Justo en el momento en que comienzo a hablarles a ustedes, otros colegas están cortando las amarras del Primer Festival Nacional de la Prensa. Ocurre en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba, a pocos metros de este Aula magna e histórica, de la Universidad de La Habana. Y lo inauguran también a cientos de kilómetros de distancia de manera simultánea.
Gracias a las tecnologías de la comunicación, este Primer Festival Virtual de la Prensa sirve de plataforma para la presentación de más de 90 proyectos transformadores de los medios de prensa en Cuba, desde todas las provincias.
En una primera lectura, serán noticia seis premios de innovación en la prensa. Uno de ellos, para el proyecto de transformación de un medio con participación protagónica de la Academia. Ciencia, innovación y periodismo de la mano.
Los premios los conoceremos cuando concluya el Festival, pasado mañana. Pero en los proyectos entregados al Jurado se atisban ya algunas señales: los medios de prensa de las provincias se han confirmado en el liderazgo de un periodismo innovador en Cuba. Hablo de Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Pinar del Río, Las Tunas, Cienfuegos y Holguín, entre otras provincias.
No son los únicos. Entre los medios nacionales, se han sumado recientemente otros de pequeño formato y pegada contundente, como Alma Mater y Juventud Técnica, de la Editora Abril.
Varias tendencias observo en el grupo de medios con mayor potencial innovador. Cuentan con número más bien ceñido de profesionales, que emplean de manera flexible y creativa todos los recursos de podcasts, stories y demás alternativas de comunicación de las redes sociales.
En esos equipos, los jóvenes suelen ser actores fundamentales. Muchos de ustedes lo saben porque son colaboradores o parte activa de esos medios.
Un rasgo de nuestra profesión se ha acentuado en estos tiempos: compartimos las horas del aula con las horas en la redacción. Hoy solo reciben un diploma que guardarán con celo, pero como periodistas se graduaron hace un tiempo. A partir de hoy, lo que van a descubrir es que nunca dejarán el aula: es condición sine qua nom del buen periodismo.
Bajo la superficie noticiosa de lo inmediato, los premios, en el Festival de la Prensa veo otras lecturas: quedará inscrito como otro capítulo de una pelea más profunda de los periodistas cubanos para transformar el modelo de prensa en Cuba.
Pese a la misión protagónica que nos corresponde, es una pelea que no solo toca a los periodistas. De hecho, la sociedad la ha asumido con matices diversos, en un escenario de complejidad creciente.
En estos tiempos de móviles y pandemia, ha crecido aceleradamente la relevancia de la comunicación como condición del desarrollo.
En Cuba, también ha ganado preeminencia con el despliegue de las oportunidades tecnológicas para conectarse a la red de redes, y sus múltiples plataformas de comunicación. Las bendiciones del desarrollo llegan con los riesgos de las fake news y otras deformaciones demasiado comunes en las redes sociales.
La Actualización del modelo económico y social cubano abrió una oportunidad con los documentos que aprobó el VII Congreso del Partido, en el 2016. La Conceptualización del modelo económico cubano postuló que “la comunicación social es un recurso estratégico de dirección del Estado, las instituciones, las empresas y los medios de comunicación, al servicio de la participación -incluido el debate público- y el desarrollo del país”.
La experiencia de estos cuatro años, desde que los documentos programáticos reconocieron el valor estratégico de la comunicación, y la asumieron como bien y derecho público, la praxis política acumula experiencias que avalan aún más el mérito de esta interpretación, aunque no se ha logrado zafar todavía de una visión instrumentalista, que la comunicación social al papel de recurso en lugar de eje del desarrollo. El capítulo de la comunicación frente a la COVID es uno de los ejemplos virtuosos más recientes.
Si de coincidencias hablaba al inicio, otra relevante en este momento en que se gradúan ustedes es la aceleración que observo en la reforma económica que hemos llamado Actualización del modelo económico y social cubano, en la práctica, una renovación del modelo cubano de socialismo. Ha entrado en un momento intenso con la introducción de políticas económicas que, más allá de las tensiones lógicas cuando contamos monedas, implican una diversificación de los actores en la economía y una reinterpretación de las competencias y misiones de esos actores.
La combinación de cambios en el modelo económico cubano coincide –y sigo con las coincidencias- con el protagonismo que adquiere la información y la comunicación en la sociedad contemporánea, la sociedad del conocimiento cuyos rasgos también observan en Cuba desde hace unos años investigadores como Agustín Lage y Jorge Núñez Jover.
En este escenario en que se redimensiona el protagonismo político de la comunicación, con aceleración congénita en las tecnologías de la comunicación y la información y aceleración imbuida en el proceso de transformación y renovación del modelo económico y aceleración, se torna más urgente renovar el modelo de prensa. Tarea difícil porque si somos éticamente responsables, la clave no es copiar modos de hacer fracasados en un capitalismo históricamente vencido o hacer ensayos ingenuos, en un escenario global adverso a Cuba por el imperio político de Estados Unidos.
Desde los medios de prensa cubanos y la Academia, los periodistas hemos estado buscando, con entrega, mérito y resultados diversos, claves propias para cambiar rutinas de producción, prácticas editoriales, canales y, lo más difícil, la mentalidad, en relación con nuestros medios.
Tendencias muy disímiles percibo en los medios de prensa:
- Unos estudian alternativas avanzadas y proyectan cambios en la gestión editorial y económica del medio.
- Otros estudian y estructuran proyectos innovadores y emprenden algunos ensayos para renovar el modelo de gestión editorial –pero menos en el modelo de gestión económica.
- Otros innovan intuitivamente por neta vocación periodística, sin estudiar mucho ni diseñar proyectos.
- También tenemos quienes esperan pasivamente las orientaciones para implementar cambios en su modelo de gestión, mientras se preguntan si los escogerán a ellos para hacerlo.
El desafío que tenemos es complejo, espinoso incluso: encontrar un nuevo modelo de prensa para el nuevo modelo de socialismo que estamos construyendo.
Ese es el mundo laboral y político hacia el que van ustedes. Ese es el mundo que espera por ustedes, que necesita de ustedes.
(Palabras del autor, vicepresidente de la UPEC, en el acto de graduación de los estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, en el Aula Magna de esa Casa de Altos Estudios)
Sería muy útil precisar la manera como se va producir la transformación y renovación del sistema económico por parte de los periodistas especializados en el tema. No se ve cuáles van a ser las medidas concretas que podrían producir esa transformación. La difícil situación que sufre todo el planeta con la pandemia afecta también a Cuba, circunstancia que hace más urgente la concreción de los cambios. ¡ Los tiempos urgen !