Lo que está ocurriendo en Bolivia es un golpe de Estado liderado por comités cívicos, partidos de oposición y al que ahora se ha sumado la Policía Nacional; sectores de ultra derecha, ultra conservadores y antiderechos.
Ante una acusación de fraude electoral que según estos sectores, se habría suscitado en las pasadas elecciones del 20 de octubre, el Gobierno nacional ha solicitado a la OEA la realización de una auditoría a las elecciones. Esta auditoría está en curso y sus resultados serán presentados el martes 12 de noviembre. Sin embargo, los sectores golpistas se oponen a los resultados de la auditoría sin que haya culminado este proceso.
El golpe de Estado en Bolivia ha presentado una escalada de violencia en la que la gente del pueblo ha sido víctima de humillaciones, agresiones físicas, torturas, por parte de grupos violentos que no respetan la democracia.
El gobierno del presidente Evo Morales sigue firme en su posición de buscar una salida constitucional a la crisis política, para esto, ha convocado al diálogo a los cuatro partidos que han logrado representación parlamentaria en las elecciones del 20 de octubre. El presidente Morales ha llamado a la Policía Nacional a garantizar la seguridad del pueblo boliviano, a cuidar la vida y a respetar la Constitución Política del Estado y convoca al pueblo a defender la democracia y las conquistas sociales que el mismo pueblo ha logrado, con manifestaciones pacíficas.
En su misión de defender la vida, el gobierno no militarizará el país ni utilizará a las FFAA, porque eso sería generar mayores enfrentamientos. Hoy es el momento de buscar salidas políticas para pacificar al país.