María Grant
Tanto nos quejamos de la poca calidad de la programación sabatina nocturna de la televisión cubana que, por eso, creo justo elogiar la propuesta del Canal Cubavisión del reciente sábado 19 de enero, cuando propició que la teleaudiencia asistiera desde sus hogares al concierto del pianista Frank Fernández, ofrecido 11 días atrás en la hermosa, pero inaccesible para muchos, Plaza de Armas de la Fortaleza San Carlos de La Cabaña, y nada más ni nada menos que a las 8:30 de la noche.
La retransmisión televisiva también aconteció a la misma hora de aquel 8 de enero, sólo que ahora no habría dificultades de transporte público para el traslado hacia el otro lado de la Bahía, ni el peligro de desandar por calles poco alumbradas o por zonas capitalinas, con vías llenas de amenazantes huecos y aceras irregulares…
Se cumplía así el deseo de muchas personas, yo incluida, que reveló una lectora de Cubadebate identificada con el nombre de Patricia, quien el 10 de enero en un comentario escribió: «Frank eres un genio, y ojalá que este concierto lo transmitan por televisión, para poder disfrutarlo en casa, con una taza de rico café».
Es reconfortante que este medio masivo de comunicación ofrezca en relativo poco tiempo de acontecido un espectáculo al que tampoco, por obvias razones, consiguieron asistir cubanos residentes en el resto del país, y que resultó un canto a los valores de la cubanía y a no olvidar hechos de la historia como al que estuvo dedicado: la entrada triunfal a La Habana el 8 de enero de 1959 del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Cómo, si no, pueden asumirse las magistrales interpretaciones de Frank de piezas tan emblemáticas para la cultura nacional como La Bayamesa, de Sindo Garay; La bella cubana, de José White; Habanera tú, de Sánchez de Fuentes y La Comparsa de Ernesto Lecuona.
También están en esta cuerda emotiva las ejecuciones de obras suyas, verdaderos homenajes a epopeyas más recientes como la música compuesta para series fílmicas, incluida «La gran rebelión» (1982) del cineasta Jorge Fuentes, que relata la historia de vida de un combatiente del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra que, transcurrido el tiempo, continúa su carrera militar hasta alcanzar el grado de General, para años más tarde cumplir misión internacionalista en África.
Como colofón, tras la actuación de Frank y sus invitados en San Carlos de La Cabaña, pudimos ver ahora desde casa, la exhibición en grandes pantallas de un fragmento del documental que recoge parte de la ceremonia por el aniversario 40 del triunfo de la Revolución Cubana, celebrada el primero de enero de 1999 en el Parque Céspedes de Santiago de Cuba, donde Frank estrenó Oda a la Patria, pieza inspirada en Fidel.
Igualmente plausible de encomiar en este concierto fue el gesto del Maestro de invitar para acompañarlo en composiciones suyas especialmente hechas para medios audiovisuales, a artistas de la talla del barítono Ulises Aquino, así como a los jóvenes virtuosos Laura Anzorena, Braulio Labañino, Maylin Sevilla, Lisbet Sevilla y Mara Navas, estos cuatro últimos en violines y chelos.
Y una razón más para agradecer a la televisión cubana la retransmisión el reciente sábado 19 de enero de este concierto es que, de esta manera, el prestigioso pianista inició las celebraciones por sus 60 años de vida artística y se unió a los festejos por el 500 aniversario de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana, el venidero 16 de noviembre.
¡Gracias!