Ante la pandemia por el nuevo coronavirus, el teletrabajo ha experimentado un crecimiento sin precedentes. Y no es una estimación subjetiva que con esta modalidad se extiende la jornada laboral. En España, lo confirman los datos de medición del tiempo de conexión a las VPN (la red privada virtual que conecta con la empresa), como ha ocurrido en la mayor parte de los países europeos y en Estados Unidos, informó lavanguardia.com.
El teletrabajo aumenta dos horas la jornada y avanza su inicio, precisa la fuente. Los últimos datos, tras más de seis semanas de confinamiento en el país ibérico, indican que “se ha pasado de una dedicación de ocho horas a diez horas diarias, según recoge Forbes y Bloomberg”.
Los análisis de la conexión a través del VPN también han mostrado que la jornada laboral arranca antes, “debido principalmente a que no es necesario el desplazamiento físico”. Pero, además, “por la autopresión a que están sometidos los trabajadores”, dada la complejidad de la situación económica y social.
De acuerdo con un artículo publicado en Bloomberg, dicho inicio adelantado de la jornada no significa que a partir de una determinada hora la desconexión sea total, añade el reporte. “Actualmente se detectan puntas actividad entre las doce de la noche y las tres de la madrugada, una franja no destacable antes de la COVID-19”.
Así, los datos de medición del tiempo de conexión a las VPN revelan que el teletrabajo es rentable para las empresas. “Y que para el trabajador se está convirtiendo en una herramienta angustiante porque en el presente contexto ha perdido toda su esencia: capacidad de autogestión, libertad y conciliación.
“Sin posibilidad de salir, con las escuelas cerradas, sin socialización posible y entrando en una crisis económica el teletrabajo se convierte en una fuente de angustia y, paradójicamente, de presencialismo”, subraya lavanguardia.com.
Otro punto de vista del teletrabajo es considerado en Cuba, donde el déficit del combustible de septiembre de 2019 y la actual circunstancia epidemiológica, lo han puesto en valor, aunque ya existía en alguna medida.
Datos ofrecidos por Marta Elena Feitó Cabrera, ministra de Trabajo y Seguridad Social, indican que al cierre de enero del presente año cinco mil trabajadores cubanos estaban acogidos a dicha modalidad laboral, en febrero más de 42 mil y a fines de marzo 112 mil 141, publicó la revista Bohemia.
“Como norma, el teletrabajo debe perdurar”, dijo la directiva. A través de una nota publicada por la Agencia Cubana de Noticias (ACN) Feitó Cabrera refirió que “la cubana es una sociedad que envejece, hay personas que por la propia edad tienen movilidad restringida; entonces, el teletrabajo es una opción buena y viable, una opción que tiene que seguir potenciándose si la naturaleza del trabajo que se realiza y las condiciones tecnológicas lo permiten.
“Ambas formas de empleo —teletrabajo y trabajo a domicilio— no son privativas de este período, cuando concluya esta contingencia, la administración de la entidad puede mantener a los trabajadores en ellas si antes no las habían aplicado”. (Tomado de Cuba en Resumen).