“La más noble de las ocupaciones y quién sabe si la más grata, es la de enfermero. La idea le hará reír, pero si la descascara, verá como es verdad.”
José Martí. Enero 1990.
Al cumplirse 130 años de escritas las ideas precedentes de José Martí en una carta a su amigo Gonzalo de Quesada en la cual le confesaba su estado anímico dominado por una “tristeza del alma que me la tiene obscura ahora”, que refleja tal vez un aspecto o sentido integral o particular de la enfermería; al celebrarse también el bicentenario de día del natalicio de la enfermera Florence Nightingale, en cuyo honor se escogió el 12 de mayo como Día Internacional de la Enfermería, así como en ocasión de la declaración por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como 2020 Año Internacional de la Enfermería; en el momento histórico en que el mundo vive y padece sometido a la pandemia por la COVID-19, con un desarrollo de apenas unos meses y unos resultados integrales que han afectado gravemente la vida, la salud y otros muchos determinantes sociales, todavía impredecibles en su conjunto y particularidades, son tales hechos los fundamentos suficientes para que, estimulado por esos múltiples acicates médico-histórico-sociales, me sienta obligado a escribir algunas precisiones y reflexiones sobre esta temática esencial de nuestro tiempo, en las cuales la situación en el mundo y en Cuba serán el sustento lógico.
Recientemente la OMS emitía desde Ginebra un informe titulado Situación de la enfermería en el mundo 2020, con ideas cardinales como las siguientes:
La pandemia de COVID-19 pone de manifiesto la necesidad urgente de fortalecer el personal de salud a nivel mundial.
En sus conclusiones se revelan importantes deficiencias en el personal de enfermería y se señalan las esferas prioritarias de inversión en materia de formación, empleo y liderazgo para fortalecer el personal de enfermería en todo el mundo y mejorar la salud de todos.
El personal de enfermería representa más de la mitad del personal de salud que hay en el mundo, y presta servicios esenciales en el conjunto del sistema sanitario. A lo largo de la historia el personal de enfermería ha estado en primera línea de la lucha contra las epidemias y pandemias que amenazan la salud a nivel mundial, igual que sucede hoy. En todos los lugares del mundo están demostrando su compasión, valentía y coraje en la respuesta a la pandemia de COVID-19: nunca antes se había puesto más claramente de relieve su valía.
Los profesionales de enfermería son la columna vertebral de cualquier sistema de salud. Hoy en día, muchos de ellos se encuentran en primera línea en la batalla contra la COVID-19», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Este informe constituye un claro recordatorio del papel insustituible que desempeñan y una llamada de atención para asegurar que reciben el apoyo que necesitan para salvaguardar la salud del mundo.
El personal de enfermería cuenta actualmente con cerca de 28 millones de profesionales en todo el mundo. Las filas del personal de enfermería registraron un incremento de 4,7 millones entre 2013 y 2018. No obstante, la cifra actual sigue dejando un déficit mundial de 5,9 millones de profesionales.
Más del 80% del personal de enfermería del mundo trabaje en países que albergan a la mitad de la población mundial. Aproximadamente el 90 por ciento de todos los profesionales de la enfermería son mujeres y uno de cada ocho de estos profesionales ejerce en un país distinto al país en que nació o se formó. Para evitar que se produzca una situación de escasez a escala mundial, en el informe se estima que los países que experimentan carencias deben aumentar el número total de graduados en enfermería a razón de un 8% anual de promedio, y mejorar sus opciones de obtener empleo y retenerlo en el sistema de salud.
Cada céntimo que se invierte en el personal de enfermería aumenta el bienestar de las personas y las familias de maneras muy claras y tangibles, que todo el mundo puede ver.
Entre las estrategias se recomienda ofrecer a los futuros profesionales de la enfermería formación teórica y práctica en las competencias científicas, tecnológicas y sociológicas que necesitan para avanzar en la atención primaria de salud También se concluye que los gobiernos tienen que invertir en una aceleración mayúscula de la formación del personal de enfermería, la creación de empleos en el sector, y en el liderazgo. Sin los profesionales de la enfermería y la partería y otros profesionales de la salud, los países no pueden ganar la batalla contra los brotes, ni tampoco alcanzar la cobertura sanitaria universal ni los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En Cuba el ejercicio de la enfermería tiene una larga historia y su formación durante los siglos XX y XXI, que heredó una tradición empírica desde siglos anteriores, se inició con una primera graduación de 7 enfermeras en la Universidad de la Habana en 1902, y en el que dicho acto contó con la singularidad de que el discurso fuera pronunciado por el célebre Dr, Carlos J. Finlay.
La evolución de esta formación estuvo signada por los sistemas de salud imperantes en la mitad del siglo XX. Se estima que en 1958 Cuba contaba con 826 enfermeras y auxiliares de enfermería y aproximadamente 6 000 médicos. En la actualidad Cuba cuenta con 101 más enfermeras y auxiliares que las que tenía entonces.
A partir del triunfo de la revolución se inició un proceso rápido y escalonado de formación de los técnicos y profesionales de la salud. Un hecho significativo es que en 1963 se inició la colaboración médica solidaria en el exterior con el envío de una pequeña brigada a Argelia, compuesta por médicos, enfermeras y otro personal de la salud. Desde entonces, más de 400.000 profesionales han servido en 164 países de América Latina y el Caribe, África, Oriente Medio, Asia, y un país de Europa que apenas se menciona oficialmente, Portugal. Actualmente hay que incluir a Italia y Andorra.
Hasta marzo de este año de 2020, la cooperación médica cubana contaba 28.729 colaboradores en 59 países.
Cuba ha participado activamente con el envío de sus colaboradores médicos para enfrentar la COVID-19 en el exterior. Para ello ha movilizado 25 brigadas del contingente Henry Reeve, en cuya composición de médicos y otro personal de la salud, destacan los enfermeros y enfermeras.
Hoy existen 85 732 enfermeras y enfermeros en Cuba, o sea 1 por cada 123 habitantes. De ellos 45 000 trabajaban en la atención primaria de salud.
El proceso de incrementar la calidad de la enfermería se inició en el curso 1976-1977 con la aprobación de la Licenciatura de Enfermería como carrera universitaria, y cuyos primeros graduados totalizaron 540 en 1982.
Debe señalarse que a partir de entonces este personal de la salud de alta calificación universitaria en su perfil, ha accedido también a cursos de postgrado, a maestrías, a doctorados en ciencias, y también han podido especializarse en ramas biomédicas como Fisiología Normal y Patológica, Anatomía, Histología y otras, que solo estaban reservadas para médicos y estomatólogos.
Este saldo con énfasis en el personal de salud de enfermería fue posible por las ideas y estrategias de Fidel desde el triunfo de la revolución, profundizadas en años y décadas sucesivas hasta hoy. Como conclusiones son pertinentes las ideas enunciadas en el Instituto Politécnico de la salud de la provincia de Camagüëy el 4 de septiembre de 1978. Decía entonces:
“Por eso, la Revolución, donde la medicina y la salud no es un negocio de nadie ni le interesa que haya enfermos, desde el momento en que combate y erradica enfermedades ya está brindando una salud muy superior a la que se podía brindar en las pocas instalaciones privadas, que eran las mejores en el capitalismo. Había también algunos hospitales públicos, pero ya se sabe cómo era aquello: un rosario de calamidades.
Hemos hablado de la medicina preventiva. Pero también en la medicina asistencial, la atención al ciudadano tiene que ser superior a la de las mejores clínicas capitalistas. Ahora, ¿de qué depende la medicina asistencial? De la calidad de los médicos, de la calidad de las enfermeras y de los técnicos de la salud. Y no solo de la calidad técnica sino también mucho de la calidad humana. Los hombres y mujeres de mejor calidad humana han de estar en este frente.
Hay calidad humana en nuestro pueblo para todos los frentes de trabajo; pero si hay un frente donde se exige la calidad humana, la vocación, el espíritu de sacrificio, es en este frente de la salud. El médico sin los enfermeros y los técnicos no es nada. y son precisamente las enfermeras y enfermeros, los que están la mayor parte del tiempo con el enfermo; y de la forma en que cumplan, de la forma en que trabajen, dependerá el resultado del esfuerzo. No se puede nadie equivocar dando una medicina por otra; no se puede nadie descuidar con respecto a un enfermo que necesita la atención incesante. Pero el enfermo la necesita no solo desde el punto de vista de la salud, no solo para preservar su vida y recuperar su salud, sino que lo necesita hasta para su estado anímico.
Y se sabe que si en algo se exige, se requiere espíritu de sacrificio, vocación, amor a los demás, solidaridad con los demás, es en esa actividad.
Es necesario que nuestros trabajadores docentes, nuestras organizaciones de masas, nuestro pueblo, tomen conciencia de esto. Para que pueda existir la mejor atención médica, la mejor salud para el pueblo, es necesario que sus mejores hijos se dediquen a ese frente de trabajo. Porque en esto, como en todo, el pueblo tendrá lo que sea capaz de dar, el pueblo tendrá lo que sea capaz de formar, el pueblo tendrá lo que sea capaz de crear. Y si nuestro pueblo quiere una óptima salud para sus hijos, para sus hermanos, para sus padres, para sus esposas, para sus esposos, es necesario que cree los factores humanos necesarios para ello. Y ese es el tipo de estudiante que queremos en nuestros centros docentes de la salud pública.”
Hoy que la batalla de nuestro pueblo a nivel interno y a nivel internacional contra la pandemia de la COVID-19, pone de manifiesto los mejores valores del personal de la salud, cabe resaltar, ante la cercanía del 125 aniversario de la caída en combate de José Martí, que todos los sectores de nuestro pueblo deben apoyar con ideas y actitudes a todos los trabajadores de la salud, porque ellos están vinculados a la más noble y grata de las ocupaciones, al decir de nuestro Apóstol.
* Doctor en Ciencias Médicas. Profesor Titular y de Mérito. Doctor Honoris Causa de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.