Los resultados alcanzados por Cuba en la contención del nuevo coronavirus, al poner a disposición de los pacientes todas sus capacidades científicas y de atención médica para evitar muertes entre los afectados por la forma grave de la COVID-19 y entre quienes potencialmente pudieran llegar a ese estado, fueron reconocidos por la revista internacional de divulgación científica New Scientist.
Lo que el sistema de salud carece en materiales —dice el reporte—, lo compensa en la fuerza laboral. Cuba tiene la relación médico/paciente más alta del mundo, 8.19 por 1000. En comparación, Brasil tiene 2.15 y los Estados Unidos 2.6.
A través de entrevistas con científicos, el texto acentúa que “antes del primer caso reportado, el gobierno de Cuba envió equipos de médicos, enfermeras y estudiantes de medicina de puerta en puerta preguntando sobre los síntomas respiratorios y educando al público sobre la enfermedad. También envió casos sospechosos de COVID-19 a centros de aislamiento administrados por el estado y rastreó todos sus contactos recientes”.
Un sistema de atención primaria de salud realmente fuerte —dijo a New Scientist Amilcar Pérez-Riverol, de la Universidad Estatal de São Paulo— ha sido un jugador importante en el control del brote.
El gobierno también debe ser acreditado por actuar temprano, añadió Pérez-Riverol. “Estaban preparando todo el sistema para el diagnóstico dos meses antes de que se detectara el primer caso”.
La nota subraya además que, Cuba, una isla de 11,3 millones de personas, es un ejemplo poco frecuente de cómo manejar una pandemia, según Michael Bustamante, de la Universidad Internacional de Florida.
“Una preocupación particular era el envejecimiento de la población cubana, la más antigua de América, y que por ello se vería muy afectada cuando el primer caso de COVID-19 llegara de Italia el 11 de marzo. Pero, aun así, el 1 de julio la Isla había reportado solo 2348 casos confirmados y 86 muertes”. (Tomado de Cuba en Resumen).