Lázaro David Najarro Pujol es el artista —el periodismo le ha dado ese don—; y Camagüey, la ciudad que cede a sus caprichos de captarle los encantos en los instantes precisos. La exposición El artista y la ciudad, abierta al público desde este martes en la galería de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, nos devela a la urbe mediomilenaria en la cual el experimentado reportero ha desarrollado su labor periodística.
En dieciséis instantáneas, tomadas por Najarro entre 2012 y los primeros meses del calendario actual, apreciamos al Puerto Príncipe de “piel” de barro y sinuosas calles; su Centro de Convenciones Santa Cecilia; tres de sus plazas: la de San Juan de Dios, la del Carmen y la de los Trabajadores; además de la Glorieta del Casino Campestre, entre otras imágenes que demuestran la condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad concedida al centro histórico en el año 2008.
El especialista del Centro Provincial de Artes Plásticas, Juan Carlos Mejías, apunta en el catálogo que Najarro “se ha propuesto vivir la ciudad desde la fotografía”. Este artista, según escribió Mejías, “hace resaltar el color rojo que predomina en el vasto paisaje urbano y que proviene fundamentalmente de las tejas que cubren los techos de las áreas más antiguas, una visualidad que se corresponde también con ciudades hispanas como Sevilla”.
Al libro Cuba: una excursión por el tiempo, para el cual el periodista camagüeyano reúne materiales (crónicas de viaje y más de noventa imágenes) desde hace más de una década, están destinadas algunas de las obras expuestas en esta ocasión, así como las que integraron las exhibiciones Arquitectura y naturaleza (marzo de 2019) y Villas y maravillas (agosto de 2019).
Durante la inauguración de El artista y la ciudad, Najarro obsequió a su amigo, el artista plástico Osvaldo Rodríguez Petit, una hermosa imagen del paredón La trompa del elefante, ubicado en Topes de Collantes, sitio cuyos atributos naturales también han sido enfocados por él con su cámara fotográfica.