Un nuevo informe elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Instituto Internacional de Investigación Ganadera, atribuyó la creciente tendencia de las zoonosis en poblaciones humanas a la degradación del entorno natural.
El aumento de la demanda de la proteína animal, los sistemas agrícolas insostenibles, el creciente uso y explotación de la vida silvestre y el cambio climático son algunas de las causas que propician la transmisión de enfermedades infecciosas de los animales hacia los humanos, identificadas por los autores del estudio.
La COVID-19 es solo otro de los lamentables ejemplos en la lista de enfermedades provenientes de los animales, pues ese también fue el caso del virus del Nilo Occidental, el VIH-SIDA, el ébola, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).
Por eso, la economista y ecologista danesa Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA, advirtió que si la humanidad continúa explotando la vida silvestre y destruyendo la diversidad de los ecosistemas, podría esperar un flujo constante de este tipo de afecciones.
“Las pandemias devastan nuestras vidas y nuestras economías y, como hemos observado en los últimos meses, las personas más pobres y vulnerables sufren más. Para evitar futuros brotes debemos ser más diligentes en la protección de nuestro entorno natural”, añadió la directiva.
En efecto, los datos muestran que alrededor de dos millones de personas, la mayoría de países subdesarrollados, mueren cada año como consecuencia de enfermedades zoonóticas desatendidas.
Durante los últimos veinte años-señala información publicada en la página web de la Organización de Naciones Unidas (ONU)-las zoonosis han provocado pérdidas económicas de 100 mil millones de dólares sin contar los nueve billones de dólares que costará la pandemia en los próximos dos años, según proyecciones del Fondo Monetario Internacional.
De acuerdo con el informe, la experiencia de África, el continente que ha padecido y superado una serie de epidemias zoonóticas en las últimas décadas, podría ser una fuente importante de soluciones, pues la región alberga gran parte de las selvas tropicales que quedan sin alterar en el planeta y a la vez registra el mayor crecimiento demográfico del mundo.
En ese sentido, el director del Instituto de Investigación Ganadera, Jimmy Smith, considera que los países africanos “están demostrando maneras proactivas de gestionar los brotes de enfermedades” a través de enfoques basados en los riesgos, los cuales constituyen “los más adecuados para los escenarios con escasos recursos”.
Asimismo, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, destacó los hallazgos del estudio y expresó que la conservación de los hábitats naturales, la agricultura sostenible y el fortalecimiento de los estándares de seguridad alimentaria constituyen imperativos para todas las naciones del mundo.
Debemos adoptar un marco de trabajo nuevo y ambicioso para proteger y usar la biodiversidad de forma sostenible-enfatizó Guterres-solo así podremos mantener sana a la población y al mismo tiempo proteger a la economía global. (Tomado de Cuba en Resumen)