“Con este llamado desearía, como en otras circunstancias ha demostrado el pueblo cubano, a que responda de una forma rápida y enérgica una vez más, y acate esta convocatoria especial al aislamiento social, al uso del nasobuco, a extremar medidas de higiene sanitaria, en especial el lavado de las manos, cubrirse la boca y nariz adecuadamente al estornudar o toser, y mantener distancia mínima de un metro y medio entre personas, entre otras medidas”.
Así expresó el reconocido maestro de la plástica Agustín Bejarano Caballero (Camagüey, 1964), quien puntualizó: “Exhorto, en esta condición especial que impone la circunstancia, a responder al llamado que ha hecho nuestro gobierno para evitar el contagio y propagación de la Covid-19”.
Al interesarnos por conocer en qué emplea este tiempo de necesario recogimiento y aislamiento personal el reconocido pintor, dibujante y grabador enfatizó que “es hora del recuento y dejar saber a los que han seguido mi carrera como artista de la plástica que: quedarme en casa ha sido siempre el modo que he encontrado como artista para centrarme y realizar mi obra de forma consciente y constante, realmente no ha sido un imperativo ni obligación, porque mucho o casi todo lo que bien se logra, es gracias a la disciplina y entrega constante”.
El autor de una obra que sobresale por su magistral y sólida técnica en el ejercicio del dibujo y sus enjundiosas tesis sobre el universo filosófico de la vida del hombre, puntualizó que “manteniéndose dentro de sus casas, además de protegerse contra los efectos devastadores de la Covid-19, también es una oportunidad para poner en orden el hogar físicamente, es un momento oportuno para el saneamiento espiritual, muchos encontrarán el tiempo para leer el libro que siempre se deseó, ó el que aguardaba en el estante, paciente y silenciosamente, con una sabiduría especial guardada, a que fuera encontrado”.
Creador de varias series de pinturas y dibujos en las que trascienden sus categóricas reflexiones sobre el equilibrio entre el ser y el no ser, el bien y el mal, lo conocido y lo desconocido, entre ellas —las más célebres— Imágenes en el tiempo (1998-2003) y Los Ritos del Silencio, aún en proceso de realización desde el año 2004, Bejarano valora esta “posibilidad de mantenernos dentro de nuestras casas, como una oportunidad de reencontrarnos con nuestra familia, quizás se descubra que realmente no se conocían a cabalidad dada las sinuosidades individuales.
“A causa del stress de la vida contemporánea —agregó—, apenas hay tiempo para encontrarse en la mesa de comer, ritual secular y lugar sagrado para el encuentro familiar, tema medular que he abordado en mi obra en muchas ocasiones. Por eso pienso que estos tiempos de quedarte en casa, puede también constituir un momento especial de restauración espiritual en la familia, un llamado a concurrir, de encontrarse unos a otros y demostrarse visceralmente el cariño sincero en tiempo real”.
A través de los cuadros de este artífice, se puede apreciar su interés por concertar el presente con el pasado, por teorizar en torno a asuntos relativos a la contemporaneidad insular y universal mediante la recreación de sus memorias personales, así como de sus vínculos y recuerdos familiares, y el siempre recurrente tratamiento de la historia, la cultura, y la filosofía, tal y como se pudo apreciar en su última gran exposición individual que, bajo el título de La Cámara del Eco, ocupó los dos pisos del Centro de Artes Plásticas y Diseños, de Luz y Oficios, en La Habana Vieja; así como en su sonada muestra Diamantes en la noche, concebida para la XIII Bienal de La Habana, en la galería Servando Cabrera, de Playa, considerada entre las más logradas y sólidas entre las más de 200 presentadas al principal encuentro de las artes visuales en Cuba.
Al referirse a la composición de la familia, entre la cual los infantes ocupan un lugar de recelo y esmerada atención, el artífice dijo que “los niños tendrán tiempo de jugar y ver televisión, pero también los padres y el resto de la familia encontrarán el espacio mágico para, como nunca, dialogar y abrir sus corazones, quizás así se encuentre la clave para nunca más cerrar la posibilidad de acercamiento, de una real demostración de cariño y amor que debe de existir en toda familia, pero principalmente, este aislamiento social será la medicina fundamental para la erradicación total y para siempre de la Covid -19”.