Los cambios provocados por la COVID-19 en las plaquetas podrían contribuir a la aparición de ataques cardíacos, derrames cerebrales y otras complicaciones graves en pacientes con la enfermedad, detallaron científicos de la Universidad de Utah Health (Estados Unidos) en Blood, una revista de la Sociedad Americana de Hematología.
En el estudio, titulado Expresión y función del gen de plaquetas en pacientes con COVID-19, los investigadores precisaron que las proteínas inflamatorias producidas durante la infección alteran la función de las plaquetas, haciéndolas “hiperactivas” y más propensas a formar coágulos sanguíneos peligrosos y potencialmente mortales.
“Nuestro hallazgo agrega una pieza importante al rompecabezas que llamamos COVID-19”, aseguró Robert A. Campbell, autor principal del estudio y profesor asistente en el Departamento de Medicina Interna de la Universidad.
Tras comparar muestras de sangre tomadas a una población de 41 pacientes con el SARS-CoV-2 ingresados en el Hospital de la Universidad de Utah en Salt Lake City con muestras extraídas a individuos sanos, los científicos encontraron que el virus desencadena cambios genéticos en las plaquetas, al tiempo que notaron que esas transformaciones alteraron significativamente la interacción entre las plaquetas y el sistema inmune, lo que probablemente contribuye a la inflamación del tracto respiratorio.
A pesar del hallazgo, el equipo de expertos no detectó evidencia del virus en la gran mayoría de las plaquetas, razón que sugiere la ocurrencia de cambios genéticos que afectan a esas células de manera indirecta.
En ese sentido, otro de los autores del estudio e investigador asociado del Programa de Medicina Molecular de la Universidad de Utah, Bhanu Kanth Manne, planteó como hipótesis que la inflamación causada por la enfermedad podría afectar a los megacariocitos (células productoras de plaquetas), resultando la transmisión de dichas alteraciones genéticas.
Campbell enfatizó que si logran descubrir cómo el SARS-CoV-2 interactúa con los megacariocitos o las plaquetas, los científicos podrían bloquear esa interacción y reducir el riesgo de que las personas enfermas desarrollen coágulos sanguíneos.