Una investigación en curso de la empresa privada de genómica personal y biotecnología 23andMe, con sede en California, Estados Unidos, aportó evidencias sobre la relación entre los grupos sanguíneos de las personas, determinados por el gen ABO y el rango de susceptibilidad de contraer la COVID-19.
Los datos preliminares, de acuerdo con información de la compañía, sugieren que el tipo de sangre O “parece ser protector frente al SARS-CoV-2”.
A principios de abril, la empresa californiana inició el estudio con el propósito de esclarecer si la genética podría explicar por qué algunos enfermos no experimentan síntomas, mientras otros enferman gravemente.
Para ese análisis, los participantes facilitaron información sobre la presencia de síntomas vinculados a resfriados o gripes y sobre diagnósticos previos de la COVID-19.
Después de estudiar los datos obtenidos de 750 mil personas, 10 mil de las cuales habían sido hospitalizadas por el virus, los resultados arrojaron que pacientes con el grupo sanguíneo O tienen entre un nueve por ciento y un 18 por ciento menos de probabilidades de dar positivo a la enfermedad, que individuos con el resto de los tipos de sangre. Proporción que se aplica tanto al Rh (proteína integrada a los glóbulos rojos) positivo como al negativo.
Asimismo, los científicos expusieron que “debido a las diferencias (entre los cuatro tipos de sangre) son bastante pequeñas, se necesita un tamaño de muestra extremadamente mayor para explorar las diferencias entre los grupos”.
Los hallazgos genéticos y su relación con la COVID-19 son respaldados por al menos dos estudios publicados recientemente, uno en China y otro en Italia y España.
Ese último, según información del diario El Mundo, analizó los genes de más de 1 600 pacientes en Italia y España y reveló que “tener sangre tipo A estaba relacionado con un aumento del 50 por ciento de la probabilidad de que un paciente requiriera un ventilador”.
