“Los edificios no son culpables de lo que ocurre en ellos, tienen valor per se y cuando se logra reconciliar el contenido y el continente, hemos logrado lo supremo”.
Eusebio Leal Spengler (*)
En ocasión del aniversario 500 de la fundación de La Habana, el edificio posiblemente más controvertido y emblemático de la actual ciudad capital de Cuba ha renovado su imagen por dentro y por fuera, fruto de una decisión de nuestro Gobierno en 2012, del denuedo restaurador de la Oficina del Historiador de la ciudad y sus empresas, como inversionista principal, y de la colaboración de varios países e instituciones nacionales.
La ciudad y el país recobran un ícono en todo su esplendor: cúpula, estatuas, puertas, columnas, jardines y salones restaurados al detalle, bella iluminación nocturna que recupera hasta la linterna en el tope de la cúpula. Sistemas de drenaje, redes informática y de telecomunicaciones, protecciones eléctricas y climatización han sido reactivados o instalados de estreno. Desde hace meses y más notablemente en estas semanas próximas al 16 de noviembre, fecha fundacional de La Habana, cientos de cámaras fotográficas y de video, teléfonos inteligentes y hasta algunos modernos drones han apuntado hacia la imagen renovada de este suceso arquitectónico.
Terminado en 1929 como asiento de la máxima legislatura (sede del Senado y de la Cámara de Representantes de entonces) e hito kilométrico cero de la Carretera Central de Cuba, el Capitolio Nacional es un edificio con una singular y compleja historia, no sólo constructiva, que remueve recuerdos coloniales, imperiales y transnacionales, y también nos acerca alegorías a facetas heroicas del patriotismo cubano. Al igual que la sede del antiguo Palacio Presidencial, Fidel y la triunfante Revolución de enero de 1959 no quisieron darle al Capitolio el mismo uso que gobiernos anteriores, que tan malos recuerdos traían a los cubanos, a cuenta de personajes plegados al amo yanki, corruptos y asesinos.
Durante la etapa revolucionaria fue depósito para parte de los bienes rescatados por el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados, sede de la Academia de Ciencias de Cuba, del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de la Biblioteca Nacional de Ciencia y Técnica, además del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA).
Hoy declarado Monumento Nacional y con el máximo grado de protección patrimonial, el Capitolio está abierto al público que puede apreciar esta joya arquitectónica, es un lugar de homenaje a los héroes y mártires de las primeras luchas independentistas, además de acoger la sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
(*) Entrevista a Eusebio Leal, Historiador de La Habana, por Randy Alonso Falcón para la Mesa Redonda, transmitida el 18 de Octubre de 2019.
Agradecimiento:
Tubal Páez Hernández, presidente de honor de la Upec, y director de Comunicación de la Asamblea Nacional del Poder Popular, con sede en el Capitolio.
Realmente quedó hermosa la institucion; pero lo importante es que seamos capaces de mantener lo bello que ha hecho la oficina del historiador y el estado y seamos capaces todos juntos de preservar nuestro legado histórico, para las futuras generaciones.
Qué alegría, recuerdo cuando me lanzaba con una cartón por sus bordes Pienso que es la más bella construcción mi país. Felicidades nuestros compatriotas por continuar luchando y viviendo pese la las grandes dificultades que nos impone el vecino del norte por defender nuestro derecho a no ser su “fruta madura”. Viva Cuba y gloria a nuestros gloriosos mártires