Comunicar bien es una premisa indispensable para estos tiempos de Covid-19. Uno de los pilares es informar con calidad; es decir, de manera oportuna, transparente, clara y objetiva. Ello deviene luz que ilumina el andar entre la bruma de la incertidumbre generada por la pandemia y así poder sembrar seguridad y esperanzas. En buena lid, eso hacer política.
Desde que el coronavirus se nos hizo certeza cercana, el Gobierno central ha venido cumpliendo su función de orientador principal en materia comunicativa, apoyado en una vocería cotidiana, múltiple y activa, liderada por el presidente Miguel Díaz-Canel, el primer ministro Manuel Marrero y el equipo ministerial. Todos informan con conocimiento de causa (sin retórica consignista) y seguridad expositiva, y con el paso de los días vienen forjando credibilidad y confianza en la ciudadanía.
Para ello cuentan con una formidable red de medios públicos y de comunicación social y la profesionalidad de sus equipos de trabajo que hacen llegar toda la información disponible de manera oportuna y sin crear alarma, tal como reconociera el mandatario recientemente.
Centrados en el papel y misión de la comunicación política de la dirección gubernamental, vale subrayar que ha venido en ascenso y cualificándose, creciéndose en la marcha a tenor con la complejidad del tema, lo inédito y la vertiginosidad con que se verifican los acontecimientos globales desatados por la pandemia y su incidencia en lo local, además, agravadas por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense.
La posibilidad de obrar en consecuencia mediante respuestas inteligentes y ágiles tiene por base un trabajo en equipo liderado por la probada competencia de nuestro sistema de salud, como también la experiencia política basada en más de medio siglo de la Revolución que se ha sabido enfrentar a todos los demonios.
Con ese arsenal como premisa se facilita diligenciar un enfoque lo más abarcador posible del itinerario de la COVID-19 en el país y así gestionar en el campo de la comunicación un mensaje eficaz y sin estridencias hacia la población para formar conciencia y movilizarlo en función del cumplimiento de los objetivos de salvar la vida.
En los resúmenes que brinda la prensa sobre las reuniones diarias de la referida instancia gubernamental, se percibe que estamos ante un trabajo colectivo donde están presentes también representantes de los institutos de investigación, las universidades, entre otros centros de ciencia y alta tecnología del país. Igualmente se ponen sobre la mesa las iniciativas y experiencias puestas en práctica a nivel local.
Otro factor tenido en cuenta para comunicar bien es el conocimiento de lo que se mueve en la opinión pública; es decir, estar al tanto de las sugerencias, inquietudes y reclamos expresados por la población recogidas en los escenarios donde esta se expresa sin paños tibios.
Al respecto, estamos ante un acontecimiento que corrobora el papel de las redes sociales y de los tradicionales ámbitos de socialización en donde se “cocina”, ajena a toda exclusión, la agenda pública.
En tal sentido, el pueblo ha emitido criterios y puntos de vistas que se han tenido en cuenta. Un ejemplo de lo antes expuesto fue cuando se dieron a conocer las medidas restrictivas tomadas con la entrada de turismo al país, de la actividad escolar en todos los niveles de enseñanza y la movilidad social, entre otras normativas.
De esta manera se ha ido fomentando una atmósfera de empatía y seguridad; es una manera de que el ciudadano sienta que su criterio vale y tiene participación en la toma de decisiones trascendentales.
La conexión de diálogo permanente con la población deviene vital, pues de ello dependen los resultados favorables o no ante una situación que cada vez se complejiza en todos los sentidos. El panorama irá demandando de más información contextualizada, especialmente de cómo se vislumbra la situación futura de la nación una vez que la enfermedad vaya bajando sus decibeles.
Ahora bien, en materia de comunicación política ha de “tocarse la melodía” como en una gran orquesta sinfónica. De nada vale la batuta y el oído del director y, digamos, de los primeros violines, si el resto de los instrumentos no tocan los acordes en el momento oportuno que indica la partitura.
En una situación catalizadora como la generada por la COVID-19, el Gobierno muestra solvencia comunicativa. Ojalá que lo hecho hasta el presente se convierta de una vez en un estilo de trabajo comprendido y asimilado conscientemente en todos los niveles e instancias. De ello depende también el crecimiento y la madurez de los nuevos liderazgos.
Hay que sacar lecciones prontamente, sobre la marcha, aprender rápido y bien. Los tiempos de hoy y los que se nos vienen encima lo exigen con la determinación existencial.
Buenos dias
Hace mas de 15 dias la tarjeta magnetica de mi mama en el cajero automatico del banco de J y 23 se trabo ,osea al introducirla no pudo recuperarla.Cuando al dia siguiente fue al banco dijeron que no estaba dentro del cajero que era una mole de hierro y simplemente se habia perdido.Ella tiene 89 años.Un trabajador del banco vino a casa mi mama firmo pero no basto dijeron que asi no era el proceder.Asi que tuvo que ir en persona mi mama para hacer la tarjeta
Fuimos para hacer una providenza creo que asi se llama en seguridad social .Para recogerle la tarjeta ya que soy su hija
Hoy voy al banco de J y 23 a buscarle la tarjeta a mi mama con el documento que me autoriza.Despues de hacer la cola me dicen que el muchacho vive en el Cotorro que es el que da las tarjetas.
Le pregunto a la muchacha de la puerta cuando viene ,me dice que llame si llega el dia de cobrar hable con la directora.
Es normal esta situacion?
Se supone que debo estar yendo hasta cuando?
No se priorizan los anzianos?
No se da prioridad a las tarjetas?
Por que hacen que la gente salga de su casa innecesariamente?No hay otro personal que pueda entregar las tarjetas?
El maltrato a la poblacion debe ser tomado bien en serio mas en estos dias donde nos jugamos la vida todos
Cordiales saludos
Flavia