Lamentablemente la pandemia del nuevo coronavirus está siendo usada políticamente, dijo el presidente boliviano Evo Morales durante una entrevista exclusiva a Sputnik sobre las crisis sanitaria y económica que enfrenta Bolivia.
El mandatario denunció la gestión del actual Gobierno de facto presidido por Jeanine Áñez, y destacó la necesidad de detener la persecución política para concentrar los esfuerzos en la lucha contra la enfermedad.
“Lo peor es que en vez de ampliar nuevos hospitales y equiparar salas, se han cerrado siete. Estaban por terminarse 20 nuevos hospitales de segundo y tercer nivel iniciados en nuestra gestión. No los han equipado hasta ahora. La infraestructura la dejamos con presupuesto, como un hospital en Cobija, con 10 millones de dólares para la primera fase de equipamiento. Hoy no está equipado, no hay respiradores, ni bioseguridad, ni laboratorios”, precisó.
Morales también se refirió a la situación del Departamento de Trinidad, en el cual “como no habían tests para la detección del virus decían que era un territorio libre de contagios”, sin embargo, el líder informó que aproximadamente el 60 por ciento de los trabajadores de la salud estaban contagiados y las familias trataban el virus con medicina tradicional.
No hay presencia del Estado en Trinidad -sentenció Evo- una pequeña ciudad con más de 200 contagios, capital de Beni, el departamento de la autoproclamada presidenta, razón que explica el aplazamiento de unas elecciones que el pueblo no deja de pedir, pues “ha perdido el miedo ante el Gobierno de facto”.
Para el dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS), Bolivia tiene dos pandemias: “el coronavirus, que nos mata de enfermedad, y la dictadura, que nos mata de hambre”. Y ante ese difícil contexto, el país combate la pandemia con gases, fusiles y tanques, con una presidenta que recomienda tratar el coronavirus con ayuno y oración y donde continúa la represión, la extorsión y las detenciones injustificadas.
El derecho a la vida está por encima de cualquier otro para mí, así respondió el exmandatario ante la pregunta que intentaba buscar alguna señal de arrepentimiento en el llamado a las elecciones.
Los motivos fueron expuestos nuevamente: “Hice todo eso para la pacificación, para evitar muertos y heridos, para que los grupos fascistas y racistas no quemen las casas de las autoridades, ministros, asambleístas y de nuestros familiares (…) Renuncié para evitar enfrentamientos. No sé si cometí un error, la historia me juzgará”.