El periodista Lázaro Barredo Medina, quien dirigiera el diario Granma entre noviembre de 2005 y octubre de 2013, falleció este martes a causa de una afección cardiovascular.
Al frente del periódico del Partido Comunista de Cuba se consagró por ocho años, durante los cuales, el 14 de marzo de 2008, le nació al rotativo la sección Cartas a la Dirección, como escalón superior de vínculo con los lectores y sus instituciones.
Su sagacidad como profesional del periodismo lo llevó a tratar diferentes temas de la actualidad nacional e internacional, destacándose en el abordaje de la economía y, particularmente, del diferendo Estados Unidos-Cuba. Lo hizo desde las páginas de Juventud Rebelde, cuando era corresponsal en Matanzas, y luego en calidad de subdirector del órgano de la juventud.
Su destacada labor en la prensa cubana lo condujo también a ocupar el cargo de vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba en el año 1986, columnista de política internacional en el periódico Trabajadores, y en la actualidad se de-sempeñaba en la revista Bohemia. Fue un destacado y habitual panelista de la Mesa Redonda, desde su fundación hasta el momento de su deceso.
Su pasión por informar desde todos esos medios de comunicación la compartió con el honroso deber de servir a su pueblo, primero desde la condición de delegado de base del Poder Popular y, desde 1993 hasta la pasada legislatura, como diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular Barredo, como lo llamn sus compañeros, resultó electo delegado al 6to. Congreso del Partido.
Fiel a su Revolución, en 1959 se alistó en las Patrullas Juveniles, y siendo aún adolescente ingresó en las Milicias Nacionales Revolucionarias.
A sus familiares, amigos y compañeros, la Unión de Periodistas de Cuba les hace llegar sus sentidas condolencias.
Lo conocí en los años 70, cuando él colaboraba con la revista Moncada. Fue un periodista sagaz y un investigador riguroso de temas de la realidad nacional y posteriormente internacional. Sus intervenciones públicas en la Asamblea Nacional apuntaron a buscar la verdadera causa de los problemas, durante el debate de asuntos generalmente muy polémicos. Descanse en paz. Mis condolencias a sus familiares, colegas y en particular a sus hijos.
Cuba, y la prensa en particular, pierden a un militante revolucionario, comprometido con su palabra y acción, con la obra justa y humana que es la Revolución, la que defendió en cada trinchera con pasión, militancia y ejemplo personal.