Pese a las campañas en su contra, las ideas marxistas leninistas tuvieron terreno fértil en Cuba, que hoy recuerda la fundación hace 95 años del primer partido con esa orientación, cual continuación de la historia revolucionaria y de las luchas emancipadoras.
Fue el 16 de agosto de 1925 cuando 17 delegados se reunieron en la capital cubana en representación de varias agrupaciones comunistas y bajo los auspicios de los revolucionarios Carlos Baliño, Julio Antonio Mella y José Miguel Pérez, su primer secretario general.
Veterano combatiente, Baliño acompañó al Héroe Nacional José Martí en la creación del Partido Revolucionario Cubano, del que se definían como continuadores algunas figuras pertenecientes al primer Partido Comunista de Cuba.
Mella, un dirigente estudiantil, se dedicó en cuerpo y alma al rescate del ideario del Apóstol con diversas acciones, incluidas sus Glosas al pensamiento de José Martí (1926).
Eran tiempos del régimen de Gerardo Machado, un general de la guerra de independencia que llegó al poder por vía electoral con amplio apoyo popular y luego devino dictador. Como otras fuerzas del mismo corte que surgieron en el entorno de la década del 20 del siglo pasado, el Partido se afilió a la III Internacional, fundada por Vladimir Ilich Lenin, el líder de la primera revolución socialista en el mundo, en Rusia.
Aunque la mayoría de sus miembros no tenían sólidos conocimientos teóricos sobre el comunismo, se propusieron un programa de reivindicaciones para los obreros y campesinos. Igualmente, se plantearon trabajar activamente en los sindicatos, organizar a los campesinos y luchar por los derechos de la mujer y la juventud, según recuerda Prensa Latina.
Hasta 1938 esa fuerza política fue ilegal en el país y su labor clandestina le llevó a la persecución de sus integrantes (expulsión del canario Pérez por ser un extranjero indeseable, procesos judiciales contra Mellay posterior asesinato) y la represión del incipiente movimiento obrero.
En tal línea de pensamiento con posterioridad profundizarían mediante sus ensayos y artículos otros como Blas Roca, Juan Marinello y Carlos Rafael Rodríguez, dirigentes del partido comunista (entonces bajo el nombre de Partido Socialista Popular, PSP) al triunfo de la Revolución en 1959.
Como parte del proceso de unificación de las fuerzas que combatieron el régimen de Fulgencio Batista (1952 diciembre de 1958) , el PSP se unió al Movimiento 26 de Julio y al Directorio Revolucionario 13 de Marzo en las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), en 1961.
Casi un año después, en 1962, las ORI se convirtieron en el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, hasta que en octubre de 1965 retomó el nombre de Partido Comunista de Cuba, cuyo primer secretario es el general de Ejército Raúl Castro, continuador en el cargo que ocupó desde su fundación Fidel Castro.
(Tomado de Cuba en Resumen)
Fidel valoró con exactitud el significado de aquel acontecimiento y el papel del Primer Partido Comunista, entendiendo cada paso en relación con su contexto. En muchos aspectos se debe continuar investigando su historia. Como comunistas cubanos de hoy nos sentimos orgullosos de nuestros predecesores que abrieron caminos en campos muy significativos de la emancipación social y tuvieron con Blas Roca al frente la claridad de ver la dimensión del liderazgo del Comandante en Jefe, contribución importante a la unidad de las fuerzas revolucionarias junto al trabajo consagrado en los diferentes frentes de la Revolución.