En tiempos de pandemia, que nos obliga a quedarnos en casa, se afectan nuestros hábitos de vida y nos compromete a buscar otras formas de ser útiles. Así, me puse a revisar amarillentos cuadernos de cuando era estudiante de la Escuela de Periodismo. Algunas notas allí rescatadas dieron pie para recrear esta curiosa Fotocrónica de hoy.
Se trata de las tres primeras cámaras de daguerrotipo que llegaron a La Habana en 1840. Explicaba nuestro profesor Julio Lagomasino que el primero de estos equipos fue comprado en París especialmente para el joven de 28 años D. Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Fernández de Santillán, gran estudioso de las ciencias e hijo del entonces Capitán General de la Isla de Cuba, el Príncipe de Anglona.
El equipo llegó en el mes de marzo de 1840 y traía la cámara, un trípode, productos químicos y cajas especiales para la captación y el revelado de las imágenes en las placas. Durante la travesía del galeón hacia la isla, se rompieron los frascos con las químicas y el aparato sufrió daños. Por suerte, el profesor de química de la universidad habanera José Luis Casaseca reparó la cámara y reemplazó las químicas derramadas, lo cual permitió obtener el primer daguerrotipo en Cuba.
A comienzos de abril, Téllez Girón realizó la prueba desde el balcón norte del Palacio de los Capitanes Generales y captó la Plaza de Armas, una parte del Palacio del Segundo Cabo, el Castillo de la Fuerza y el Templete. Un grupo de científicos y artistas fueron testigos de este acontecimiento, entre ellos el propio Casaseca y el dibujante y científico francés Federico Mialhe.
La segunda cámara fue traída para su venta en La Habana por la tienda El Buen Gusto de París, situada en la calle del Obispo nº 114, un establecimiento especializado en las últimas novedades fabricadas en Europa. El día 9 de junio de 1840 en el Diario de La Habana lo anunciaba así: Hemos traído de París el “Daguerrotipo, especie de cámara oscura inventado por Mr. Daguerre, que por medio de la reflexión de la luz va pintando los objetos por ellos mismos. Cada Daguerrotipo está acompañado de un libro de explicaciones”
Muy cerca de la misma calle se encontraba la recién fundada Litografía de la Real Sociedad Patriótica, más conocida como la “litografía de los franceses”. Su principal dibujante, artista y grabador era Federico Mialhe, quien antes de venir a Cuba a finales de diciembre de 1838, había visto varios daguerrotipos de los que Daguerre mostró a los miembros de la Academia de Ciencias Francesa y de la cual formaba parte.
Con estos hechos presenciados por Mialhe era de esperarse que adquiriera un equipo de daguerrotipo en su vecina tienda y en los escasos momentos que le dejaba libre su interminable trabajo de artista se dedicara a estudiarla con el propósito de copiar las imágenes únicas que producía sobre las piedras litográficas y reproducirlas por decenas en la imprenta.
Tanto la cámara de daguerrotipo de Téllez-Girón como la de Mialhe fueron fabricadas en París por Alphonse Giroux. Tenia un lente Wollaston acromático de una abertura de f14 y una distancia focal de 37,5 que proyectaba la imagen a un vidrio deslustrado. Medía 30 centímetros de alto por 35 de ancho y 25 de largo cuando estaba cerrada y se extendía hasta 50 cuando se iba a usar, y tenía un sello metálico de garantía con la firma de Daguerre. Las placas metalicas de 16 x 21 centímetros para captar la imagen requerían una exposición de 20 a 30 minutos a pleno sol. Su imagen era invertida igual a la de un espejo de ahí que le llamaron también “espejo con memoria”, y sólo se podía usar para fotografiar paisajes y edificaciones porque ninguna persona podía mantenerse tanto tiempo inmóvil para retratarse.
La tercera cámara que llegó a La Habana fue una sensación porque era capaz de captar a retrato el rostro de las personas y colocó a Cuba en el segundo país del mundo en tener una galería de retratos al daguerrotipo.
La trajo George W. Halsey a principios de diciembre. El era un profesor de caligrafía y dibujo de La Habana y durante su habitual estancia vacacional en Nueva York en los meses de octubre y noviembre de 1840 coincidió con el boom de hacer retratos en miniatura al daguerrotipo en esta ciudad.
La cámara estaba diseñada y fabricada por Alexander Wolcott, un dentista neoyorquino y fabricante de prótesis dentales que al conocer la historia y la técnica del invento de Niepce y Daguerre revelada el 19 de agosto de 1839 por el astrónomo Dominique Francois Aragó en las Academias de Ciencias y Bellas Artes de París y su prometedor futuro, se dispuso a lograr el retrato. Ideó una cámara cuyo frente en lugar del lente tenía un gran boquete por donde la luz penetraba y formaba la imagen sobre un espejo cóncavo situado en el fondo y la reflejaba a una pequeña placa sensible de 5 x 5 centímetros que se colocaba en el medio de la caja. Allí se exponía destapando el boquete durante dos o tres minutos según la claridad del día y volviéndola a tapar. Una trampa de luz situada en el plano superior de la caja permitía enfocar y encuadrar el rostro del retratado .
Con la cámara de su invención, Wolcott abrió en Nueva York el primer estudio fotográfico del mundo en el mes de marzo de 1840 y enseñó su arte a varios artistas que multiplicaron las galerías de retratos al daguerrotipo, entre ellos a Halsey, quien en diciembre de 1840 obtiene el permiso oficial para anunciar la cámara y el 3 de enero de 1841 inaugura el primer estudio de La Habana. Así, resulta bien llamativo que en la mayor de las Antillas se hicieran retratos al daguerrotipo antes que en París, la cuna de este maravilloso invento.
Buenos días, Jorge,
Como siempre, le felicito por su trabajo sobre el daguerrotipo en Cuba. El tema me interesa especialmente y me gustaría enormemente hablar con usted.
Un cordial saludo
Muchas gracias por su interés y su atento comentario. Nos ponemos en contacto para continuar intercambiando sobre este y otros temas de fotografía. Saludos, Jorge
Estimado Jorge, sigo sus publicaciones con gran interés. Soy historiador de la fotografía de Argentina, y me gustaría tomar contacto directo con usted. Cordiales saludos,
Carlos Vertanessian
Saludos cordiales para usted. Debo decirle que sigo con sana intención sus artículos sobre la llegada y desarrollo de la fotografía en Cuba, especialmente el Daguerrotipo, tema de investigación para enriquecer la narrativa museológica del museo de la Imagen en Santiago de Cuba. Gracias.
Hola Nilce, encantado. Le hablo desde Argentina, y me interesa saber más sobre ese Museo que menciona. Me gustaría así tomar contacto con usted. Saludos cordiales, Carlos Vertanessian. historiador de la fotografía de Argentina.