Estas secuelas podrían extenderse, según el estudio, durante, al menos, seis meses. Los principales efectos secundarios posteriores a la enfermedad son la fatiga y las dificultades para dormir, que aparecían en un 63% y en un 26% de los casos analizados. Además, también habría complicaciones psicológicas tras superar la COVID-19, ya que un 23% de las personas estudiadas tendría ansiedad o depresión. Además, por supuesto, los pacientes que han tenido afecciones pulmonares siguen manifestando daños en ellos, según muestran sus radiografías.
Por todo ello, los investigadores que han realizado el estudio más grande hasta la fecha de todos los que han tratado de clarificar los efectos posteriores a la enfermedad insisten en la importancia de realizar un seguimiento preciso a los pacientes que hayan superado cuadros graves de la COVID-19 para evitar problemas de salud graves.
“Gracias a estos estudios estamos comenzando a entender algunos efectos a largo plazo en una enfermedad completamente nueva”, ha declarado el doctor Bin Cao, trabajador del Hospital de la Amistad China-Japón, de la Universidad de Medicina Capital y director del estudio.
Participantes en el estudio
Los pacientes analizados tenían una edad media de 57 años y estuvieron ingresados en el Hospital Jinyintan de Wuhan, el centro designado por las autoridades para tratar a las personas infectadas por coronavirus. Un 70% de todos los pacientes que fueron dados de alta en el hospital han sido incluidos en el trabajo.
El estudio recabó unos cuestionarios con preguntas sobre la sintomatología que presentaban, exámenes físicos y análisis de sangre, según explica el escrito publicado en la prestigiosa revista científica.
Sin embargo, trabajadores del Instituto de Investigación Farmacológica de Bérgamo (Italia) resaltaron en un comentario adjunto a la publicación la importancia de “interpretar los datos con precaución”, pues la forma en la que se habían cuantificado los datos no era del todo pertinente. Además, aportan los resultados de otros estudios que discrepan en algún aspecto con la investigación realizada en la ciudad que fue el foco de la enfermedad.
Principales secuelas a largo plazo
Los principales síntomas padecidos por los pacientes que ya han superado el coronavirus, tal y como asegura el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, son la fatiga, la falta de aire, tos, dolor articular y dolor en el pecho. También se producen, aunque en menor medida, la “niebla mental”, depresión y dolor de cabeza.
La mayoría de pacientes recuperan su salud normal, según la organización estadounidense. No obstante, hay pacientes que mantienen sus síntomas meses después de la enfermedad. Esto les ocurre en mayor medida a los enfermos que han desarrollado un cuadro grave, pero también les sucede a algunos con escasas dolencias durante el transcurso de la COVID-19.
La transmisión en Wuhan duró hasta mayo
Otro estudio realizado por trabajadores de la Universidad de Wuhan y publicado en Plos Neglected Tropical Diseases asegura que la enfermedad, a pesar de que “fue etiquetada como bajo control por las autoridades locales en abril”, se estuvo transmitiendo por medio de pacientes asintomáticos hasta entrado el mes de mayo.
Un 0,46% de las 60.107 personas analizadas, que no tenían ningún síntoma compatible con la enfermedad, dieron positivo en anticuerpos IgM. Estos anticuerpos sugieren que el paciente ha superado la COVID-19 recientemente o que se encuentra padeciéndola.
“Los datos que hemos obtenido nos indican que miles de personas fueron portadoras asintomáticas del virus entre marzo y mayo, mientras que las instituciones no reportaban ningún caso clínico de coronavirus”, concluye el trabajo.
(Tomado de Cuba en Resumen)