Cuando Jeffrey Sachs, uno de los economistas más influyentes del mundo, se refirió a las consecuencias de la COVID-19 en una entrevista con BBC Mundo, dijo que, para los países pobres, crisis significa indigencia y para los países de ingresos medios o ricos, significa dolor.
A su juicio, en estos momentos, “está perdido el propósito de eliminar la pobreza extrema global hacia 2030”, fijada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que él mismo ha impulsado como asesor especial del organismo internacional.
La principal preocupación del experto está en el impacto económico que producirá la propagación de la pandemia, cuyos efectos se multiplicarán al enfrentar crisis financieras complejas sin posibilidad de que las naciones en desarrollo paguen los enormes créditos internacionales.
Con respecto a América Latina-precisa el especialista- la única noticia positiva es que hay regiones productoras de alimentos, por tanto, debería haber comida en la región.
Para el economista y profesor estadounidense, la compleja situación actual es resultado del mal liderazgo ejercido en muchos países, “comenzando por Estados Unidos”.
“La primera regla es no tener un psicópata como presidente. Tenemos el peor presidente en la historia de los EE. UU (…) Por eso tiene más de 80 mil muertos, un colapso completo de nuestros sistemas de salud pública y una incapacidad absoluta de este país rico y poderoso, lleno de talento, para hacer lo mínimo: obtener máscaras faciales y rastrear contactos”, afirmó.
Asimismo, denunció el hecho que el Gobierno dejara de financiar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y catalogó la decisión de “absolutamente destructiva”.
Timador, propagandista, mentalmente trastornado, así calificó Sachs a Donald Trump. “Pasa cada día en su cuenta en Twitter atacando personas aquí y allá, acusando al expresidente (el demócrata Barack Obama) de grandes crímenes, acusando a China de terribles crímenes”.
Mientras la propagación del virus se acrecienta en el territorio nacional, la pregunta correcta deja de ser la fecha para comenzar la desescalada en las restricciones y pasa a centrar el interés en el sistema, por lo cual la interrogante más adecuada es: “¿cuándo tendremos los rudimentos de una salud pública para que sea seguro abrir la economía?”
Esa interrogante que plantea el experto en macroeconomía global es imposible responder y más aún cuando la actitud del presidente Trump es destruir el sistema internacional, “romper la Organización Mundial del Comercio, retirarse de cualquier tratado, recuperar los acuerdos de armas, gastar billones o más en una nueva generación de armas nucleares”.
El analista enfatizó que, sin cooperación, una crisis sanitaria y económica como la actual puede crear una sombra de depresión muy larga. Sin embargo, considera que aún estamos a tiempo de recuperarnos: “la recuperación principal tendría que comenzar por la salud pública, y luego por la limpieza financiera porque habrá muchos países en incumplimiento efectivo de pagos”.
Sachs se definió como una persona bien entrenada para ver las posibilidades de lo que se puede lograr, por eso concluyó la entrevista instando al trabajo común y a la asociación entre las naciones del mundo para evitar una Gran Depresión económica sin precedentes.