y cifras y creen muchas veces que ya resolvieron el problema. Fue algo que Fidel Castro reconoció que no se había resuelto… En el libro Cien horas con Fidel de Ignacio Ramonet, Fidel dijo: Es un problema subjetivo y eso no es fácil de erradicar. Tiene que haber una política concreta, como se ha hecho contra la homofobia, también en el caso de la violencia contra la mujer. Tiene que haber una política, un departamento real que atienda el problema. No solamente aquí en la UNEAC en la Comisión Aponte con intelectuales, donde todos sabemos del tema, hablamos y de ahí no sale… Este es un tema político, de la calle. Tiene que salir del contexto de espacio cerrado…
MA- ¿El ser parte de una militancia activa contra el racismo no podría devenir posiciones tan racistas como las que son el punto de partida?
RD- No. Hay una definición clara. El racismo viene del poder, no del apaleado. El apaleado puede estar resentido, dolido, pero no puede adoptar una posición racista porque no te sirve como concepto… Aunque quisiera ser racista, no puedo. No tengo el poder de decisión. El poder es blanco, nos guste o nos disguste. Ahora hay un debate tremendo sobre lo que pasó en el Capitolio en los Estados Unidos… Con el movimiento de las vidas negras no importó. Allí estuvo el ejército, gases lacrimógenos… Sin embargo, en torno al movimiento de apoyo a Trump, fue lo contrario, ¡hasta los policías tomándose selfies….! Porque al final lo sienten, son así, es un poder anti negro…
MA- ¿Pero así es inexorablemente el poder?
RD- No tiene que ser así pero es la realidad… es lo que existe ante nuestros ojos…
MA- ¿Cómo lo miras en Cuba?
RD- Es diferente. Aquí gracias a Dios tuvimos un Fidel Castro que dijo en marzo de 1959 en una de sus alocuciones, que ese era tal vez el problema más difícil a resolver… Sin embargo, curiosamente este tema no lo mencionó en el programa del Moncada…Estuvieron los problemas de la educación, la salud, la tierra… Cierto que eran líneas más generales pero inmediatamente después del triunfo de la Revolución reconoce que tal vez sea el problema más difícil de resolver…
Chiriboga
Suelta mi trenza/ para que dance/ en el mojado viento…/ Vuela, bailotea, / con asustadas alas/
y al revolotear/revela su origen africano.
Nancy Morejón
MA- …. Ahora nos acercamos al abuelo Roberto Diago mirando la sala o el paño… o la entrada de la calle… como les gusta hacer a los cubanos… ¿Cómo te lo imaginas, al abuelo?
RD- ¡Imagínate tú! ¡Fueron tantas anécdotas! Que si lo mataron, que si se cayó del balcón… que si estaba con una muchacha esposa del intendente de la policía… Yo estuve allí, en Ballesta no. 6 en Madrid… ¡y nada el pobre! Se chivó… pero dejó una luz en mi ambiente familiar muy bonita, además que él mismo fue el hijo de Virgilio Diago, ¡el primer violín de la sinfónica! ¡…jajajaja la familia es fuerte! Hay un libro de personalidades de la familia cubana donde la mía aparece dos veces, por Diago y por Urfé… y además se confundieron en la fotografía de mi abuelo y pusieron la mía jajajajajaj… y yo dije… No importa. Sirve. Estamos aquí.
MA- Y esta pieza tuya… Es parte de la serie Desde el silencio… este es el Diago de la resistencia….
RD- Cuando vas a muchos barrios precarios verás que las cercas son de latón. Se va colocando un latón a continuación del otro… Cuando veía eso me decía: El artista Richard Serra pone sus metales… ¡y qué va!!!! ¡Mira lo mío aquí…!!!
MA- Tú has dicho que tú empezaste a utilizar este tipo de materiales en los 90…
RD- Esto venía muy bien a mi forma de crear…. En los años anteriores a los 90 en las escuelas teníamos todo tipo de materiales para trabajar… el cambio fue tremendo en los 90 y había que seguir creando, yo nunca he parado… y empecé con este tipo de materiales, usando cemento, cartones… Hay un movimiento que es el arte povera o arte pobre, que sustenta el uso de este tipo de materiales como reacción a la sociedad industrial… y me dije… yo por derecho no, por izquierdo lo tomo de mi realidad que es lo que tengo a mano… y a partir de ahí, ¡a expresarme! No podía dejar de hacerlo y me ha venido muy bien….
MA- ¿Y por qué no lo abandonaste nunca más?
RD- ¡Es que todavía hay tanto que decir!!! Cuando haces un proyecto se te ocurre otro y otro… y no he podido salir de este concepto… todavía tengo bocetos y proyectos para hacer…
MA- ¿Y al utilizar estos materiales, al asomarte a esta forma de crear que viene de mirar la realidad, cambiaste tú?
RD- La mirada y la sociedad pueden cambiar… y la manera de mirarla… uno se reinterpreta pero en esencia queda ese núcleo que es como el estilo de la escritura… pasan los años pero va quedando tu huella y tu caligrafía…
MA- Ahora tú tienes recursos, podrías usar otros materiales…
RD- No. Este modo de hacer me llena y tengo muchas cosas que decir a partir de ahí…
MA- ¿Cuáles?
RD- Ahora con lo que está pasando… con los movimientos de la realidad, ahí están las fuentes… Con lo que está pasando en Cuba, el tema de las desigualdades me preocupa mucho en Cuba… La familia que está bien, con buena vivienda, con remesas… y es que la remesa es fundamentalmente blanca. De eso se hizo un estudio y ese es el resultado… Imagina un muchacho que entró a la universidad… ¡porque la Revolución le ha dado la oportunidad a todos de llegar a los sitios pero si detrás no hay condumio, te quedas…! Investigaciones después de los años 90 arrojaron que todos vamos a la primaria, a la secundaria que es obligatoria pero a partir del preuniversitario se empiezan a ver las diferencias… la familia negra empieza a buscar carreras técnicas y oficios para sus hijos…
MA- Aquel proyecto de principios de los 2000 de la Batalla de ideas que tenía la universalización de la enseñanza, tenía justamente ese sentido, de cerrar las brechas, de luchar contra el blanqueamiento de la universidad cubana… Un proyecto de Fidel Castro…
RD-Ese fue un proyecto de Fidel. Él estaba contentísimo con una muchacha de Guantánamo que tenía dos hijos, y cómo esa muchacha salió adelante con el apoyo que se le estaba dando… Pero es duro. La realidad es dura…
MA- Yo di clases en ese proyecto, a jóvenes del municipio 10 de octubre… fui profesora… casi toda mis alumnos eran negros o blancos humildes, o muchachas divorciadas y con hijos… y a la gran mayoría de ellos los vi graduarse…
RD- Ahí está lo que valemos nosotros. Cuando yo hago mi trabajo con el gremio, con jóvenes les digo…. ¿qué es para ti mejor, estar en prisión perdiendo tu juventud o estudiar durante 7 años? Y me responden… No… no padrino… estudiar… Es que me dicen Padrino o Papá… Y les digo que hay que esforzarse… Y recuerdo ahora cuando Fidel me preguntó una vez que cómo yo había llegado a ser el artista que era… Yo le hablé de mi familia… y me dijo ¡Ves que la educación es importante!!!! Así mismo. Mi abuela es mi luz, mi abuelo mi guía espiritual… mi familia toda… negros intelectuales unos, otros tenían un oficio, lucharon mucho…El papá de mi abuela era zapatero pero no dejó de hacer excelentes danzones… Hay que echar palante… A veces yo les digo a todos mis colegas y hermanos de raza… Si no aprovechamos lo que nos dejó Fidel estamos jodidos… ¡porque este país tendrá millones de problemas, pero hay una cantidad de escuelas!!!!
Un eco de un eco
Nada más que una marimba, / un guasá, un bombo/
y la astilla de un grito/ para poner el cielo/ al nivel de mis pies.
/ Sube un temblor/ asentado/ en la raíz misma/ de mi ancestro.
Nancy Morejón
MA- Este es el retrato de Loló… ¡Era lindo Diago abuelo! ¿eh?
RD- Sí. Era un negro tiposo… jajajajaj Este retrato siempre estuvo en casa…
MA- …. El poder de tu alma… ¡Esta es una obra bellísima!!!!
RD- Esta serie viene de una exposición para el centro Wifredo Lam. Ahí me adapté a la exposición que había estado antes… Se había expuesto la colección de Ella Cisneros y las paredes habían sido pintadas de negro porque ella expuso mucho video y me servía esa base que había para un concepto escenográfico… Y trabajé El poder de tu alma con el concepto de la deidad yoruba Obbatalá, que es el color blanco como referencia jugando con el peinado y el queloide. Lo interpretaba en este tipo de pieza semi abstracta que tiene toda la carga conceptual detrás, jugando también con la sombra que me da la luz…
MA– El queloide es una constante en tu trabajo… es transversal… incluso, cuando uno mira los latones… en todas partes están…
RD- Es que en nuestra raza una de las características, por la melanina, es que cualquier herida deja una cicatriz muy fuerte… y en la esclavitud, cuando daban latigazos a los esclavos esa huella quedaba en la espalda… de ahí que yo me apropie de eso para interpretar para que a partir de ese lenguaje la gente vaya entendiendo el problema de la racialidad, unas veces con grafitos y textos… otras no…
MA- Tú te has referido varias veces al concepto raza… pero las razas no existen… es una construcción sociocultural…
RD- Es cierto…. Recuerdo cuando era joven que leía El engaño de las razas de Fernando Ortiz… Sí. La raza es una construcción sociocultural pero desgraciadamente se construye para unas cosas y se deconstruye para otras… Es así. Las razas no existen pero cuando coges el carné de identidad están datos como color de la piel… es una forma sutil de exclusión…
MA- Estoy de acuerdo. Pienso que anotar color de la piel, raza etc… es una forma de parametrar… (nos movemos a otra pieza…)… ¿Esta es una espalda llena de queloides, verdad? ¿Se le puede pasar la mano al cuadro?…
RD- ¡Sí, claro….! Cuando vi la película 12 años de esclavitud a mí me impactó mucho y me dije que tenía que hacer una pieza así… tengo que hacerme una espalda… ¿Sabes…? lo único que no se nos olvidaba a nosotros los negros jóvenes cuando íbamos al barrio del Vedado era el carné de identidad… el negro y el carné tenemos un trauma…
MA- …Llegamos al final de la galería… Esta obra es inmensa de hondura… Un barco me trajo. En mi opinión, en esta serie está la síntesis de todos tus conceptos de isla, de racialidad, de cubanidad…
RD- Cuando yo terminé de leer al destacado intelectual cubano Elías Entralgo hace años, me identifiqué mucho con su referencia de que el blanco vino a buscar fortuna y al negro lo trajeron… Es la disparidad de cómo llegamos al terruño; unos que vinieron a hacer fortuna y otros traídos a la fuerza… Y a partir de ahí, Entralgo desarrolla todo su concepto de la cubanidad… Otro autor que creo imprescindible para abordar el surgimiento de la nación es Walterio Carbonell con un libro que debería ser obligado estudiar, Crítica: Cómo Surgió la Cultura Nacional… Y otros como Moreno Fraginals y su obra El ingenio, que debería ser libro de cabecera para saber cómo la producción azucarera nos hizo Cuba. Como dicen los viejos, sin azúcar no habría país… Es impresionante cómo intervinieron ahí las fuerzas, los brazos, los sueños… Entonces, un barco me trajo… Y heme aquí, hecho poesía, hecho hombre…
MA- ¿Para ti qué es Cuba?
RD- Cuba es amor y dolor… Es como cuando estás con una novia o un amigo, a quien le pides más y más y ver más allá de lo que hay… ¡En Cuba yo quisiera ver tantas cosas!!!! Soy un sujeto social vivo, actuante, quisiera ver a mi país como proceso terminado… pero te das cuenta que es poco a poco… que es el día a día… ¡qué es una nación muy joven y zoqueta! ¡porque a lo largo de tantos años crear un proceso social con enemigos reales…!!!! Hablamos del imperialismo norteamericano y de los otros imperialismos…
MA– ¿Tú y tus ancestros qué le auguran a Cuba?
RD- Que si no logramos la empatía entre todos lo perdemos todo porque la injusticia es como un virus… se enmascara, toma forma y puede derrotar un proceso dejando atrás a los desfavorecidos… ese es el reto… hay que estudiar todo ahora, los precios, la vida de la gente, empoderar más a los municipios, al trabajo local… tenemos que ser osados, atrevidos y como decía el Che, podemos equivocarnos, podemos meter la pata pero no las manos…
MA– Tú haces mucho trabajo social…
RD- Sí. Ahora mismo en Soroa donde vivo lo estoy haciendo. Lo hice en Trinidad, en Arroyo Arenas… El gran intelectual peruano mejicano Juan Acha, decía que el intelectual latinoamericano tenía que ser un hacedor. Sí, porque aquí tenemos que hacerlo todo… la escuela europea lo tiene todo normado desde su eurocentrismo. Nosotros tenemos que hacer y ayudar a las nuevas generaciones… hay que preparar a ese público… Allá en Soroa todos han visto un piano… hay una profesora de piano que llevo todos los martes y los jueves a dar clases a los niños… En artes plásticas todavía no… Quiero empezar a hacer cerámica, es una zona donde hay mucho barro, zona de antiguos cafetales franceses cuyas casas señoriales se construyeron con el barro del lugar… allí también se hace carbón porque es una región forestal muy rica, y tengo la intención de en el proceso de la quema del carbón poner la cerámica en el centro, que es una técnica muy parecida a la técnica cerámica del raku.
MA- Detrás de cada pieza, de cada trabajo tuyo, hay letras… muchos susurros de libros, de lecturas… ¿qué prefieres leer?
RD- Poesía… Es que el ensayo trae siempre posturas ¡y la poesía es tan abierta! Y para divertirme mi escritor de cabecera es el cubano Samuel Feijó… y me gusta mucho la poesía Aleksandr Serguéyevich Pushkin traducida por Samuel Feijó que también fue un gran traductor… Fue un hombre genio, llano, de pueblo… Y me gusta mucho también Eliseo Diego…
MA-¿Te interesa la poesía negra cubana?
RD- Cuando hablamos ya del negrismo, me interesa por ejemplo José Zacarías Tallet… pero prefiero ir más allá… Me quedo con Nicolás Guillén por la sonoridad, es un son cuando lo lees… hay que hacerlo en voz alta para sentirlo… Sin embargo, de Guillén me gusta más su poesía social…
MA- ¿Y el sonido en tu obra?
RD- Siempre está… Cuando pinto, cuando trabajo escucho jazz… como utilizo textos en mis piezas, prefiero escuchar música sin textos porque sin querer se involucran en el trabajo que hago…
MA- ¡Y qué raro que no hayas hecho trabajo con sonidos propiamente para construir tus piezas…!
RD- He estado grabando sonidos en París, en La Habana, en Roma, en dondequiera que llegaba, para hacer una especie de sonidos del mundo… pero son proyectos ambiciosos que hay que construir poco a poco… Na… Hago como hizo Víctor Hugo, voy guardando la idea y después al cabo del tiempo cuando sea que salga, sale… Siempre proyecto bocetos… ando con mi agendita y voy escribiendo y pensado en ideas, cómo hacerlas… y así voy perfilando el proceso creativo…
MA- Tú eres un hombre más bien aislado, es como si miraras el mundo desde lejos…
RD- ¿Qué pasa? Empieza el mercado, la crítica… y son cosas que se cuelan en tu realidad… no todos los días, sino cada diez minutos… ¡y entonces hay que tomar distancia porque la vida es tan breve…! Para mí lo más importante es mi familia y mi entorno… por eso hay una expresión que yo he usado que es mi lugar en el mundo… y estar tranquilo. El galerista cubano Luis Miret, que en paz descanse, me decía Tranquilino…
MA- Tranquilino Sandalio fue un gran sabio artemiseño… mi terruño también…
RD- Bueno, yo lo adoro… el mogote que está frente a mi casa en Soroa fue él quien lo nombró… Y José Martí lo llamó sabio… fue agrimensor, descubrió los peces ciegos, hablaba muchos idiomas y fue un gran investigador autodidacta…
MA- Tú tienes varios hijos…
RD- Tres hijos, el varón es más grande, estudia violín… actualmente es profesor en la escuela elemental de música Paulita Concepción… Está haciendo allí el servicio social… en la misma escuela donde yo estudie… mi hija estudia chelo y la más pequeñita estudia en su escuela en la montaña y junto al resto de los niños en las clases de piano que se dan allí dos veces a la semana…
MA- Y a esas hijas hembras, porque siguen siendo las mujeres las de las grandes batallas… ¿qué les deseas para la vida?
RD- Que sean autónomas, que luchen por ellas, que aprendan todo lo que puedan, que sean útiles, que nos sean objetos de nadie y que sean felices…
MA- ¿Tú eres romántico?
RD- Hay quien dice que es un cliché… pero sí. Yo me considero un romántico. ¡Lloro y todo a veces con telenovelas! Jajajaj Pero….
MA- Mirando la pieza Lo que trajo el barco… ese barco que trajo, ese, el que vino hacia aquí, en aquel tiempo, con aquellos esclavos y un futuro pintado… ¿ahora qué misión tendría ese barco?
RD- A la generación activa nos toca hacer del barco, un barco moral, no solo para Cuba, sino para muchas naciones… porque hemos demostrado al mundo que sí se puede…. Apenas con nada… ¡porque si te pones a pensar en Cuba, en esta islita, tan pequeña, de poca población… y todo lo que se está haciendo!!! También están los desafíos y los tropezones… ¡se hacen tantas cosas que unas salen bien y otras salen pésimas…! es un gran barco y tenemos que ir con una línea y seguir proponiéndonos metas, pero que podamos tocar con nuestras manos… a veces los sueños los ponemos tan altos que solo vemos el cielo… hay que hacer día a día… Ahora en el campo en que todas las mañanas tengo que echarle la comida a los pollos, cultivo también un pedazo de tierra en que tengo mis vegetales… te das cuenta de que es el día a día… y lo importante que es que llueva, pero que llueva con mesura porque si llueve mucho se echa a perder la cosecha… si hay mucho viento se secan los cultivos y la tierra se pone dura… he aprendido el proceso del cuidado, de cultivar, de levantarte temprano… del día a día porque cuando en el campo pierdes el ritmo del día lo perdiste todo… Eso me ayuda mucho para la creación porque trabajo allí con la luz del día… Eso es lo mismo para una nación…
MA– ¿Y ahora en qué estás trabajando?
RD- Trabajo en una nueva serie… Me gusta confrontar las series que voy haciendo…
MA- ¿Y esta serie de qué es?
RD- No, no… si te lo digo… Cuando estés ahí, lo verás… verás el proceso y hablamos… Eso se lo tengo prometido también a Nancy Morejón que es una escritora que leo mucho su obra… es una gran ensayista pero sobre todo la poesía de ella me fascina…
MA-¿Crees que el arte avizora?
RD- Sí, sí, sí… porque el artista tiene un nivel de sensibilidad… es una esponja, un niño que recoge todo y a partir de ahí crea… la realidad se impone pero hay un sistema de co-creación, de tomar elementos que al final siempre te remiten a la realidad… una realidad tamizada, interpretada poéticamente… pero está ahí la realidad… Cuando en el mundo político no se hablaba de los problemas medioambientales, los artistas avizoraban ya que la tierra necesitaba paz y descanso… esa libertad solo la puede atrapar el arte… y aunque puede no ser entendido en su momento, tiene la posibilidad del redescubrimiento… ese es el poder del arte…
MA- ¿Tú haces guiños a la realidad o la miras con los ojos abiertos?
RD- Yo miro a la realidad de frente, sin miedo… lo que te gusta y no te gusta hay que verlo… analizas los procesos de por qué son así… Mira, cuando tienes hijos, en el caso de la racialidad te das cuenta de que las niñas empiezan a hacer cierto rechazo a cosas elementales… Uno dice por qué… en el caso de las niñas negras el tema del pelo es muy fuerte… Solo una forma, una manera de ser bella… te tienes que ver así… y el reto es hacerlas entender que hay otras maneras y otras bellezas… ¡pero es tremendo!!! Esas son realidades…los modelos de belleza, de éxito… Cuba hacía muñecas mestizas hermosas… Ya no… Y lo que no asumimos nosotros, lo asumen otros en los espacios de construcción de símbolos… Tenemos que ser cautelosos, no ir a los esquemas para ver cómo logramos influir en nuestras comunidades, cómo trabajar con los niños, con la juventud, con las nuevas generaciones… para ir de forma sutil… no imponiendo… pero hay que dar el ejemplo, estar ahí mano a mano… ni desde un buró ni desde un pleno de la UNEAC… Tenemos que robarnos la calle… nuestra…
Y así podremos
prepararnos para entrar sin temor en la amenazada casa del futuro,
aunque ella no sea aún la House Beautiful que quiso Walter Pater;
debemos prepararnos para entrar en esa casa hecha de tiempo y esperanza,
a cuya edificación fueron dedicadas las vidas y las muertes
de hombres y mujeres como Ernesto Che Guevara, el más calibanesco
de los Arieles que personalmente he conocido y amado. Si luchamos
juntos con valor, inteligencia, pasión y compasión a fin de merecerlo,
en tal casa, para glosar a Heráclito el Oscuro y a Santa Teresa la iluminada,
también estarán los Dioses.
Caliban, Roberto Fernández Retamar
Fotos: Yaimí Ravelo
Estupendo reportaje sobre este gran Artista plástico !
Estupendo reportaje a un gran Artista !
GRACIAS Maribel! Excelente entrevista.