De ayudante en una fábrica de medias, trabajador de la construcción, y entre los primeros dirigentes fundadores de los Comités de Defensa de la Revolución en Santiago de Cuba, Oriente, a Presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, ese fue Antonio Moltó Martorell. Incansable combatiente, defensor del periodismo crítico, valiente en su actuar. Así se granjeó el cariño y respeto de todos los comunicadores de la Isla y el de los líderes de la Revolución Cubana.
Por varios años integramos juntos (1962-1966) la primera Dirección Provincial de los CDR en Oriente. Unos dos meses antes de fallecer le hice una entrevista en La Habana para un libro en preparación donde él, junto con otras figuras prominentes de diferentes sectores de la sociedad cubana, Eusebio Leal, Abel Prieto, Pura Avilés, entre otros, son protagonistas. En la obra, pendiente de publicar por la Casa Editorial Verde Olivo, consigné en apartado dedicado a la citada entrevista : Moltó y los CDR.
Ambos nacimos en el año 1942. Él en Santiago de Cuba, el 22 de diciembre y yo el 4 de junio del propio año en Holguín. Guardo en mi memoria innumerables anécdotas sobre este inclaudicable soldado de los Comités de Defensa de la Revolución y periodista valiente, sobre todo, en el tiempo que compartimos en la vida cederista en el Oriente cubano.
En dos ocasiones propuse a la Dirección Nacional de los CDR que se le concediera el Premio del Barrio a este valeroso revolucionario cubano. No se si se le concedió. No creo. Le pido al Héroe de la República de Cuba, Gerardo Hernández Nordelo, actual timonel de la organización en el país, que si este galardón puede entregarse como homenaje póstumo, no olviden hacer justicia con este extraordinario hijo de la Ciudad Héroe e indiscutible líder de la UPEC.
Los CDR en Moltó
“Allí me enrolé en lo que fue mi primera noción de contacto con la diversidad de todos los públicos: la constitución de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Fue un momento hermoso, las personas salíamos a las calles a cantar nuestro himno sintiéndonos plenos y realizados con la libertad conquistada, el fin de un régimen oprobioso, sanguinario, y el comienzo de una nueva vida.
“De pronto me vi tan involucrado que me convertí en el coordinador fundador de los CDR en el territorio”. (El primer Jefe de distrito de los CDR en resultar reconocido como vanguardia en la emulación nacional de esta organización). “Esa para mí fue la escuela que nunca me ha hecho olvidar la misión del periodismo. Allí supe que el corazón de la noticia late en el pueblo, en sus historias. La historia no la hacen las instituciones, las instituciones nacen para servir y hacer hermosas esas historias, las instituciones son como los locales para una fiesta, y la fiesta la pone el pueblo. Uno se asombra mucho en estos tiempos, al ver que hay funcionarios en las instituciones que creen que tienen a Dios cogido por la barba”.
Sus extraordinarias cualidades como ser humano, como revolucionario y como profesional con más de cincuenta años de trabajo en el periodismo le permitieron ganarse la simpatía, el respeto y el cariño de sus colegas y el reconocimiento expresado en galardones tan altos como el Premio Nacional de Periodismo “José Martí” por la obra de la vida, el Premio Nacional de la Radio y la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez.
La primera Dirección Provincial de los CDR
La Dirección Provincial de los CDR en Oriente Santiago de Cuba fue el primer territorio del país que contó con un grupo de trabajo a este nivel territorial, atendido permanentemente por el jefe de la Junta de Coordinación, Ejecución e Inspección del extenso territorio oriental y ministro de las FAR, Raúl Castro. La nueva Dirección Provincial cederista fue un escalón en la preparación y la unidad del pueblo en la amplia movilización militar que se realizó en el país a partir de diciembre de 1960 cuando se produjo el cambio de gobierno en Estados Unidos.
El grupo estuvo integrado por el coordinador Manuel Borjas Fernández, miembro del Movimiento 26 de Julio; el organizador Lucas Martínez Gabela, de la Asociación de Jóvenes Rebeldes; el secretario de Actas Evangelio Galano, del Departamento dé Información del Ministerio de Gobernación, posteriormente de Seguridad del Estado (G-2), y militante del Partido Socialista Popular (PSP); Liliam de Feria Pal, del frente femenino del Movimiento 26 de Julio, y Luis de la Rosa, miembro de la Juventud Socialista.
A partir de las indicaciones de Raúl Castro, del capitán Castro Amador, coordinador provincial del M-26-7 y de los dirigentes del Partido Socialista Popular, Ladislao González Carvajal y Rodolfo Puentes Ferro, este grupo o comisión tuvo la responsabilidad de iniciar el trabajo de organización y control de los CDR del municipio cabecera y del resto de los territorios de la provincia.
Santiago de Cuba constituía un solo distrito donde el accionar de la naciente organización cobraba mayor importancia; el coordinador fue Miguel Fuentes. Posteriormente el municipio santiaguero fue dividido en dos distritos, uno en el norte, dirigido por Antonio Moltó Martorel, y otro en el sur, bajo la responsabilidad de Medina Mendoza.
El primer grupo de trabajo de la Dirección Provincial de los CDR de Oriente tuvo a su cargo numerosas tareas dadas por los organismos a los cuales pertenecían sus miembros.
Ello impedía la dedicación a tiempo completo de estos compañeros para dirigir los Comités y obligó a promover a un grupo de nuevos integrantes; fueron estos: Sabas Rubén Ferrer Pérez, en el frente de los Abastecimientos; Félix de la Caridad Cardonne Molina, en el de Finanzas; Ismael Fernández, en el de Organización, así como Francisco Borjas Fernández, Ricardo González Mata, Ernesto López Corredor, Buenaventura San y Ramón González Roncour.
En 1962 se incorporaron los santiagueros Dimas Fernández, Antonio Moltó Martorell, José Cuevas Veranes; José Medina Mendoza (Pepín) y Juan Bauste; los guantanameros Lorenzo Rodríguez, Armín Góngora, los hermanos Salvador y Ángel Medianeja y Héctor Heredia Alcolea; los holguineros Rosela López Gámez, Ventura Carballido Pupo, William Báster Aguilera y Roberto Brito; los mayariceros Fabio Calvi; de Palma Soriano, Raúl Cuspineda, Mariano Suárez y Reyna María Olivares Rey; de Jiguaní, Ney Quesada Vásquez, de Manzanillo René Verdecia y Juana Palomino, y el capitalino Félix Gutiérrez Herrera, coordinador de Sagua de Tánamo, municipio a donde había ido a parar por una movilización de recogida del café y donde despuntó como magnífico cuadro.
La sede del ejecutivo de los CDR radicó en las calles Santa Lucía y San Félix, en la actual Ciudad Héroe. El primer grupo presidido por Manuel Borjas (Manolito) surgió en el edificio del Gobierno Provincial. Se trabajaba intensamente y eran muchas las actividades y tareas a orientar, ejecutar y controlar.
La situación financiera de los directivos era difícil, pues muchos realizaban este trabajo voluntariamente, otros tenían modestísimos salarios incluidos en nóminas de los Ministerios del Interior, Salud Pública y Comercio Interior u otros organismos con los cuales la Dirección Provincial tenía estrechos vínculos.