Aunque muchos imaginaron que, después de un largo período inmersa en la solución de indeclinables problemas familiares, a la colega Iraida Hernández Prado le costaría trabajo retomar el paso, su Primer premio y la Mención especial que acaba de merecer en concurso nacional convocado por la Asociación Cubana de Limitados Físicos y Motores (ACLIFIM) confirma que su reinserción, a tiempo completo, puede ser tan útil para ella como para el periódico Invasor, de Ciego de Ávila.
Más motivada que sorprendida por ese resultado, Iraida vuelve a constatar cuán importante es no solo responder a una convocatoria así, sino también hacerlo sobre la base de una buena selección de materiales, al estilo del comentario titulado Barreras mentales (mención) y de la premiada entrevista Por un mundo sin barreras, realizada a Julia Ferrás, presidenta de la ACLIFIM en la provincia.
Vinculada a Invasor desde que egresó de la universidad en 1987, nuestra colega ha incursionado en terrenos como los de la agricultura, el cooperativo campesino, organizaciones de masas y de carácter no gubernamental, cultura y deporte, preferido este último junto a los asuntos económicos y a los relacionados con los Cinco Héroes antiterroristas cubanos, cuyo tratamiento le fue reconocido, en su momento.
Felicitada por lectores y amigos, Iraida “carga sus baterías” ahora para ir recuperando de forma progresiva el paso en el ejercicio de un periodismo que demanda cada vez más rigor, profundidad, compromiso con la verdad y vínculo con los lectores.
Por ello, no es iluso que “caliente motores” también para lanzarse, en fraterna y noble aspiración, “contra” quienes aspiran cada año a conquistar la cima de concursos como el Primero de Mayo, al que ella le desprendió honroso primer lugar en el año 2005, entre otros éxitos.
En fin, que si meritorio fue el modo en que asumió el rol familiar que no pocas personas encargan –y cargan- al Estado, en la atención a una anciana enferma, sola y desvalida, no menos loable es el ímpetu con que está retornando a la rutina cotidiana del periódico, después de una etapa en la que tal vez ella misma necesitaba tanto cuidado como el que ofrecía.
Felicidades a Iraida, de quien conozco talento e incansable voluntad de trabajo, al colectivo de Invasor por tantos premios que reciben sus integrantes, y a Pastor, por la sensibilidad para destacar los méritos de una colega.