Inmaculada Muros, médica voluntaria en un hospital en Cáceres, Extremadura, España, cuenta a lasexta.com que, entre los ancianos casi siempre procedentes de residencias, que llegan en ambulancias y sin saber qué les ha sucedido, una paciente le dijo un día:
—No se que me está pasando, pero veo extraterrestres.
—Mire no somos extraterrestres, es que tenemos que vestirnos así.
La médica cuenta la anécdota mientras el periodista la sigue con su cámara en una sala de hospital que había sido cerrada y que fue reabierta hace una semana para atender a personas mayores con altas cargas virales. Ella conversa con los pacientes a la vez que atiende al reportero, les anima a alimentarse para que puedan volver a casa. En el fondo de la grabación se escuchan los acordes de una pieza de música clásica.
“La ponemos para que se relajen”, dice Inmaculada en un documental titulado En primera línea, realizado por Atresmedia TV. “Una inmersión en plena crisis sanitaria que ha llevado al equipo a pasar varios días en el Complejo Hospitalario de Cáceres, en el hospital habilitado en IFEMA (Madrid) y en el Hospital La Fe, de Valencia”, publica diezminutos.es.
“A muchos les decimos que tienen una pulmonía doble, porque es un concepto que conocen”, narra la médica, también mayor de edad, al mismo tiempo que explica a una anciana por qué se encuentra en el hospital y los motivos que obligan a su familia a no visitarla. “Intentamos humanizar la asistencia porque es fundamental, pensamos que es una generación que se merece todo”, añade Inmaculada.
Según informa europapress.es , al menos 12.193 personas mayores, usuarias de residencias de ancianos públicas, concertadas y privadas de toda España han fallecido por la pandemia.
A falta de realizar test generalizados, informa rtve.es, ha sido imposible hasta ahora saber el número de víctimas mortales que el coronavirus ha dejado en las aproximadamente 5.457 residencias de ancianos españolas, ya sean públicas, concertadas o privadas.
“Pero, según los datos proporcionados por las comunidades autónomas y que ya obran en poder del Gobierno -aunque aún no las ha dado a conocer-, los usuarios de este tipo de centros que han fallecido con COVID-19 o síntomas similares se sitúan en 15.323, la mayoría en Madrid, Cataluña, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Así, los fallecidos en residencias de ancianos equivaldrían a casi el 69% del total notificado oficialmente por el Ministerio de Sanidad”.
Según la misma fuente, Sanidad ya ha comenzado a distribuir miles de test rápidos a las distintas autonomías para que empiecen a realizar las pruebas en lugares sensibles, como residencias y centros sociosanitarios y está en disposición de conocer tanto los casos como los fallecimientos.
Aunque —subraya— solo apunta como víctimas de coronavirus a personas que han muerto después de haber dado positivo. Es decir, las pruebas no se hacen post mortem, por lo que no computarían fallecidos con coronavirus a los que no se les haya hecho la prueba.
Días antes, el presidente de la Sociedad Española de Geriatría, José Augusto Navarro exigió “test urgentes para evitar lo que ha calificado como un caldo de cultivo de coronavirus en las residencias, donde los trabajadores mantienen un contacto físico muy elevado con los ancianos, que son personas con muchas enfermedades crónicas y un grado importante de dependencia física y trastorno cognitivo. Y pidió más equipos de protección individual para los profesionales, que se están dejando la piel en la atención de los más mayores”. (Publicada en Cuba en Resumen).