“A Carlos Bastidas lo asesinaron porque era latinoamericano”

Dijo Tubal Páez, Presidente de Honor de la Upec, en acto de homenaje al último periodista asesinado en Cuba, hace 61 años. Roberto Bastidas, sobrino de Carlos, agradeció los homenajes a la figura de su tío.

En la tarde de hoy lunes 13 de mayo, aniversario 61 del asesinato Carlos Bastidas, fue celebrado un acto de homenaje al periodista ecuatoriano, quien fue ultimado a sangre fría en La Habana de 1958 por un sicario de la tiranía batistiana, tras haber estado en la Sierra Maestra y entrevistado a Fidel Castro.

El encuentro, conducido por Pedro Martínez Pírez, Premio Nacional de Periodismo José Martí, fue realizado en el salón Raúl Roa, en la sede de la Asociación Cubana de Naciones Unidas (ACNU).

Con una grabación de la voz de Teté Puebla en la que la Generala hace un breve recuento de su contacto con Bastidas en las montañas orientales, comenzó la sesión. Luego, Orlando Gómez, recordó las dos noches que acompañó a Carlos Bastidas en la Sierra Maestra, “uno al lado del otro en unas hamacas, después que él ya había entrevistado a Fidel”. También evocó las circunstancias en que el periodista fue ultimado por un sicario del dictador Fulgencio Batista, hecho del que conoce detalles a partir del testimonio de su hermano, que se encontraba con Bastidas en un bar habanero en el momento de los hechos.

Tubal Páez, Presidente de Honor de la Unión de Periodistas de Cuba, explicó las razones que tuvo el periodista para identificarse tan profundamente con el proceso revolucionario por el que se luchaba en Cuba en 1958. Recordó su visita a Ecuador y a la casa de la madre de Bastidas, diez años después del asesinato del joven periodista, lo que le permitió constatar que la situación de ese país era muy similar a la de Cuba antes de 1959.

También lo asesinaron —dijo Tubal— porque era un periodista latinoamericano. No se hubieran atrevido con un estadounidense.

Tras encontrar una referencia en el Diario del Che en la Sierra Maestra a un editorial de Radio Rebelde en el que Fidel habla de Bastidas, y donde hace un profundo análisis de la libertad de prensa, Páez halló el documento en la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, con anotaciones del Comandante en Jefe al margen.

— En el texto, Fidel alude las circunstancias en que se produce el crimen, caracteriza a Bastidas, trasmite sus condolencias a los ecuatorianos y dice que el periodista, como profesional, merece ser respetado.

Este acto —añadió— también es un homenaje a Fidel Castro, como persona, como político, como jefe guerrillero, que desde entonces ya le estaba poniendo coto a los yanquis.  Y afirmó además: “Nunca serán suficientes las veces que veneremos una vida como la de este periodista ecuatoriano”.

Roberto Bastidas, sobrino de Carlos, agradeció los homenajes a la figura de su tío, mientras Ángela Oramas, viuda del historiador de la prensa cubana Juan Marrero, contó que su esposo, un hombre de pocas palabras (sin contar las escritas), un día, luego de leer un número importante de papeles sobre el periodista también identificado con el seudónimo Atahualpa Recio, levantó los ojos de los pliegos y dijo: “Bastidas hubiera llegado a ser presidente de Ecuador”.

Pírez sugirió hacer una nueva edición, ampliada, de Andanza de Atahualpa Recio. Vida y pasión de un periodista ecuatoriano asesinado en La Habana (Marrero González, J., Editorial Pablo de la Torriente, 2008).

Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, propuso a Roberto Bastidas, en poder de toda la papelería que atesoró Marrero sobre Carlos, presentar el texto ampliado a dicha editorial, y también planteó que el próximo aniversario del asesinato de Bastidas se haga en la Facultad de Comunicación, junto con una exposición fotográfica. “Los jóvenes deben conocer estas historias”, dijo.