“El origen del género Homo en África está vinculado a cambios medioambientales. Los indicios de un yacimiento nuevo, Mille Logya (Afar, Etiopía) apuntan a que el comienzo del género Homo y la desaparición del Australopitecus se debieron a cambios climáticos”, informó el Periódico de Atapuerca, en su edición del mes de junio.
La conclusión emerge de un estudio publicado en Nature Communications el pasado mes de mayo por un equipo internacional liderado por Zeray Alemseged, de la Universidad de Chicago, acerca de “un periodo de tiempo crítico en la evolución humana (3-2,5 millones de años), no documentado hasta ahora en la región de Afar, debido a la falta de sedimentos expuestos de este rango de edad”.
Durante este intervalo —explica Mark J. Sier, geocronólogo del Programa de Geocronología y Geología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en Burgos, España, y parte del equipo multidisciplinar liderado por Alemseged— se ven algunas de las primeras herramientas de piedra fabricadas, conocidas como Oldowan, de 2,6 millones de años, y la emergencia de los géneros Homo y Paranthropus, en África Oriental, de 2,8 y 2,7 millones de años, respectivamente.
Pero, los nuevos indicios —añade—, recogidos en la excavación de un enclave nuevo, Mille Logya, arrojan luz sobre algunos de estos hitos evolutivos fundamentales.
De acuerdo con el articulista, que contribuyó en dicho estudio con la datación de este enclave por medio de la aplicación de técnicas paleomagnéticas , el equipo recuperó algunos fósiles de homínidos, un fragmento parietal y varios dientes, datados en alrededor de 2,5 millones de años y que han sido asignados al género Homo.
“El trabajo geológico revela que la geotectónica y la migración al norte-este del lago asociada a aquella jugaron un papel fundamental en la configuración del paisaje ancestral y que la presencia de Homo se asocia a condiciones medioambientales más abiertas. También se ha documentado un cambio de fauna in situ dentro de las colecciones de Mille-Logya, en el cual las especies más antiguas estaban asociadas a condiciones más cerradas y los grupos más jóvenes, a entornos más abiertos”.
Como conclusión —subraya la nota—, los investigadores deducen que, o bien Australopitecus afarensis evolucionó hacia Homo debido a modificaciones medioambientales, o bien Homo apareció en la región junto con otras especies que ocupaban hábitats abiertos, sustituyendo a Australopithecus en la región.
“Así pues, la desaparición de Australopithecus afarensis (la especie a la que pertenece Lucy) está relacionada con la emergencia del género Homo por la influencia de los cambios climáticos que tuvieron lugar en África en aquella época”. (Tomado de Cuba en Resumen)