Cuando se afecta la sensibilidad y movilidad de la mano, porque se ha comprimido un nervio que pasa por el túnel carpiano (cavidad de forma cilíndrica que atraviesa la muñeca), se dice que el afectado sufre el síndrome (STC) del mismo nombre que la estructura anatómica antes mencionada.
Su incidencia aumenta entre periodistas, escritores, dibujantes, violinistas, pianistas, o quienes adoptan posturas forzadas en teclados de computadoras, manipulan cargas y, en general, fuerzan con frecuencia esa articulación.
Los síntomas del STC también se vinculan a patologías óseas o articulares: artritis, artritis reumatoidea u osteoartritis. Las lesiones de las manos —fracturas, esguinces o torceduras— tienen el mismo efecto sobre dicho túnel. Y no se exceptúa la predisposición congénita a padecer esa enfermedad.
Son señales de su presencia, que varían tanto en su aparición como en su intensidad, el hormigueo en los dedos, especialmente, en el pulgar e índice; adormecimiento de la zona y edema (hinchazón); dificultad para agarrar objetos o cerrar el puño; pérdida de fuerza en la mano y debilidad en los dedos; dolor en la muñeca, palma de la mano y antebrazo. A veces, el incremento de estos síntomas es nocturno.
El STC puede presentarse en las dos manos y a medida que progresa, los músculos tienden a atrofiarse, sobre todo, en la base del pulgar. De modo que se recomienda no retrasar la visita al médico, pues el diagnóstico temprano detiene el avance de la enfermedad y evita lesiones irreversibles del nervio mediano.
Hay ejercicios que ayudan a identificar el diagnóstico: doblar hacia abajo la muñeca y flexionarla al máximo con el brazo estirado durante un minuto. En esa posición el paciente sentirá percutir en el centro de la articulación y en su cara palmar y también calambres en los dedos, similares a una descarga eléctrica.
La confirmación del padecimiento se logra con electrofisiología o la realización de un estudio mediante electrodos colocados en la mano y los dedos. Así es posible registrar la velocidad de conducción eléctrica del nervio, y determinar, además, el grado de la compresión y afectación de las fibras sensitivas y/o motoras.
Aplicar frío local produce alivio en casos leves. Pero, solo la cirugía logra la descompresión del túnel carpiano, para casos en que los síntomas duran al menos seis meses y no han respondido a fármacos u otros intentos como la acupuntura, de eficacia no comprobada en estos casos. Según algunos especialistas, solo el yoga suele reducir el dolor.
En cuanto a la intervención quirúrgica, se realiza con anestesia local y es sencilla y ambulatoria. El dolor desaparece enseguida, aunque puede quedar cierta rigidez a nivel de la incisión, para lo que se orienta fisioterapia restauradora de fuerza y movilidad de la muñeca.
Si de prevención se trata, es aconsejable utilizar muñequeras, realizar pausas en el trabajo, hacer ejercicios de estiramientos con las manos y dedos, rotar en distintas actividades. Recomendación directa para apasionados de su profesión como violinistas, pianistas, remeros, y entre una infinita diversidad de oficios, los “adictos” a la computación.