Casi dos meses han transcurrido desde que irrumpiera en Cuba el nuevo coronavirus. Desde entonces, sorteando riesgos y obstáculos, Escambray cuenta a diario la realidad de la isla y la provincia frente a la pandemia
Ni los vientos huracanados de Irma, la amenaza de la presa Lebrije con tragarse a Jatibonico o las torrenciales lluvias de la tormenta subtropical Alberto han azotado tanto la Redacción de Escambray como lo ha hecho la COVID-19. Un salón casi vacío, teléfonos que apenas timbran y procesos productivos construidos a distancia lo confirman.
Difícil describir la tempestad que no se siente llegar, pero ocasiona tantos daños como una guerra, difícil narrar historias sin ver siquiera el rostro de sus protagonistas, difícil sortear los riesgos de un virus para llevar la información oportuna y hacer, en tiempos de distanciamiento social, un periodismo cada vez más cercano a los públicos. Difícil, pero no imposible; al menos así lo ha demostrado el staff de reporteros de este periódico en el centro de Cuba, que ni siquiera en las horas más aciagas o en los días de mayor zozobra ha abandonado a sus lectores.
ORGANIZACIÓN Y COMUNICACIÓN PUERTAS ADENTRO
Ante el encierro editorial que ha impuesto el SARS-CoV-2, jamás concebido en ninguno de los planes de contingencia de Escambray, como se empeña en recalcar Juan Antonio Borrego Díaz, director del medio de prensa, las no tan nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones han desempeñado un papel importante en el acercamiento entre reporteros, fuentes y hechos. En ese sentido, correos electrónicos, mensajería por WhatsApp, Messenger o contactos telefónicos han salvado la noticia.
Al respecto, Gisselle Morales Rodríguez, subdirectora del periódico espirituano, detalla que la producción sobre el nuevo coronavirus se ha organizado, en principio, como todas las coberturas para la web de Escambray. “Se intenta ofrecer un producto comunicativo profundo, de indagación y que aborde todas las aristas posibles, además de multimedial, porque intentamos conseguir audios y videos que diversifiquen el mensaje”.
Aun así, la directiva reconoce que esta no es una cobertura más. “Se ha concebido en un escenario muy tenso, con los reporteros escribiendo desde sus casas, algunos de ellos con riesgo real para sus vidas en caso de contagio, por lo que en primer lugar se impone protegerlos. Además, es una coyuntura informativa delicada, en la que se está informando continuamente sobre la vida y la salud de personas que pueden ser tan distantes como los italianos en Lombardía, pero que pueden ser los vecinos e, incluso, los familiares”.
En un contexto marcado por el peligro del contagio, el periódico ha priorizado la cobertura diaria a la conferencia de prensa del Ministerio de Salud Pública de Cuba, materiales que figuran, luego de casi dos meses de la aparición de la enfermedad, como los más leídos de Escambray en Internet.
De acuerdo con Borrego Díaz, singular atención se le ha concedido, además, a las Mesas Redondas donde comparecen las máximas autoridades del Gobierno cubano para puntualizar medidas en el enfrentamiento a la COVID-19. De igual manera se mantiene contacto sistemático con la Dirección Provincial de Salud y también se les da seguimiento a las medidas adoptadas por las diferentes entidades del territorio para cortar la propagación de la pandemia. Todo ello ha posibilitado, según la propia fuente, mantener una elevada y respetable producción editorial.
Lo anterior obedece, en gran medida, a las competencias profesionales de los reporteros, a su sentido de pertenencia con el órgano de prensa y a la responsabilidad con sus públicos.
“Quizás sea muy prematuro para hablar de experiencias; esas las decanta el tiempo. Lo que sí deviene certeza es la excepcionalidad del momento, que ha confirmado que la información constituye un bien y un derecho ciudadano. Aderezar, hilvanar, hacer creíble una historia sin haberle mirado los ojos al entrevistado se torna tan recurrente como retador por estos días. Si el difunto Arquímedes resucitara, de seguro exclamaría: ¡Dadme, un celular y moveré el mundo!”, alega Enrique Ojito Linares, periodista de Escambray.
Pero al igual que los reporteros, el Consejo de Dirección del medio también ha debido reacomodar sus rutinas, así como hacer uso de la tecnología y creatividad para permanecer cercano a su personal en tiempos donde se impone la distancia. En tal escenario nació Señales de la cuarentena, una especie de boletín informativo vía correo electrónico; un lleva y trae de noticias que, según Borrego Díaz, aunque en modo alguno sustituye el mirarnos los ojos los lunes antes de almuerzo, nos mantiene en contacto.
No obstante, nuestras Señales… traen de todo, desde orientaciones editoriales, informaciones económicas, domésticas, estadísticas sobre el tráfico web y redes sociales de la entidad mediática hasta materiales de lectura sobre la manera en que las grandes transnacionales de las comunicaciones abordan la pandemia de la COVID-19. Tampoco falta en cada envío ciertas dosis de humor y optimismo. Nada, que puertas adentro, Señales de la cuarentena está ganando tanta aceptación como la mejor serie de Netflix.
PRODUCTOS MULTIMEDIALES EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS
Desde que el pasado 11 de marzo se detectaran en el municipio espirituano de Trinidad los primeros tres casos positivos al SARS-Cov-2 en Cuba, el colectivo de Escambray se ha empeñado en llevar a las audiencias, en cualquiera de sus plataformas, un producto comunicativo lo más completo posible.
En ese sentido, el noticiero VisionEs, aun en días de pandemia, no ha dejado de transmitir. En ocasiones desde casa y otras valiéndose de colaboradores en los diferentes poblados de la provincia ha llevado a YouTube, sitio web y demás redes sociales la realidad del territorio ante la propagación del virus. Han acaparado titulares los reportes desde Cabaiguán y Taguasco, municipios con trasmisión local del nuevo coronavirus; la indisciplina ciudadana que todavía persiste en algunos lugares; encuestas sobre lo que los usuarios vaticinan que ocurrirá con la COVID-19; y las tan agradecidas historias de vida, de sanadores y pacientes.
“Abordar el nuevo coronavirus también desde lo humano ha significado sin dudas un reto y un crecimiento profesional. Al tener que distanciarse de las fuentes el reportero tiene que indagar más por los sucesos detalladamente para narrar los hechos tal cual son, como si estuvieras allí mismo. Así aprendes a intentar calar en las emociones para describir a la persona que entrevistas y no ves, solo te la imaginas por la voz o por las lágrimas cuando tus preguntas le punzan”, sostiene Dayamis Sotolongo Rojas, reportera del periódico espirituano y parte del equipo de VisionEs.
Pero, más allá de una cobertura diaria al enfrentamiento a la pandemia, Escambray apuesta por un producto integrador. Se trata del dossier Cuba vs. COVID-19, el cual según Mirelys Rodríguez Hernández, creadora del material, detalla, paso a paso, la cobertura realizada por el medio de prensa espirituano a esta enfermedad en la isla y, particularmente, en Sancti Spíritus.
El dossier acopia desde el criterio de especialistas sobre la pandemia, el plan de acción concebido y puesto en marcha por el Gobierno cubano para cada una de las fases decretadas en el enfrentamiento al SARS-CoV-2, hasta la manera en que esta central provincia vive en días de coronavirus. No podía faltar un apartado para la colaboración médica cubana en diferentes latitudes del mundo bajo la etiqueta #CubaSalva y tampoco podía ausentarse la riqueza del testimonio vivo, historias de personas que, desde diferentes posturas y situaciones, lidian cara a cara con el virus.
HUELLAS DE LA COVID-19 EN LA WEB DE ESCAMBRAY
Como la mayoría de las esferas de la vida, el tráfico web del órgano de prensa espirituano tampoco ha escapado al toque de la COVID-19, aunque con resultados diametralmente opuestos a las consecuencias en los sectores sociales y económicos del país. De hecho, quizás sean estos los únicos registros positivos que viene dejando la pandemia. Sucede que desde el 11 de marzo hasta el pasado 30 de abril se contabilizaron 895 976 visitas, de 1 247 232 recibidas en lo que va de año, cifra superior a la del 2019, cuando Escambray se situó, según fuentes oficiales, como el periódico provincial más leído de la isla en soporte digital.
Del total de visitas obtenidas en el período señalado desde la aparición del nuevo coronavirus en Cuba, la mayoría, 732 654, llegaron por motores de búsqueda, ello gracias al uso correcto de palabras claves, metadatos y descripciones que tributan al posicionamiento del sitio web; el resto han sido entradas directas o mediante sitios de Internet como la versión móvil de Facebook.
En este espacio temporal los materiales más leídos han sido: “Reportan en Cuba ocho nuevos casos con COVID-19”, “China prueba en humanos vacunas contra COVID-19”, “Cuba confirma nuevo caso de coronavirus”, “Confirma salud pública nuevo caso de coronavirus en Cuba” y “Detectados en Trinidad primeros casos importados de nuevo coronavirus”.
Seguramente cuando todo pase y el SARS-CoV-2 sea un mal recuerdo, alguien se empeñará en archivar los datos, otros estudiarán desde la ciencia la cobertura dada por el periódico al enfrentamiento a la pandemia y algunos, incluso, propondrán adicionar nuevos parámetros al plan de contingencia. Será esta otra batalla ganada por el pueblo de Cuba y que Escambray, con humildad, pudo contar.