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Che: ¿La última página del diario?

El argentino, ciudadano del mundo, Ernesto Guevara de la Serna, tenía la costumbre de registrar en diarios sus acciones, desde la juvenil recopilación de crónicas del viaje en motocicleta por cinco países de América del Sur, los apuntes de las vivencias personales como el “Che” en la Revolución Cubana, hasta la madurez del pensamiento político en la guerrilla internacionalista en Bolivia.

En todos esos textos quedaba impresa de su puño y letra una mirada distinta a la realidad de esos países, la necesidad de una solución en bien de la humanidad.

Tras concluir el viaje, junto a su amigo Alberto Granado, por Argentina, Perú, Chile, Colombia y Venezuela, apunta en el compendio:

«El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra Argentina (…) el que las ordena y pule, “yo”, no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Ese vagar sin rumbo por nuestra “Mayúscula América” me ha cambiado más de lo que creí»

El diario de un combatiente

Generaciones de cubanos y cubanas conocen a plenitud la trascendental y entrañable presencia de quien se convirtió en el Comandante del Ejército Rebelde, Ernesto “Che” Guevara, bien por múltiples estudios de la memoria histórica del destacado revolucionario, emprendida como expedicionario del yate “Granma” hasta el triunfo revolucionario el primero de enero de 1959.

Sin dudas, no hay un prisma de la Revolución Cubana en el que no esté presente la huella de sueños y realidades del argentino que consagró su vida a la Mayor de la Antillas y a “los colores de la dignidad de los pueblos”, del médico, jefe militar, enemigo mortal del capitalismo, marxista alejado de dogmas, periodista, pensador, embajador, ministro, economista, y, sobre todo, forjador del hombre nuevo.

Acerca del talento para describir en detalle lo que otros hombres suelen pasar por alto, se refiere el político e intelectual cubano Armando Hart Dávalos (1930-2017) en el Prólogo a Diario de un combatiente.

«Debemos agradecerle al argentino-cubano haber recreado su vida guerrillera de forma tal que, en el futuro del cual somos parte y en la posteridad más lejana de los que vivirán bien entrado el siglo XXI sea posible conocer y disfrutar de las peripecias ocurridas en las montañas de Oriente durante los años forjadores de la Cuba nueva que emergía de las entrañas de una vieja historia: la de las glorias bolivarianas y martianas».

 El diario del Che en Bolivia

En un relato sobre la muerte del “Che”, el  periodista uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015) describe que en octubre, diecisiete hombres, acosados por la sed y hambre, caminan por los matorrales del río Ñancahuazú. Mil ochocientos soldados, dirigidos por los rangers norteamericanos, les pisan la sombra.

En la madrugada del día 8 penetran en una cañada, la del “Yuro”. Los  exploradores descubren una emboscada del ejército boliviano, el contingente revolucionario se despliega, pero sus posiciones fueron delatadas por un campesino. En la primera descarga una ráfaga de ametralladora hiere a Guevara en la pierna derecha y peor aún, destroza la recámara de su M2. Sentado, sigue peleando hasta que es hecho prisionero.

En la mañana del 9 de octubre, tras maltratos, insultos y amenazas el Che es asesinado, sin un  flaquear ante sus verdugos había dicho sus últimas palabras: “Dispare cobarde, que usted va a matar a un hombre”.

En la última anotación en su Diario, correspondiente el 7 de octubre, consigna:

“Se cumplieron los 11 meses de nuestra inauguración guerrillera sin complicaciones, bucólicamente; hasta las 12.30 horas en que una vieja pastoreando sus chivas entró en el cañón en que habíamos acampado y hubo que apresarla. La mujer no ha dado ninguna noticia fidedigna sobre los soldados, contestando a todo que no sabe, que hace tiempo que no va por allí. Solo dio información sobre los caminos; de resultado del informe de la vieja se desprende que estamos aproximadamente a una legua de Higueras y otra de Jagüey, y unas 2 de Pucará. (…) Salimos los 17 con una luna muy pequeña y la marcha fue muy fatigosa y dejando mucho rastro por el cañón donde estábamos, que no tiene casas cerca, pero sí sembradíos de papas, regados por acequias del mismo arroyo. A las 2 paramos a descansar pues ya era inútil seguir avanzando. (…)

Los hombres de buena voluntad, más que la última página del Diario del Che en Bolivia, escrita hace 53 años, consideran ese histórico texto como un legado y al contar con el paradigma del luchador revolucionario echaron a andar y convertirse en aquellos imprescindibles que refiere Bertolt Brecht porque luchan  toda la vida.

Fuentes:

Diarios de motocicleta: El viaje que forjó al Che Guevara https://www.telesurtv.net/news/Diarios-de-motocicleta-El-viaje-que-forjo-al-Che-Guevara-20180104-0047.html

El Che Guevara economista/ blog del autor “El Lugareño”

El Che en su “Diario de un combatiente” / http://www.cubadebate.cu/noticias/2011/06/14/diario-de-un-combatiente/

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