La presidenta “de facto” de Bolivia, Jeanine Áñez, anunció, este domingo, que promulgará la ley para convocar a elecciones presidenciales el próximo seis de septiembre.
Por medio de una alocución nacional, Áñez responsabilizó al candidato por el Movimiento al Socialismo (MAS), Luis Arce, y al expresidente, Evo Morales, de presionarla para celebrar los comicios lo antes posible e insistió en que ellos deben asumir las consecuencias “por haberla forzado a realizar las elecciones en plena pandemia del coronavirus”, señaló Telesur.
Al mismo tiempo, destacó su intento de evitar la celebración de los comicios en esa fecha para minimizar “el riesgo de contagio” que supone realizarlos en medio del brote del nuevo coronavirus y no porque tenga algún interés en “prorrogar su gestión”.
Sin embargo, las declaraciones más recientes ofrecidas el propio domingo por Evo Morales, dejan en entredicho la intervención de la actual mandataria.
De acuerdo con Telesur, Morales denunció que “se planifica un nuevo golpe de Estado contra la Asamblea Legislativa y organizaciones sociales y sindicales”.
Las declaraciones del líder boliviano tuvieron lugar tras el encuentro sostenido por Áñez y el titular del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, para determinar una fecha definitiva.
En una entrevista concedida por Romero-reseña Telesur-al diario nacional La Razón, declaró que “el TSE siempre ha considerado elementos científicos, razón por la cual tomó la iniciativa de buscar, con el respaldo de Naciones Unidas, la Unión Europea y la Iglesia, la concertación con los actores políticos”.
El pasado 17 de junio, la presidenta de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, Eva Copa, le recordó a Áñez que su único mandato era el de presidir las nuevas elecciones y en caso de no promulgar la ley que le fue remitida, solamente estaría adelantando la realización de los comicios al 2 de agosto.
