Puerto Padre es una ciudad inspiradora, como puede serlo un lugar que tenga como símbolo los molinos, los quijotescos molinos, que aquí pueden verse movidos más por los sueños que por los vientos. Para mí este espacio de Cuba era un misterio, un misterio por descubrir, del que escuchaba a través de los amigos que hice en la universidad, hasta que un día un encuentro de corresponsales del diario Juventud Rebelde me lo develó en todo ese azul que también es en este caso una hermosa alegoría.
Recuerdo que salimos todos de la ciudad casi sintiendo que muchas de las grandezas de Cuba habían tenido en esta región y entre estas calles alguna simiente. Que había algo extraordinario por estos mundos que los cubanos no habíamos sabido adivinar en todos estos años y que era preciso expandir.
Parte de ese enigma incitante es el que debe haber provocado el nacimiento, hace 80 años, en esta remota urbe del oriente de Cuba, una emisora radial, entre las pioneras de ese poderoso sistema que ahora ya llega a 100 plantas en todo el país.
No es la primera vez en la historia humana en que el ingenio de un hombre le hace milagrosos aportes a su colectividad, como ocurrió en Puerto Padre en 1940 con el del libanés Pedro Zacca Cheda —miren ustedes esa rara universalidad cubana haciendo de las suyas aquí. Y fíjense nuevamente en el simbolismo. La emisora naciente se ubicaba nada menos que un local ubicado frente al Parque “Independencia” y salía al aire un 24 de febrero. Esa sería una marca eterna de su destino.
Otro acontecimiento definitorio le haría asumir, en 1961, un nombre que es también una alegoría y símbolo perenne de sus ondas sonoras: la voz del norte tunero es un hermoso guardián de la libertad conquistada.
Solo la fuerza que ofrece ese sentido tremendo de la libertad, del valor más profundo de las ideas que se defienden, puede hacer el prodigio de que, pese a llegar en condiciones excepcionales a sus 80 años de existencia, sin un lugar decoroso y digno desde donde hacer valer con toda la fuerza que requerimos su mensaje, esta emisora llegue a tan ilustre cumpleaños sostenida con el pecho amoroso y fecundo de sus directivos, periodistas, artistas, técnicos y demás trabajadores.
Pero los molinos, como nos enseñó el Quijote, no pocos están para derribarse, pero aquí, en esta ciudad, en esta tierra tan emotiva y preciosa nacieron para sostenerse, para enseñarnos que nada puede hacer que dejen de moverse las aspas de los empeños y los sueños. Celebremos los 80 años de Radio Libertad con la fe de que ella volverá a renacer fuerte y hermosa, porque de lo contrario Puerto Padre se negaría a sí misma y ya nada volvería a tener el tono azul de ese mar circundante.
Desde la Unión de Periodistas de Cuba los abrazamos por hacer que 80 años después la Voz del norte tunero siga llenando el éter con su mensaje. En la era de las nuevas tecnologías no solo tendremos que levantar el nuevo edificio que albergará a la emisora, sino además la nueva estructura de la comunicación moderna y revolucionaria de Cuba.
Felicidades, nuestro más profundo cariño y respeto
(Mensaje a los colegas y trabajadores, tomado del perfil en Facebook del Presidente de la Upec)