COVID-19

La COVID-19 es una enfermedad multisistémica

Además de causar patologías respiratorias, la COVID-19, de acuerdo con un estudio realizado por investigadores estadounidenses, es una enfermedad que causa múltiples complicaciones extrapulmonares.

“Los médicos deben pensar en la COVID-19 como una enfermedad multisistémica”, aseguró una de las autoras principales del análisis, la doctora Aakriti Gupta, a Medical Express, medio que calificó el estudio como “la primera revisión exhaustiva de los efectos de la COVID-19 fuera de los pulmones.

De ahí que la especialista llamara a comprender que a pesar de que existen muchas noticias relacionadas con la coagulación, también es importante comprender que una proporción sustancial de estos pacientes sufren daños renales, cardíacos y cerebrales.

Esas condiciones, de acuerdo con la investigación publicada recientemente en la revista mensual Nature Medicine, incluyen complicaciones trombóticas, disfunción miocárdica y arritmia, síndromes coronarios agudos, lesión renal aguda, síntomas gastrointestinales, lesión hepatocelular, hiperglucemia y cetosis, enfermedades neurológicas, síntomas oculares y complicaciones dermatológicas.

Una de las complicaciones más comunes son los efectos de la coagulación, la cual puede deberse al ataque del virus contra las células que recubren los vasos sanguíneos, como resultado la inflamación aumenta y la sangre comienza a formar coágulos que pueden viajar por todo el cuerpo perpetuando un “círculo vicioso” de tromboinflamación.

Aunque el mecanismo de daño cardíaco actualmente no está claro-precisa Gupta-pues el SARS-CoV-2 no ha sido aislado con frecuencia del tejido cardíaco en los casos de autopsias, el músculo coronario puede dañarse también por la inflamación sistémica y la liberación de citocinas debido al descontrol del sistema inmunitario.

Otro hallazgo sorprendente fue la alta proporción de pacientes con la enfermedad que presentan daño renal agudo, al encontrarse en esos órganos elevadas concentraciones del receptor AC2, utilizado por el virus para ingresar a las células sanas.

En este sentido, el estudio sugirió que es posible que una proporción significativa de pacientes con la enfermedad requiera de diálisis permanentes.

Por otra parte, los síntomas neurológicos, como dolor de cabeza, mareos, fatigas y pérdida de olfato, pueden manifestarse en, aproximadamente, un tercio de los pacientes; mientras los accidentes cerebrovasculares se han registrado en hasta el seis por ciento de los casos graves y el delirio ha afectado al ocho o nueve por ciento de los pacientes que permanecían ingresados alrededor de dos semanas o un mes.

Según Gupta, esas alucinaciones pueden ser menos un efecto del virus y más una consecuencia de la sedación prolongada durante el periodo de hospitalización.

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