¿En qué medida nos importa lo que se diga o deje de decir en Twitter si sus usuarios solo suponen un porcentaje mínimo y segregado de la sociedad?, pregunta Isabel Martín, en un reciente artículo publicado en la revista española Contexto y acción.
La respuesta parca-escribe Martín en “‘MAGA Patriots’, cómo construir un movimiento al margen de la realidad”-es que la política no es Twitter pero Twitter sí es un termómetro de la política.
Y es cierto, porque “la plataforma propicia una conversación entre sujetos politizados que fluye mucho más rápido que en otros medios, que carece de moderadores rígidos y que, al final del día, la lideran prescriptores (influencers) que inciden en el relato institucional, como lo son los políticos, actores y periodistas de renombre”.
El algoritmo de funcionamiento de la red de microblogging garantiza el éxito del relato de los grupos de presión, los cuales utilizan a los usuarios que no son influencers como grupo piloto para el afianzamiento de su discurso.
Como herramienta básica de la red, aparece el hashtag “al facilitar una especie de guía a los navegantes desorientados para asegurarles que lo que leerán no solo les interesará sino que pertenecerá a una línea ideológica con la que se sienten cómodos”.
Para entender cómo la “Alt Right” americana utiliza esta plataforma, en el artículo mencionado se analizan 14 000 tuits publicados entre el 26 de mayo y el 1 de junio de 2020 con el hashtag republicano #Trump2020Landslide, término que el actual presidente todavía utilizó el 6 de enero, mientras sus simpatizantes asaltaban el Capitolio, en Washington D.C.
A continuación compartimos algunos de estos análisis.
Los tuits más exitosos
Los prescriptores de Twitter del republicanismo proTrump tienen un alcance excepcional. Con el propósito de entender el contenido de aquellos mensajes con mayor capacidad de influencia analizaremos los 10 más leídos.
En primer lugar nos encontramos con uno que alcanzó a 1.439.362 internautas (casi 5 veces la población de Islandia) y que defiende que se utiliza la cuestión de la raza para dividir la sociedad americana como parte de un plan político para menoscabar la candidatura de Trump.
El segundo, ajeno a los conflictos raciales, argumenta que a algunos no les gusta Trump porque no pueden controlarle. “Es impredecible pero siempre da en el clavo, viene a decir este internauta”.
Una tercera tuitera advierte de los peligros de la extrema izquierda con un tuit dirigido a una periodista. La oficina donde trabaja la reportera ha sufrido destrozos durante los conflictos de Black Lives Matter y la tuitera la acusa de ser responsable de los mismos por el contenido que escribe.
En cuarto lugar, una publicación aplaude un desfile naval con iconografía proTrump. Todos los tuits que van del cuarto hasta el décimo puesto fueron escritos por la misma usuaria.
En quinto, séptimo, noveno y décimo lugar, esta usuaria da las gracias a otros internautas por incluirla en distintas listas públicas de influencers de los MAGA Patriots (acrónimo del eslogan trumpista Make America Great Again, que en castellano significa devuelve la grandeza a América).
En sexto lugar, defiende que hay que enfrentarse a los robos y a la violencia e incluye el hashtag #2ndAmendment, que hace referencia a la segunda enmienda de los EE.UU. que estipula el derecho a portar armas de fuego.
Así, en octavo lugar, un vídeo en el que aparece un afroamericano diciendo que votará a Trump.
Un discurso que justifica acciones como las del Capitolio
De este análisis establecemos que hay ciertas estrategias comunicativas de la Alt Right americana que permiten construir un discurso que justifica moralmente acciones peligrosas para el Estado de Derecho, como el asalto al Capitolio del 6 de enero.
1. El emisor de la Alt Right busca proyectar la imagen de figura ajena a la política
Los mensajes que lideraron el hashtag #Trump2020Landslide partieron de la sociedad civil y no de famosos, políticos o medios de comunicación. De este modo, se construye la idea de que se trata de un movimiento social, una noción que coincide con la proyección de figura independiente de la política que promueve Trump de sí mismo. Se crea el relato de que, al no ser políticos profesionales, no poseen una agenda oculta.
En un reportaje de ITV News, vimos cómo uno de los participantes de la revuelta afirmaba que “ellos [los congresistas] trabajan para nosotros. No son quienes para decirnos que no vimos lo que vimos”. Acusa así a la clase política de participar del fraude electoral.
2. El emisor cuida su identidad grupal
Esta imagen de movimiento social busca reforzar la identidad de grupo, tal y como demuestran la proliferación de listas donde se recomiendan influencers afines y las autodenominaciones como MAGA Patriots. Si el hashtag #Trump2020Landslide tiene carácter institucional, ya que el nombre de un partido o el de un político se explicitan en la etiqueta misma, a menudo aparece acompañado de #MagaPatriots, algo que dota el mensaje de carácter de movimiento popular.
3. El emisor vincula su ideología a valores morales
La comunicación proTrump en Twitter se nutre de la exaltación efusiva –ya sea mediante hashtag, texto o iconografía–, del patriotismo americano y del cristianismo. Un 47% de las cuentas más populares hacían referencias explícitas a la religión cristiana en sus biografías. Se presenta una sociedad en blanco y negro donde si eres republicano y proTrump eres un buen ciudadano y un buen cristiano. El usuario que inserta #Trump2020Landslide en sus mensajes conecta el republicanismo con esos valores; al otro lado se encuentra el antiamericanismo demócrata. Otro de los seguidores de Trump que logró entrar en el Capitolio defiende que se trata de una protesta por la libertad: “Nosotros respetamos la ley, somos buenas personas. El Gobierno nos hizo esto. Éramos gente normal […] buenos ciudadanos y vosotros nos hicisteis esto. Queremos recuperar nuestro país. En estos momentos protestamos por nuestra libertad. Esa es la diferencia”.
4. El contexto se sobredimensiona
La alta actividad de los MAGA patriotssobredimensiona el ruido que hacen. Siete de los diez tuits más relevantes que incluían la etiqueta #Trump2020Landslide fueron escritos por una misma persona. Teniendo en cuenta que el menos popular de esos tuits fue visto por 210.149 personas, entendemos que cuatro prescriptores concentran una capacidad tal para incidir en el relato que da la sensación de que son muchos más. Este fenómeno también se aplica al total de la muestra ya que, a pesar de estar analizando aproximadamente 14.000 tuits, estos se escribieron desde solo 7.972 cuentas.
5. El mensaje se caracteriza por su rigidez
La Alt Right tiene una agenda de temas que funciona al margen de la actualidad. De los diez tuits más vistos, solo cuatro trataban de manera directa o indirecta el conflicto racial (Black Lives Matter), tópico que, junto con la pandemia, estaba dominando la realidad social de Estados Unidos. El hashtag #Trump2020Landslide posee una agenda y unos ritmos propios. Haría falta un estudio propio para analizar cuantitativamente el rédito o éxito que obtienen ciertos temas en segmentos de la población.
A la hora de defender cualquier idea se suelen utilizar 5 tipos de argumentos. Hagamos un ejercicio de simplificación para entenderlos. En primer lugar, el argumento de la mayoría: Todo el mundo sabe que la pizza con piña está mala. En segundo lugar, el argumento de autoridad: el catedrático de Harvard de estudios culinarios confirma que la pizza con piña está mala. En tercer puesto, el argumento de causa-efecto: si comes pizza con piña pierdes la sensibilidad para distinguir entre el dulce y el salado. En cuarto lugar, el argumento emotivo: cada vez que comes pizza con piña estás haciendo daño a un gatito. En quinto lugar, el argumento de la experiencia personal: el vecino del 5º comió pizza con piña y ahora no puede caminar. Sé de lo que hablo porque lo vi.
Las estrategias emotivas, de mayoría y personales permiten que aportar datos cuantitativos pase a un segundo plano. Centrémonos en el discurso de Donald Trump que precedió al asalto al Senado. Trump afirmó a su audiencia que, literalmente, todo el mundo sabe que las elecciones fueron un robo.
Durante este mismo discurso, se dirige a sus asistentes para afirmar con una enorme carga emocional (vosotros, que sois valientes y decentes) que hay que recuperar el país: vamos a intentar dotar a los republicanos, a los más débiles porque los fuertes no necesitan nuestra ayuda, el tipo de orgullo y valentía que necesitan para que recuperemos nuestro país. Las referencias al principio de su intervención a la decencia o no de su segundo, Mike Pence, también son emocionales.
7. El hashtag es el mensaje
La Alt Right muestra abiertamente su falta de confianza hacia los medios de comunicación, centros de investigación, expertos, etc. Para compensar esta inseguridad informativa, ofrece su propia información, transmitida a través de medios y figuras afines. En Twitter promueven ciertos hashtags. Así, el hashtag se erige como sello de calidad del mensaje al que acompaña creando un canal de comunicación seguro que no genera dudas: el fact-checking es el hashtag y la veracidad pasa a un segundo plano. Todos los hashtags mencionados hacen las veces de sello de calidad.
8. Los que reciben información también crean información
Los canales propios creados gracias a los hashtags son multilaterales y permiten, como decíamos, crear un entorno seguro de flujo de información. En este entorno, el tuitero que escribe mensajes que incluyen el hashtag #Trump2020Landslide también recibe tuits con este hashtag. En otras palabras, el emisor también es receptor, y tiene unas convicciones que nutre a través de una serie de contenidos que produce y recibe de personas que comparten las mismas convicciones, creando una burbuja informativa que dificulta la recepción de inputs externos.
9. Hacia un búnker informativo
Tenemos ante nosotros un aparato informativo muy eficiente que afirma que ha nacido como movimiento popular. Un mecanismo que a menudo recurre a los mismas temas. Unos emisores que argumentan conmoviendo con casos particulares que pueden o no ser inventados. Una estrategia diseñada para plantear un panorama en blanco y negro incómodo donde o estás con ellos o estás contra ellos (la frontera de Yuri M. Lotman). Y, muy importante, un engranaje con unos canales de flujo de información multilaterales que garantizan la verdad. Un búnker informativo que facilita que cualquier teoría se pueda convertir en una propuesta defendible.