Por Heidy González Cabrera
Puede que alguien ponga en dudas la existencia de la intuición, pero los periodistas saben que, en más de una ocasión, ha sido nuestra aliada.
Todos guardamos experiencias que obligan a tomar una decisión, y es cuando el instinto indica el rumbo apropiado. Incluso, hasta invade el desconcierto al comprobar que se acertó en la elección. Ante esas casualidades, nuestros abuelos exclamaban: ¡Tuve una corazonada!
Otros más actuales, afirman con convicción: ¡Yo lo sabía!
Como esas señales de la conciencia se producen espontáneamente y no parecen obedecer a nuestra voluntad, las olvidamos sin darle importancia, considerándolo pura casualidad.
Por supuesto, hay una explicación científica, sobre todo, al abordar el aspecto referido a la base fisiológica de la “intuición femenina” justificada con la mayor actividad y desarrollo del hemisferio derecho del cerebro, porque las féminas enfrentan los mismos sucesos que los hombres, pero lo hacen de forma diferente.
La sabiduría intuitiva es una capacidad humana normal y resulta muy conveniente cultivarla. Ni que decir, para escoger una buena entrevista, o con el lente, seleccionar un paisaje incomparable.
Es factible activar este talento y no subestimarlo, más bien, aplicarlo en la vida cotidiana. Pero, mejor aún resulta, si tenemos en cuenta la dinámica en que vivimos y la imprevisible carga de acontecimientos.
Los psicólogos recomiendan no solo confiar, sino ejercitar las capacidades intuitivas como un apoyo para preservarse. Señalan, además, que solo con reconocer y admitir esa facultad, se habrá dado el primer paso hacia el desarrollo de aspectos olvidados de la vida o que no se tomaron en cuenta.
Para reconocer los principales aliados de la intuición, basta tener en cuenta estos factores:
– Diversifica la atención. Atención selectiva. No te fijes solo en aquello que está en consonancia con tus intereses del momento. Abre el abanico de las posibilidades.
-Atiende a lo que te rodea. La información necesaria puede llegar del lugar más insospechado.
-La imaginación es un arma para crear. Utilízala.
-No es necesario el afán de controlarlo todo, porque bloqueas la intuición.
–Ah… y una regla de oro: Acepta la ambigüedad, la paradoja y la incertidumbre. Te llevan a pensar, analizar, y devienen caldo de cultivo favorito de la intuición.
Y para los más escépticos en aceptar la intuición como alerta de la conciencia, les recuerdo que constituye un arma para la investigación.
Ha sido motor impulsor de grandes descubrimientos, científicos, policíacos, y de toda índole. La lógica es útil para comprobar que lo sospechado era cierto.