Por Mercedes Muñoz y Max Barbosa Miranda
Googlear ya es considerado —aunque no por la RAE— un sinónimo de buscar información; pero el apropiarse de este término simboliza la centralidad de la web y el desconocimiento de otras alternativas con el mismo fin.
Incluso entre los profesionales de la comunicación parece instaurarse como la única posibilidad. La evidencia es que no fue otro sino el propio director de Relaciones Estratégicas con los Medios de Google, Madhav Chinnappa, quien afirmó en la Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa de 2018 que “el periodismo y los buscadores de Internet estarán unidos para siempre”.
Desde la perspectiva de dicho gigante de las comunicaciones, es poco probable un apagón definitivo. A pesar de eso, Ashish Kedia, ingeniero de software de Google, relató en 2017 a través de la página Quora el hipotético caso de que el mundo estuviera sin la plataforma alrededor de 30 minutos.
Para Kedia, la primera reacción de todos sería verificar la conexión a Internet o fallos en el sistema operativo. Después se convencerían de la situación con el colapso de Gmail —servicio de correo electrónico de Google— o la inutilidad del sistema Android, y las redes sociales inundadas con la página de error.
Sobre el aspecto económico, el experto explicó que otras empresas —no solo Alphabet Inc., multinacional propietaria de Google— sentirían grandes pérdidas monetarias; pues, ante la necesidad de información, la gente buscará alternativas en otros servidores menos empleados, hoy día, como Yahoo, Bing y DuckDuckGo.
Solo en este contexto distópico, subrayó el ingeniero, los hackers y periodistas investigarán las causas del problema y comenzarán a pensar en la dependencia generada por la gran G.
No obstante, en este texto no nos haremos eco de fobias digitales o previsiones apocalípticas. No pretendemos, en realidad, plantear una vida sin Google. La idea final es compartir algunas alternativas para la búsqueda y recuperación de información, útiles para profesionales de la infocomunicación.
Dominio Google.com
Para el periodismo, la plataforma ofrece herramientas valiosas como Google Alert, que permite el seguimiento de temas con información periódica, situación nada ajena a la cotidianidad de esta profesión. No se necesita entonces ir a buscar nada, los datos vendrán a nosotros a través del correo electrónico.
Además, las consultas se facilitan con otros servicios e innovaciones como la creación de PageRank, cuyos algoritmos aumentan la capacidad para prever el futuro comportamiento de los usuarios, y aumenta la eficiencia en su función primaria de ser una vía de lanzamiento hacia otras webs.
Pero, esta simplicidad puede resultar engañosa para los profesionales de la información, pues si no vamos a la profundidad de lo que nos interesa, obtendremos solo lo que Google cree que nos interesa.
Activar buscadores alternativos
De la época del inicio y fortalecimiento de Google aún sobreviven, por ejemplo, Bing (propiedad de Microsoft y también envuelto en problemas con la privacidad), Ask (que funciona mediante preguntas elaboradas) y Yandex (el buscador por excelencia en Rusia y el occidente de Asia).
Asimismo, surgieron otros motores de búsqueda con una perspectiva alternativa y la especialización necesaria para competir, en mayor o menor medida, por la preferencia de su segmento de usuarios meta.
En China, donde no es accesible Google, existe Baidu. Un buscador restringido que representa sus tradiciones culturales, condiciones sociales, históricas y políticas del país. En su zona geográfica ya le da batalla a las grandes corporaciones de occidente; más aún tras superar el estereotipo de ‘copia china’ impuesto a casi cualquier producto de esa nación.
DuckDuckGo, por su parte, genera aceptación porque no guarda los datos de las búsquedas e impide a las aplicaciones externas rastrear la ubicación del dispositivo. Suele usarse para navegar de forma más profunda en la web. Mientras, Gibiru es un caso más específico y diferente. Este es un buscador que muestra las páginas habitualmente censuradas por el resto de los motores. Resguarda la privacidad del usuario con el empleo de un proxy anónimo.
Pero si de un espacio alternativo se trata, YaCy es un proyecto colaborativo sin un servidor central que puede potenciar la diversidad y representación de todas las voces en Internet (incluso, de temas en ocasiones desatendidos por Google). La fiabilidad depende de la responsabilidad de los usuarios con la veracidad de la información, porque son ellos mismos quienes crean el registro de páginas; es decir, es un buscador social en todo su esplendor.
Una sugerencia interesante es Search Creative Commons. El propio sitio advierte que no es un buscador, sino una interfaz para lanzar búsquedas a bases de datos especializadas. Como resultado se obtienen contenidos liberados bajo licencia gratuita, en este caso del tipo Creative Commons (CC). La facilidad mayor está en encontrar materiales audiovisuales —fundamentalmente— sin problemas de derecho de autor.
Por otro lado, si precisamos acceder a recursos gráficos también suele usarse TinEye. A partir de una imagen permite identificar otras similares. En el ámbito periodístico se emplea, además, para la verificación de la procedencia y calidad de imágenes en Internet.
Si bien las redes sociales se han convertido en fuentes de noticias contadas por los protagonistas, la cantidad de plataformas disponibles dificulta la tarea de los periodistas a la hora de buscar un dato concreto. Social Searcher es una herramienta útil para este fin. Gratuito hasta 100 consultas por día, rastrea publicaciones sobre ciertos temas en varias redes sociales al mismo tiempo.
Entre los metabuscadores más recomendables encontramos a MetaGer, Zapmeta, SearX y Startpage. Estas herramientas seleccionan la información desde las bases de datos de Google, Bing, Yandex y otras más específicas, con materiales científicos o tecnológicos. Además, estos metabuscadores ignoran nuestros hábitos de búsqueda, una ventaja si deseamos una indagación más desprejuiciada.
Un último apunte debe referirse a la Deep Web o Internet profunda. En esta profesión es meridiano comprender la red visible como un iceberg del que solo vemos la cima. Pero si bajamos en ese bloque de hielo encontraremos mucha información relevante, recursos valiosos y de acceso público.
No se necesita un navegador especial, solo conocer algunos recursos y plataformas como The WWW Virtual Library, un repositorio de todo tipo de archivos de Internet que lleva años funcionando. También vale conocer The Hidden Wiki que, a pesar de no ser un buscador, ofrece un directorio colaborativo de enlaces a páginas y servicios disponibles en la deep y dark web.
Google siempre ha trabajado en la experiencia del usuario, y con el pasar de los años ha creado actualizaciones en beneficio de esta filosofía. Actualmente el 70% de la población mundial prefiere utilizar este motor de búsqueda para sus quehaceres.