“Según recientes declaraciones de quienes en el Departamento de Estado [de Estados Unidos] tienen responsabilidad sobre los asuntos cubanos, su política en este período ha consistido en restringir las fuentes de ingreso económico de Cuba, y obligar a la población a enfrentar carencias aún mayores para presentarlas como deficiencias del modelo político y económico cubano”, denunció hoy el director general para EE.UU., del Ministerio de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío.
En un artículo publicado en el diario Granma, el funcionario enfatizó que la decisión más determinante del Gobierno norteamericano respecto a Cuba en el marco de la pandemia de la COVID ha sido categórica, pues ha aprovechado la inevitable propagación universal del virus para aumentar el costo del bloqueo económico y aspirar así a incrementar las carencias y provocar el sufrimiento del pueblo cubano.
Contrario a los llamados por la solidaridad mundial, Washington apostó a que la enfermedad, su contagio virulento, las posibles muertes previsibles y el agravamiento de las dificultades económicas en Cuba fuesen sus aliados de ocasión.
Así-de acuerdo con Cossío-reconocen sin la más mínima vergüenza haber desatado una campaña de difamación sustentada con amenazas y chantajes contra los países que solicitan y reciben la cooperación médica de la Isla.
También alardean, además, de estar desalentando a los viajeros para frenar los legítimos ingresos de la industria turística, acciones que, sin embargo, “no describen más que una fracción de la guerra económica abrumadora y persistente” que sufren los cubanos.
La creciente ofensiva responde a intereses evidentemente electorales que hacen énfasis en la Florida, Estado donde radica un importante número de estadounidenses de origen cubano.
Presentar a Cuba como un país inviable, decadente, con una miseria extendida-declaró el diplomático-es el propósito de la maquinaria de difusión estadounidense que, sin derecho ni autoridad moral para interferir en los asuntos internos de la nación, aplican acciones cada vez más hostiles para intentar que se convierta en realidad el panorama desolador que describe.
“Muchas veces hemos preguntado y no de forma retórica, qué otra nación relativamente pequeña, subdesarrollada y de escasos recursos naturales hubiera soportado durante más de seis décadas el embate de una guerra económica tan sostenida y desigual. Es una interrogante válida incluso para muchos países industrializados”, precisó el embajador y añadió que, en el enfrentamiento a la pandemia, Cuba ha demostrado sus fortalezas indiscutibles a través de un sistema de salud robusto y accesible a todos, y un potencial educativo, cultural y científico propio, con resultados de alcance universal.
Cossío también se refirió a la urgencia en la implementación de cambios económicos y sociales fundamentales previstos en “momentos de menos presiones” y aclaró que el país está obligado a aplicarlas con creatividad en el contexto de la más severa agresión.
Por otra parte, el directivo destacó que aunque EE.UU. “tiene y tendrá, sin derecho alguno, la capacidad de castigarnos severamente, de generar inmensas dificultades económicas”, no podrá doblegar la voluntad de la nación antillana.
Entre las características más consistentes de la difícil historia compartida en los últimos 62 años-concluyó Fernández de Cossío-está la disposición de Cuba a encontrar una forma de convivir respetuosamente con los EEUU y de intentar resolver las diferencias por vías diplomáticas. “Es una aspiración que el pueblo cubano comparte por abrumadora mayoría y que hoy parece lejana, aunque no es imposible”.
Excelente. Muy certeras declaraciones del compañero Cossío.