En la mañana de este 10 de enero se nos fue Rosa Aurora Freijanes Coca, a quien tanto admiramos y jamás olvidaremos.
Esta gran mujer de menuda apariencia y ojos clarísimos color de cielo, nos enseñó cuánta fortaleza puede albergar el ser humano cuando es capaz de sobrellevar los dolores del cuerpo y los dolores del alma.
Las circunstancias por las que transitó su vida impidieron que tuviera hijos, pero amó como propios a sus sobrinos de sangre y a los de sus hermanas de causa Olga Salanueva, Elizabeth Palmeiro y Adriana Pérez.
Denunció día tras día, incansablemente, el terrorismo contra Cuba y la demanda por la libertad de los Cinco. Rosa Aurora nos emocionaba cuando defendía a la Revolución desde cualquier tribuna, porque lo hacía desde su conciencia y su corazón Fidelista y Martiano.
Abrazó todas nuestras causas, se ganó el cariño y el respeto de los amigos de todo el mundo. Por eso llegan, en esta tarde triste de domingo, las condolencias a su querida hermana y familia, desde Estados Unidos, Argentina, España, Chile, Bolivia, Guatemala, Colombia, Perú, Alemania, Francia, Grecia, El Líbano, Venezuela y Palestina..
La vamos a extrañar y recordar siempre como lo que fue: un extraordinario ser humano que amaba la poesía de Mario Benedetti, sabía de memoria las canciones de Silvio y se emocionaba hasta las lágrimas con el Créeme de Vicente Feliú. (Tomada de CubaenResumen).