Pretendo traer a la memoria a un pequeño e importante grupo de comunicadores (que ya partieron), por haber aportado una manera muy singular, y en particular, a la trasmisión de Radio Rebelde, cuya fundación por el Che en la Sierra Maestra fue el 24 de febrero de 1958.
Durante la guerra librada contra la dictadura de Batista, este fue el medio de comunicación de mayor trascendencia para difundir la verdad y las ideas revolucionarias. Fueron sus locutores Jorge Enrique Mendoza, Orestes Valera, Ricardo Martínez y Violeta Casal.
En su primera intervención por Radio Rebelde, Fidel Castro explicó que era necesaria la aparición de la emisora para que el pueblo conociera la verdad sin la censura que el régimen impuso a toda la prensa, que solo podía ofrecer las noticias del Estado Mayor de la dictadura, plagada de mentiras.
Mendoza y Valera ostentaban los grados de capitán del Ejército Rebelde y al triunfo de la Revolución continuaron vinculados al periodismo. Mendoza dirigió el periódico Granma y Valera ejerció la locución en el Programa Información Política y más tarde como periodista se incorporó a la página internacional de Granma.
Radio Rebelde, tras el triunfo de la Revolución, devino potente emisora nacional y en ella se crearon programas de gran audiencia como Haciendo Radio, el Exclusivo, Así y Visión, entre otros más. Por esos años el director fue Juan Hernández, a quien le decían “hombre radio”, con motivo de sus grandes conocimientos en el quehacer de la radiodifusión, lo mismo escribía un editorial, ofrecido en la propia voz, que dirigía o diseñaba con excelencia un programa.
A propósito de la creación de Haciendo Radio, la revista informativa que se transmitía en vivo durante cuatro horas, entrevistamos a Jorge Ibarra, Gladys Goizueta, Alberto D. Pérez y Franco Carbón.
Entre los creadores se encontró el uruguayo Jorge Ibarra, que supo conquistar al oyente con su agradable dejo y con la manera tan rápida de hablar, al considerar que “el cubano no es lento en ningún momento. Es ágil, rápido para hacer veinte cosas. Tiene facilidad para desenvolverse, utiliza el doble sentido y ese es mi oyente: un hombre, una mujer, que habla y entiendo rápido (…) No uso el doble sentido, pero sí dejo entrever cosas, porque uno no debe darle todo masticado al oyente: si haces eso no lo respetas.
“Siempre tengo presente que le hablo a un pueblo politizado, profundo, con nivel ideológico y que la mayoría como mínimo tiene noveno grado. En la radio tienen que existir los puntos suspensivos en la comunicación con el oyente”.
A la pregunta si ha tenido en Haciendo Radio insatisfacciones y disgustos, Ibarra asintió: “Me he sentido mal cuando algunas mentalidades esquemáticas se han opuesto a proyectos nuevos, o cuando lanzo informaciones y opiniones que se adelantan a los propios acontecimientos y con ello se corre el riesgo de no ser oportuno.
“Pero en la radio uno no puede ofrecer noticias atrasadas. Esta es la función principal del medio: dar al momento lo que ocurre. Y la forma de dar la noticia es otro asunto importante. Por ejemplo, si das una información sobre la barrera coralina, tienes que describir el fondo del mar, para quien escucha vea los peces, los corales. El lenguaje debe ser conversacional para que el oyente pueda darle riendas sueltas a su imaginación”
En ocasiones Ibarra daba una información de corte árido y tras ella ofrecía una receta de cocina ¿Por qué? Esta fue su respuesta:
“El programa tiene que tener un balance: de ahí que se haya escuchado una información de gran repercusión y seguidamente yo hable de cómo hago los espaguetis. En general después de una entrevista pongo un corte musical y así le doy la posibilidad al oyente para la reflexión (…) Cuatro horas de revista informativa en el aire no se pueden regir por un librito y obligatoriamente lo hilvanas sobre la marcha, bajo una tremenda tensión. Por eso cuando termino mi trabajo me siento muy cansado.
“En Cuba la radio tiene grandes posibilidades de ser cada vez mejor, a diferencia de esos países donde el capitalismo la convierte en un medio alienante. Aquí tratamos los temas con otra óptica donde la radio tiene un lenguaje más culto y politizado, se le habla a un pueblo que piensa y no es ignorante, y que ya no admite el teque, porque te apaga o cambia el dial”.
En opinión de Alberto de Pérez un logro de Haciendo Radio es mantener su independencia formal, fuera de esquemas e imposiciones dogmáticas, lo que contribuyó sacar la revista de la lentitud y el aburrimiento.
“Desde sus inicios buscó formas que revolucionaran su contenido informativo: introdujo el servicio de satélite, una cabina instalada en la sala de los teletipos y el carro móvil en la calle con reportero y la información ganó en rapidez y amenidad.
“El respeto al oyente es lo primero en nuestro trabajo. La educación es indispensable utilizarla siempre, pero sobre todo cuando se está detrás de un micrófono y si tú estás haciendo una crítica a una persona que cometió un error y le pides que ofrezca una explicación pública y él accede, no tiene razón para utilizar un tono agresivo, irrespetuoso. El respeto y la objetividad es lo esencial en un periodista, un locutor”.
Sobre su labor en otra revista informativa, De Todo, dijo que en ella más bien es un moderador “porque hay un colectivo de periodistas y corresponsales. El objetivo de este programa es tratar de hacer que los servicios a la población funcionen bien, que exista respeto para tratar al público. Por ejemplo, un periodista o corresponsal llega a un taller donde hay goteras, mala organización del trabajo e informa de ello a la cabina con el programa en vivo. Entonces en mi función como moderador me uno al diálogo del corresponsal con los trabajadores y los dirigentes administrativos y sindicales.
“Se comenta el hecho, se hacen críticas, se dan sugerencias, opiniones y se trata que el final se halle la solución.
“Quiero contar una anécdota de cuando trabajé en Radio Progreso en un espacio en vivo transmitido en la madrugada, en el cual yo dialogaba con oyentes que llamaban para comentar diferentes asuntos, pues los temas eran diversos y abiertos. Este programa también se escuchaba en el exterior, y una vez me llama un extranjero y me dice: Ustedes han dado algo increíble, han hablado de un trabajador forestal que tiene un hijo ingeniero y a mí no me cabe en la mente que un hombre humilde tenga un hijo graduado de ingeniería.
“Le comenté que en Cuba todas las carreras universitarias eran gratuitas y que comprendía su incredulidad, porque en su país con sistema capitalista, la referida carrera era muy costosa.”
Franco Carbón era del espacio Así, revista con su intención de hacerla “justo a su gusto”. Por su crítica dificultad visual, jamás se apoyó en un guion, todo el programa lo realizaba improvisado. Al respecto dijo: “Me favorece mi problema visual, porque me obliga a la espontaneidad, a la comunicación de forma coloquial con un solo oyente. Quiero decir, que siempre pienso que estoy hablando con una sola persona, le hablo como si estuviéramos en la sala de su casa. Me siento más cómodo estableciendo este tipo de comunicación.
“Claro la improvisación pura no existe; previamente el equipo de trabajo conoce los objetivos fundamentales y orientaciones del director. Cuando comencé a trabajar en la radio comprendí que lo más importante es el oyente y que si al hablar ante el micrófono no lo tenía en cuenta, mi labor, por mi profesional que fuera, no serviría.
“Durante años hubo estancamiento en la radio, de cuando casi todos los programas eran grabados, sin que apenas el conductor pudiera ofrecer la propia opinión. Esos recorticos de programas grabados me resultan insoportables, entre ellos: 15 minutos de noticieros, media hora de novela, igual tiempo para programa musical… Es una concepción de la radio del año de la corneta. Tampoco me gustan los programas dirigidos, eso me parece discriminatorio”.
Gladys Goizueta, la risa de la felicidad o la voz diamante de Radio Rebelde, se sumó a la opinión de Franco: “Yo creo que los programas llamados para la mujer o la juventud pueden y son del interés de cualquier sexo o edad y lo mismo pasa con la música”. Además de trabajar en Haciendo Radio es la conductora de Visión y preguntada por la influencia de su padre, Enrique Goizueta, expresó: “En mi caso no es válido afirmar que, en casa del herrero, cuchillo de palo. Papi me daba consejos, pero nunca me dio clases. mi maestro magnífico fue Fábregas, quien me impartió clases de locución.
“Pienso que la radio en estos momentos está haciendo un periodismo ágil y que los periodistas de nuestro medio son verdaderos buscadores de noticia y no esperan a que le digan a dónde tienen que ir y dónde tienen que hacer el reportaje.
“El problema no es si este medio o no hacen buen periodismo, sino que tanto la prensa plana, como los programas informativos de la radio y la televisión acaben de dejar atrás los compromisos y despojarse de muchas informaciones que solo importan a minorías. La prensa en general debe continuar su labor informativa con lo que realmente interesa saber a la población”.
Sobre el papel de la prensa coincidieron en señalar que falta mucho para sentir plena satisfacción en el quehacer de los trabajadores de los tres medios de comunicación destacados, no obstante que el camino ya esté abierto. Válida opinión de quienes en su tiempo mostraron una lucha contra los esquemas, mientras sentaban pauta en el difícil y apasionado trabajo de la comunicación.
Gracias Angela, yo soy una “chiflada por la radio”…, no me canso de oirla. La radio te acompaña en soledades de casa, por cualquier lugar que te muevas, espacios pequeños o mayores.