Como un ataque a la población indígena, la fauna y flora de la región, describieron los grupos medioambientalistas el plan de aprobado este lunes por el gobierno de Donald Trump para abrir el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, en Alaska, a la exploración y explotación de petróleo, informó Efe.
Esta decisión —indica el reporte— podría conducir a la adjudicación de concesiones antes de fin de año en todo el refugio de vida silvestre, que cubre 631.800 hectáreas y es hábitat de especies como los osos polares y los caribúes.
La nota destaca que, desde 1980, el Congreso había designado la franja costera de la reserva, en el nordeste de Alaska, para posibles explotaciones petroleras, pero el Refugio del Ártico había sido territorio vedado para las perforaciones, a pesar de los esfuerzos de cuatro décadas de los republicanos por abrirlos a las empresas petroleras.
Por otra parte, en el último año, cinco de los seis grandes bancos de Estados Unidos —Goldman Sachs, Wells Fargo, Chase, Citi y Morgan Stanley— reconocieron que las explotaciones en el Ártico son una mala inversión y excluyeron la financiación de perforaciones en esa región, incluyendo el Refugio del Ártico.
“El llamado proceso de revisión de las explotaciones petroleras en el Refugio Ártico ha sido un vergonzoso trapicheo desde el principio”, dijo Lena Moffitt, directora de campaña del grupo ambientalista Sierra Club, quien anunció que impugnarán este plan de la Administración Trump en los tribunales de justicia.
«El pueblo indígena Gwich’in también consideró que la llanura costera del Refugio Ártico es sagrada porque sirve como lugar de nacimiento para puercoespines y caribúes, animales de los que nativos de Alaska dependen para la alimentación y la tradición cultural«, señaló el grupo Earthjustice.
De acuerdo con Erik Grafe, abogado adjunto de Earthjustice, de la oficina regional de Alaska en Anchorage, “esa decisión pasa por alto las leyes diseñadas para proteger la vida silvestre como los osos polares y el caribú, que han utilizado la llanura costera desde tiempos inmemoriales como refugio para dar a luz a sus crías todos los años«.
Añadió que se trata de “un refugio natural sagrado, salvaje e insustituible que no se debería sacrificar por un desarrollo petrolero que no tiene salida y que solo empeorará la crisis climática”.
En una declaración, en la que también prometió querellas en los tribunales, Grafe subrayó que “el plan de la Administración para arruinar este lugar con el fin de obtener ganancias petroleras privadas a corto plazo es ilegal.
(Tomado de Cuba en Resumen)