Termina un día que de seguro empezó con alguna declaración del secretario de estado Mike Pompeo, o del propio mandatario Donald Trump sancionando a Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán, Rusia, China…
Es el mismo día —15 de octubre—en que en Estados Unidos se registraron 59 494 nuevos contagios por la Covid-19 y 985 nuevas muertes, para llegar a un total de 7 millones 916 000 enfermos y 216 872 fallecidos.
O quizás el espacio de tiempo en que el mandatario, en su afán por reelegirse, ha desbarrado contra el candidato demócrata Joe Biden, acusándolo de «senil», mandándolo a un «asilo» o tratando de involucrarlo en algún negocio «sucio» de esos en los que Trump tiene récord Guinness…
Son innumerables los Twitter salidos del escaso intelecto de un hombre que ha hecho de ellos un modo de propagar sus fake news, o noticias falsas en español.
Sin dudas, cuando abandone la Casa Blanca, los medios de comunicación sentirán un vacío. En unos casos, como la televisora Fox News, habrá perdido su sostén más apreciado; y en otros, descansarán los oídos de periodistas y editores, a diario ofendidos por el presidente republicano.
Pero la cuenta regresiva va acercando cada día más la fecha del 3 de noviembre, y el magnate-presidente ha apretado el acelerador mediático y sus frecuentes show de campaña, que hasta han prendido la duda en cuanto a si es o no cierto que estuvo contagiado con la Covid-19 o si era parte de un plan para luego de tres días ingresado —el protocolo de la cuarentena es de 14 días—, salir «vencedor» pues es «inmune» a la pandemia, gracias a él y a los «mejores medicamentos del mundo», fabricados en Estados Unidos.
El tufo desbordante del montaje mediático, al margen de la enfermedad que bien pudo afectar a un irresponsable que nunca cumplió con las normas sanitarias establecidas, no solo pone en dudas el hecho en sí, sino la ya bastante poca credibilidad de su personaje central.
Recuerdo a la hora de este análisis, que ya en enero del presente año, el diario estadounidense The Washington Post publicó que Trump había dicho o escrito en sus frecuentes Twitter, 16 241 mentiras. Recordemos que en esa fecha la pandemia de la Covid-19 apenas comenzaba, y que durante su mal manejo de esta, el mandatario acude a diario a las más descabelladas, cínicas e increíbles palabrerías.
En el transcurso de estos largos meses de la pandemia, primero la ignoró, culpó a los chinos por el virus, aseguró que su país estaba listo para vencer la enfermedad y recomendó usar lejía para su cura, entre otras de sus alucinaciones mentales.
Un buen día suspendió las conferencias de prensa sobre el tema del enfrentamiento a la enfermedad, argumentando: «¿Qué sentido tienen las ruedas de prensa de la Casa Blanca cuando los fracasados medios de comunicación no hacen más que preguntas hostiles y después se niegan a informar de la verdad o los hechos con precisión? Tienen registros récord y a los estadounidenses no les llegan más que noticias falsas. ¡¡No vale la pena el tiempo y el esfuerzo!!».
Ahí se confirmaba quien es: el portador de la única «verdad». Todo lo demás no existe. Un fundamentalismo y egocentrismo desmarcado totalmente de lo que debe ser la conducta de un ser humano…en este caso de un presidente.
Trump, como gran líder de las «fake news» pasará a la posteridad como el presidente que más veces ha mentido en la historia de los Estados Unidos.
En su desequilibrado uso de la farsa, siempre ha estado asociado con el canal de televisión Fox News, el más conservador de todos, convertido a la vez, en el medio más visto y el más confiado para los votantes republicanos. Muchos lo llaman el canal de Trump o la televisión del presidente…
Sus programas de noticias y de opinión se han diseñado para horarios estelares de manera que los demás espacios que le sigan, en horario de máxima audiencia, también difundan noticias y comentarios conservadores, a favor de los votantes del actual mandatario.
Se conoce que Fox News es la televisora de noticias más vista en Estados Unidos, y en una noche normal duplica la audiencia de su más cercana seguidora, en este caso la pro demócrata MSNBC y triplica a la CNN, según refleja el sitio digital niusdiario.es.
La corporación a la que pertenece este canal televisivo obtuvo en 2018 algo más de 2 350 millones de euros, de ellos el 85% a través de su principal canal de noticias, Fox News. Sin embargo, refiere el propio sitio, el verdadero éxito de Fox es su enorme influencia política en el Partido Republicano.
Un reciente estudio sobre este tema, señala que entre los treinta principales medios de comunicación de EE. UU., este es el único en el que los republicanos confían mayoritariamente. Y no se trata solo de confianza, sino de seguimiento, porque este, con muchísima diferencia, es el canal que más usan para informarse de política y de las elecciones.
Para que se tenga una idea de cómo se expresan los medios respeto a la manera en que el presidente ha manejado el tema de los manifestantes antirraciales en varias ciudades, varios redactores de medios opinaron: «Trump no es lo que el país necesita en este momento», dijo Chris Cuomo, de CNN, mientras su colega del mismo canal, Don Lemon, dijo no estar sorprendido y lo calificó como «un dictador moderno».
Por su parte, contradictoriamente, en Fox News el reportero Bryan Llenas mostraba fotos de vidrios rotos frente a escaparates que cubrían las calles de la ciudad de Nueva York y la anfitriona Laura Ingraham indicaba que los delincuentes y terroristas domésticos están utilizando a George Floyd «para tratar de asesinar a Estados Unidos. El presidente esta noche reafirmó su deber de defender la Constitución», enfatizó, según artículo de la revista española Cambio 16.
Se podría resumir que ya sabemos que para ser presidente de Estados Unidos hace falta tener mucho dinero. Agreguemos, de acuerdo al caso Trump, que debe tener la condición de ser el más mentiroso.