“Con la intervención de Estados Unidos en la Isla en 1898, los sectores conservadores dentro de la sociedad han tratado de adaptar los símbolos de las guerras de independencia con el objetivo de promover sus intereses”, afirmó a Prensa Latina el investigador cubano, Yoel Cordoví, presidente del Instituto de Historia.
De acuerdo con el especialista, la campaña mediática promovida, en estos momentos contra Cuba, posiciona una imagen sesgada y descontextualizada de la historia nacional, a través de una estrategia que no es nueva.
Así, Cordoví ejemplifica cómo las élites en el poder tras la República de 1902 citaban, fuera de contexto, pensamientos de José Martí sobre la democracia, pero obviaban el pensamiento martiano a favor de la justicia, el humanismo y el antimperialismo.
Esa realidad-apunta el historiador-no cambió después del triunfo de la Revolución en 1959, pues la estrategia continuó siendo “la de jugar con la historia y utilizarla con fines políticos, lejos de la forma académica”.
“Se hace de una manera maniquea, burda e irresponsable con un objetivo político que no está a tono con la ética que debe tener un ser humano”, indica Cordoví y agrega que “grupos adversos al sistema social cubano muestran imágenes de La Habana antes de 1959 con bellas construcciones, sociedades de recreo, carros y alumbrado en avenidas para esgrimir que la vida política y social era mejor entonces”.
Pero-reseña PL- esos hechos buscan transmitir imágenes sesgadas que priorizan la parte gráfica en esta época de redes sociales; sin embargo, no representan toda la historia.
“Con esa perspectiva nos hubiésemos quedado siendo un país colonial, ya que en ese momento se construyeron paseos, palacios como el de Aldama y de los Capitanes Generales, se introdujo el ferrocarril antes que en España, por citar ejemplos”.
Entonces, pregunta el especialista, “¿por qué se da una Revolución si supuestamente todo estaba tan bien?, ¿eran acaso un grupo de locos que logró triunfar?”
“Claro que no, por eso también existen las imágenes de todo un pueblo apoyando un nuevo proyecto político en 1959”, responde.
En este sentido, destaca el papel minimizado de la mujer en aquella época y la elevada presencia del racismo, incluso en el entretejido social de los pobres.
Para Cordoví, “es preciso transmitir a las nuevas generaciones esta historia viva, utilizar códigos actuales y generar un pensamiento crítico que no se conforme con imágenes sesgadas (…) Debe aplicarse la metodología para contextualizar, pero también debe buscarse una mayor cooperación transdisciplinar para explicarle, a los jóvenes, contextos históricos distantes. (Tomada de Cuba en Resumen).