La COVID-19 vino a remover ideologías profesionales y prácticas creativas en el sistema de medios públicos cubano. El nuevo coronavirus lo cambió todo: cambiamos por necesidad y porque, literalmente, se nos podría ir la vida en ello. Dentro de los relatos memorables robados a la realidad en los últimos meses, numerosos fueron los construidos por el gremio periodístico villaclareño, cuya labor profesional fue reconocida este 26 de diciembre por las presidencias de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) nacional y territorial.
Tal vez, un diploma no exprese, per se, el cansancio del reporteo de noches sin dormir, alejado de la familia; los peligros de sacarle las historias a la Zona Roja o las jornadas extendidas del teletrabajo. Tal vez, para eso estuvieron también los aplausos que retumbaron en el teatro de la Escuela del Partido Carlos Baliño, de Santa Clara, para felicitar la labor informativa de los últimos meses del periódico Vanguardia, el telecentro Telecubanacán y la emisora CMHW, entre otros medios de la provincia.
En una mirada retrospectiva al año que casi culmina, Ricardo Ronquillo, presidente de la Upec, al establecer una parábola entre el principio de incertidumbre de Mastropiero y la labor informativa desarrollada por el sector durante la pandemia, dijo que podría afirmarse que el vaso está medio lleno.
Un vaso que contiene sorbos de agendas colaborativas, de adaptación a los nuevos lenguajes y estéticas del periodismo digital y a las dinámicas de las redes sociales, de instantaneidad de la noticia, de historias de interés humano tocadas por la solidaridad y la resiliencia… Un vaso que es, en esencia, un trago del horizonte por el que desandan los empeños de la organización gremial: la consolidación de plataformas y de experiencias infocomunicacionales que ayuden a catalizar la construcción de un nuevo modelo de prensa para el socialismo en Cuba.
Ronquillo señaló que el enfrentamiento comunicativo a la COVID-19 se realizó bajo un principio que no siempre está presente en el abordaje de otros temas de la vida del país, el de la más absoluta transparencia informativa. Un elemento al que no se puede –consideró– renunciar en ningún momento.
Asimismo, el presidente de la Upec expresó que, a veces, los órganos de prensa del sistema de medios públicos llegan tarde a los acontecimientos, porque esperan demasiadas señas para dar respuestas comunicativas y ofrecer análisis a sucesos que impactan en la Isla. Ronquillo subrayó que hay que llegar pronto e imponer las narrativas propias, y que el silencio no puede ser nunca la respuesta.
Mientras, la periodista Dalia Reyes, a nombre del gremio villaclareño, dijo que aún con el miedo de enfrentarse a una enfermedad desconocida, queda imperturbable el compromiso de ser quijotes de la verdad y de narrar la construcción de un mejor país.
Por su parte, Yudí Rodríguez, primera secretaria del Partido en el territorio, reconoció la consagración a la profesión de los periodistas de Villa Clara y su entrega a contar el enfrentamiento diario a la COVID-19 y Alberto López, gobernador de la provincia, compartió detalles de los resultados económicos del territorio, en un año atípico y signado por una contingencia sanitaria mundial.
Estuvieron presentes en el encuentro Rosa Miriam Elizalde y Jorge Legañoa, vicepresidenta primera y vicepresidente de la Upec, respectivamente; y Bolivia Tamara Cruz, máxima representante de la organización en Villa Clara.