La intención de Alberto Curbelo, al fundar el grupo Teatro Cimarrón (TC) fue la de consolidar un teatro total, en el que las experiencias de vida en las comunidades, tanto rurales como urbanas, constituyan centro de atención en la creación escénica mediante sus diferentes expresiones —actuación dramática, magia, cuentos, narraciones orales, clown, danza y música—.
Para tal fin, TC se caracteriza por una premisa básica: el trabajo en equipo, integrado además de su director, por el maestro Jorge Garciaporrúa (asesor musical), Siria Robles (coreógrafa), Eudy Leslie (primer actor), Mercedes Hernández (primera actriz), Manuel Díaz —Zandry— (titiritero), José Á. Rodríguez (Mago Jardines), Anel Guardado (actriz-clown), Elena Garay (actriz y cantante), Josefina Izquierdo —Fifi— (actriz), Edgar Motronis (actor), Amelia Toledo (narradora oral) y Elena Valderrama (jefa de escena y vestuarista).
Cada uno de ellos están preparados para asumir, indistintamente, los diferentes roles y tareas que exige cualquier escenificación, amén de que ejecutan el diseño y la confección de los vestuarios, el maquillaje, la peluquería, la escenografía e, incluso, el mantenimiento higiénico de su área de trabajo en el deteriorado edificio del Edison, espacio que, durante varios años, acogió a cientos de infantes y adultos en sus variadas programaciones semanales, y desde donde irradió su arte hacia disimiles áreas del Cerro y de otros lugares de la capital, además de sus recurrentes giras por el resto del país, fundamentalmente hacia zonas rurales.
Sin rebuscamientos ni adornos banales
Mediante discursos que, en tanto contemporáneos también trascienden sin rebuscamientos ni adornos banales, TC no solo ha llevado a esos lugares obras de Curbelo, sino además la de otros importantes dramaturgos y escritores, nacionales y extranjeros, adaptaciones generalmente asumidas por este artífice que enfatiza y exige de los actores el convencimiento expresivo de sus actuaciones, así como la incorporación de giros poéticos, gestuales y verbales que prontamente se identifiquen con los auditorios, mediante la reavivación de sus experiencias y su auto reconocimiento dentro de la sociedad en que viven.
Con motivo del aniversario 25 de TC, Marvin J. Yaquis Escobedo, director del Centro de Teatro de La Habana, envió un mensaje al poeta, dramaturgo, narrador, ensayista y director artístico Alberto Curbelo Mezquida, donde expresa: “Reciban sus fundadores e integrantes, en nombre del Consejo Nacional de las Artes Escénicas y del Centro de Teatro de La Habana y de sus artistas, nuestras felicitaciones por su entrega y dedicación a la cultura nacional. Sus montajes representan lo más tradicional de la cubanidad, expresado a través de manifestaciones populares, folclóricas, mitos y ceremonias, como aportes a nuestra identidad histórica y cultural mediante una dramaturgia nacional”.
La nota del directivo agrega que TC es “fundador del evento BarrioCuento, además de distinguirse por un destacado trabajo comunitario, el cual asume como una prioridad en zonas lejanas de difícil acceso, hospitales, centros educacionales y penitenciarios, entre otras actividades, tanto para niños como para adultos. Reciban nuestro amor y cariño por tantos años de trabajo. Felicidades Teatro Cimarrón”.
De su formación como pedagogo (Licenciado en Educación) le viene a Curbelo su inclinación por trabajar con los niños, interés que para él constituye una necesidad perentoria, de ahí que hace alrededor de dos años, incorporó su grupo, como colaborador, al Proyecto Cultural Palacio de los Torcedores, perteneciente al Centro Cultural que radica en ese emblemático edificio, Monumento Nacional, donde entre otros relevantes acontecimientos de la historia, durante un tiempo —luego de su inauguración en el año 1925— radicó la Universidad Popular José Martí, fundada por Julio Antonio Mella en 1923. Los terceros jueves de cada mes TC realiza allí su peña La vega de los cuentos, en tanto propuestas escénicas de diferentes formatos —monólogos, declamaciones, representaciones teatrales y otras—, se incluyen en los recurrentes espectáculos que se programan en ese lugar.
Tanto por su obra escrita —poesía, cuento, teatro, ensayo y periodismo— como por con sus montajes escénicos, Curbelo ha sido galardonado en más de sesenta certámenes.
El hombre es feliz pensando
En su primer cuarto de siglo de existencia, él y su colectivo, siguen apostando “por hacer sus presentaciones donde se encuentra el espectador más urgido, aunque no tenga allí ni siquiera las más elementales condiciones técnicas. De ahí que establezcamos nuestro palenque en cualquier lugar”, dijo el entusiasta teatrista, quien en la cotidianeidad de TC lleva como premisa las palabras del eterno Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz: “El hombre no es solo feliz gastando; el hombre es feliz pensando, el hombre es feliz aprendiendo, el hombre es feliz conociendo. El hombre es más feliz cuanto más eleva su calidad espiritual y no simplemente las riquezas, que hacen falta, desde luego, pero no constituyen lo único esencial en su vida”.