En la investigación realizada para escribir un libro sobre la vida del púgil Alfredo Evangelista, el nombre de un boxeador cubano iluminó mis recuerdos: Kid Tunero, entrenador de gran peso en la carrera de aquel uruguayo establecido en España, quien enfrentó el 16 de mayo de 1977 a Mohamed Alí durante 15 rounds, y por poco lo fulmina en el 12. En conversación con varios colegas, me di cuenta del desconocimiento relacionado con el deportista nuestro. Desde entonces, he tratado de enmendar dicha injusticia. Por eso, estas líneas.
Observen a Evelio Mustelier “fajado” con tremendos bultos en el correo del Ferrocarril Central de su territorio natal tunero. Su potencia corporal salva del desempleo al joven que arribó al planeta el 19 de mayo de 1910 en la citada región, hoy una de las provincias en la que Oriente se multiplicó. Busca mejoras: se muda para Holguín. Mírelo cargar sacos de azúcar, empujar la carretilla que los contiene en el central San Germán. En muchas ocasiones, un jarro de agua con azúcar intenta engañar su apetito. Todavía no ha ganado su nombre de guerra: Kid Tunero.
La sugerencia de un amigo fructifica fertilizada por el desespero: “Por qué no te pruebas en el ring…” Paso rápido por el amateurismo, y en ese mismo poblado, (hoy Urbano Noris), no cree en la veteranía del puertorriqueño Nero Chink. Par de éxitos más y hacia La Habana. En el Miramar Garden, emerge por la puerta ancha en seis encuentros. Se despide con victoria sobre Battling Llanos (14-5.1931) en el estadio de La Polar: va hacia Europa. Se radica en Barcelona el 26 de agosto.
Con 14 victorias y un empate. Entre sus derrotados, los italianos Clemente Moroni y Giuseppe Reguzzoni, el último, señor de los 75 kg del Estado de Michigan. Las tablas con el hispano Ignacio Ara: llegará a ser amo de ese peso en el Viejo Continente. París: iguala en diez con John Anderson, dueño de un punch anestesiante; en el Palacio de los Deportes, (15-1-33) supera a Marcel Thill, as mundial de los 75 kilos, según la National Boxing Associaton, y de Europa. Las coronas no cambian de cabeza porque no se pusieron en juego. USA: derrota a Ezzard Charles, posteriormente, titular del orbe en el peso máximo. Argelia; dos victorias y un empate ante el griego Anton Christoforidis; quien poseyó la faja del orbe de los semipesados. Doblega al estadounidense Ken Overlín, este ganaría el cinturón mediano.
Adiós al Viejo Continente: la Segunda Guerra Mundial es mucho más que amenaza. Después de una estancia en Argentina, se establece en la patria, con su familia francesa, la esposa Yolett Yol y los hijos de ambos. En la capital triunfa sobre el dominicano Carlos Pérez en 12 capítulos y obtiene el cinturón centroamericano de los 75. Derrota en dos ocasiones a Mario Ochoa y le arrebata el cetro nacional de ese peso. Holman Williams (EE.UU.) el panameño Hanking Barrows y el completo cubano Omelio Agramonte, entre sus víctimas. Retorna a Europa en 1946 y actúa en Barcelona, Madrid, Zaragoza, Valencia y París. Ya no es el mismo: una especie de reuma lo agrede. En Cuba se despide del boxeo, por prescripción facultativa, un año después, a los 38 años de edad. Su última pelea, frente a Hanking Barrows, es declarada pareja.
Radicado aquí, en 1958 y 1959, se reencuentra con Hemingway, su amigo y uno de sus mayores admiradores. Trabaja en varios gimnasios, reparador de la cuadra del negociante Yamil Chade, en la que sobresalen Kid Gavilán, en franca decadencia, el prometedor Robinson García y Sarvelio Fuentes, quien obtendría el título Guantes de Oro en USA y, después del triunfo de nuestro pueblo, sería uno de los más brillantes técnicos de la Escuela Cubana de Boxeo. Años más tarde, el Kid , viviendo en España, conduce la brega de varios atletas, entre los que sobresalen Alfredo Evangelista y el cubano-español José Legrá, coronado dos veces entre los plumas, versión del Consejo Mundial de Boxeo, y amo europeo de la división.
En una visita que Stevenson y Elio Menéndez hacen a esta ciudad, Teófilo pide conocer a Tunero. Lo complacen. Los tres sostuvieron una fraternal charla. El más destacado púgil olímpico de todos los tiempos y el reconocido periodista se estremecen ante la pobre vestimenta de su coterráneo: se encargan de pedir una mayor atención a esta gloria boxística al que deben pagar el taxi de regreso. Kid Tunero fallece el nueve de octubre de 1992 en un asilo de ancianos de Barcelona.