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Regalo ornitológico por los 500 de La Habana

Un espectáculo sin precedentes de la naturaleza, regalaron en este octubre las aves migratorias quizás como un homenaje a los 500 años de la capital cubana, cuando en los más increíbles matices, colorearon en varias ocasiones el cielo del Vedado habanero, hecho prácticamente inédito.

Bandadas de cardenales de alas negras, azulejos, bijiritas, bobitos, degollados y otras especies, volaron paradójicamente a un espacio densamente poblado y que los científicos y naturalistas cargan a las áreas de vientos deformes existentes en ese momento en el Golfo de México, cuyas corrientes aprovechan las aves en sus largas travesías para abandonar el invierno.

Degollado.
Cardenal de alas negras.

Así lo hicieron saber la Doctora en Ciencias Alina Pérez Hernández y la Investigadora Angélica Pando Delgado, ambas del centro de Investigaciones y Servicios Ambientales, ECOVIDA, del Citma en Pinar del Río, destacadas en un proyecto de investigaciones de aves, en el Cabo de San Antonio, donde las monitorean durante el período otoñal entre los meses deseptiembre a noviembre.

Azulejos en su hábitat.

Según estas voces autorizadas, también hubo gran cantidad de “visitantes” a esa reserva la biosfera, a mediados de octubre, pero lo que “si resulta sorprendente, es que por estas causas hayan terminado en la Habana, un sitio inapropiado desde el punto de vista natural.”

Bijirita.

Otro lugar, agregaron las científicas, hacia donde se dirigen estas aves en sus etapas migratorias provenientes de América del Norte por los corredores de Mississippi y la Florida, es a la Ciénaga de Zapata, también reserva de la biosfera y  humedal de vastas condiciones naturales que acoge a estos pájaros, durante sus estancias en Cuba.

Odalis Martínez, vecina de la capital, señaló que el miércoles a la altura de la Habana Vieja, nubes de aves coloreadas en las más bellas tonalidades, cruzaron desde el litoral mientras los transeúntes se admiraban.

Unos las comparaban con banderitas y otros más hiperbólicos con aviones, como si pudieran estos volar tan juntos, aseguró Martínez, quien reconoció la belleza de aquel espectáculo que nunca antes había visto.

A las personas alarmadas quizás por las redes que los especialistas colocan en los bosques a la llegada de los pájaros y que podrían cambiar el instinto del “rumbo de viaje” de estos inquilinos, la respuesta es que el por ciento de atrapados en ella para monitorearlos y luego liberarlos, es ínfimo, casi insignificante para cambiar cualquier conducta de esas aves.

Faro Roncali, Cabo de San Antonio.

Mueren, no obstante, muchas que chocan en esas bandas nocturnas contra el Faro Roncali, esa joya protectora de los navegantes con más de 160 años, ubicado en el Cabo de San Antonio, el extremo más occidental de la Isla de Cuba, incapaz , sin embargo, de alertar a las bandadas en pleno vuelo.

El otro lado, un poco más sombrío de la noticia, es que ignorantes cazadores atraparon en sus trampolines a alrededor de 300 azulejos en la zona de Santiago de las Vegas, desafortunadas y distintivas presas, que luego son vendidas, sin importar el daño ambiental cuando el deseo ornamental en el mejor de los casos o el lucro en el peor, se empeñan en arrebatar a la naturaleza lo que solo a ella le pertenece.

 

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