Hasta ahora, la reacción pública y política en los EEUU ante las graves fechorías de Facebook ha sido sorprendentemente silenciosa. Eso está a punto de cambiar. Las movidas para expulsar al liderazgo de la compañía, Mark Zuckerberg y Sheryl Sandberg, de repente parecen muy serias.
Desde la primavera pasada, cuando The Observer, The Guardian y The New York Times revelaron que Facebook había compartido datos de usuarios con Cambridge Analytica, no ha transcurrido un mes sin la revelación de un nuevo escándalo en Facebook. Ha habido incidentes e historias previas revelaron la violación de la privacidad de los usuarios de la red social, pero nada comparado con la escala de lo revelado por una nueva investigación del New York Times publicada el martes.
“Los datos personales son el petróleo del Siglo XXI”, dice el diario. Todas las empresas dedicadas a la venta de productos pueden encontrar una gran cantidad de información específica sobre posibles clientes si logran recopilar y refinar los datos correctos. Las empresas de EEUU gastarán unos 20 mil millones de dólares en 2018 para adquirir y procesar datos de los usuarios, de acuerdo con el Interactive Advertising Bureau.
Juntos, los dos gigantes tecnológicos, Google y Facebook recopilan más datos personales que nadie, lo que les ha permitido crecer a un ritmo implacable y apropiarse de miles de millones en publicidad. Son monopolios de datos, fideicomisos mucho más grandes que los que Teddy Roosevelt intervino cuando fue presidente a fines del siglo pasado. Debido a que cada uno de sus 2,2 mil millones de usuarios tiene una red de amigos, Facebook ofrece un potencial virtualmente ilimitado para la publicidad y las ventas al consumidor.
En Europa, se han realizado esfuerzos mucho más serios para regular a los gigantes de la tecnología y Facebook realmente ha estado perdiendo millones de usuarios debido a su incapacidad para proteger la privacidad.
Facebook ya fue sancionada en el Reino Unido, donde se le impuso una multa de 625 000 dólares. Sin embargo la compañía logró frenarla en los tribunales. Anteriormente, la empresa se negó a que Zuckerberg testificara ante legisladores británicos y de otros ocho países que están investigando el caso de Cambridge Analytica.
Llamados ante el Congreso en abril para declarar sobre la entrega de datos, Zuckerberg y Sandberg se disculparon y prometieron una mejor vigilancia, pero las audiencias legislativas fueron realmente un pretexto para el espectáculo. A pesar de sus compromisos, no hay un esfuerzo real por parte de los congresistas para regular las plataformas sociales.
El único reinado que le preocupa a Facebook, el negocio, ya ha comenzado a sufrir. Sus acciones ha caído en picada. Sus reclutadores están teniendo más dificultades para atraer a los mejores y más brillantes a 1 Hacker Way (la sede de Facebook en California). Y los usuarios lo están abandonando.
La última investigación devastadora del New York Times reveló la magnitud del intercambio no autorizado de datos privados por parte de Facebook, incluidos los nombres de amigos y el contenido de algunos mensajes, una violación mucho más grande de lo que la compañía ha revelado.
Basado en cientos de documentos internos de la compañía y al menos 50 entrevistas con ex empleados de Facebook, The New York Times expuso un negocio menos conocido pero enormemente rentable, la variedad de alianzas de la red social con al menos 150 otras grandes compañías de tecnología, como Microsoft, Spotify, Yahoo y Amazon, además de empresas telefónicas, fabricantes de autos, medios de comunicación y muchos otros.
“Los registros internos de Facebook revelaron que la compañía tenía acuerdos con más de 60 fabricantes de teléfonos inteligentes, tablets y otros dispositivos… También con algunos gigantes tecnológicos y medios de comunicación.” The New Yok Times
Facebook no quería vender sus datos a otras compañías para no perder el control sobre toda esa información. Pero le dio a sus socios acceso a una gran cantidad de datos sobre prácticamente todos los aspectos de la vida de un usuario. Esto permitió a los socios de Facebook utilizar sus datos para adaptar sus estrategias de consumo más específicas y efectivas. A la vez, la compañía obtuvo datos de múltiples socios para una polémica herramienta de sugerencia de amistad llamada ‘Personas que quizás conozcas’. Introducida en 2008, continúa a pesar de que muchos se han opuesto, desconcertados por el conocimiento que muestra la plataforma de sus relaciones en el mundo real.
Mientras tanto, los usuarios ni se enteraron y muchos creyeron erróneamente que su configuración de privacidad los protegería de este tipo de invasión. De acuerdo con The New York Times, es posible que el programa para socios haya violado el acuerdo de consentimiento de Facebook de 2011 con la Federal Trade Commission (FTC).
Detalles de la demanda
El fiscal general del Distrito de Columbia, Karl Racine, presentó ayer una demanda contra Facebook por permitir que Cambridge Analytica, la consultora política británica vinculada al presidente Trump, accediera a los datos personales de decenas de millones de usuarios sin su permiso. Es el paso más importante de los reguladores estadounidenses para castigar a la compañía por el caso de Cambridge Analytica, y es probable que sigan otras demandas, multas y castigos.
Cambridge Analytica nació como una rama de SCL Group, un grupo de contratistas gubernamental y militar que trabaja en diversos sectores como la investigación de seguridad alimentaria o la lucha contra los narcóticos y las campañas políticas. El grupo fue fundado en Estados Unidos hace más de 25 años y ha estado vinculado a operaciones en el ciberespacio.
Cambridge Analytics, con oficinas en Londres, Washington y Nueva York, fue creada en 2013 con una inversión inicial de 15 millones de dólares, aportados por el republicano Robert Mercer. Steve Bannon, el vicepresidente de la firma, fue de la campaña de Donald Trump para la presidencia de EEUU, y recientemente apoyó al candidato y presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro.
Al comenzar con sus actividades, CA contrató a investigadores de la Universidad de Cambridge entre sus empleados. De ahí surge el nombre: Cambridge Analytica. Utilizaron el resultado de una investigación que aplicaba un cuestionario de personalidad on line y permitía obtener información de Facebook de millones de sus usuarios. Accedieron a la información de 85 millones de estadounidenses.
La demanda del Fiscal Racine, que proporciona un ángulo específico de Washington sobre el escándalo, cita la colaboración de Facebook con el investigador de la Universidad de Cambridge, Aleksandr Kogan, cuya aplicación fue instalada por 852 usuarios de Facebook en el Distrito de Columbia. La aplicación recopiló información personal de 340.000 residentes -más de la mitad de todos los habitantes de la capital de Estados Unidos-, amigos del grupo primario que utilizó la plataforma de Kogan, de acuerdo con la demanda. Posteriormente, los datos fueron vendidos a Cambridge Analytica.
“Esta secuencia de eventos estuvo colmada de fallas en la supervisión y el cumplimiento”, se lee en la demanda. “Después de descubrir la venta incorrecta de los datos de usuarios por parte de Kogan a Cambridge Analytica, Facebook no tomó medidas razonables para proteger la privacidad de sus consumidores al garantizar que los datos se contabilizaron y eliminaron”.
Los seis puntos de la demanda del Fiscal de Columbia
- Engaño a los usuarios sobre la seguridad de sus datos: Facebook aseguró a los usuarios que protegería la privacidad de su información personal y que exigía que las aplicaciones y los desarrolladores externos respetasen la privacidad. Sin embargo, Facebook permitió a Kogan recopilar y vender datos de usuarios que no habían descargado o utilizado la aplicación de Kogan.
- No verificaron correctamente el uso de datos de aplicaciones de terceros: aunque Facebook sabía desde 2014 que Kogan quería descargar la información personal no solo de los usuarios de su aplicación, sino también de los amigos de sus usuarios, Facebook no supervisó ni auditó la aplicación para ver si cumplía con las políticas de Facebook sobre aplicaciones de terceros y datos de usuario.
- Impidieron a los usuarios controlar la configuración de datos de las aplicaciones: Facebook mantuvo una privacidad confusa y ambigua y configuraciones de aplicaciones que dificultaron a los usuarios el control de sus datos compartidos por terceros. En lugar de permitir a los usuarios controlar el acceso a su información en aplicaciones de terceros directamente desde la configuración de privacidad de su página principal, Facebook obligó a los usuarios a desplazarse fuera de su plataforma para la configuración de privacidad de la aplicación de terceros. Esto hizo que a los usuarios les resultara más difícil darse cuenta de que las aplicaciones podrían estar recolectando sus datos.
- No reveló la brecha abierta por Cambridge Analytica durante más de dos años: Facebook descubrió por primera vez en 2015 que Cambridge Analytica había obtenido millones de datos de los usuarios. La empresa llevó a cabo una investigación preliminar y confirmó que los datos se habían recopilado de forma incorrecta y luego se habían vendido a Cambridge Analytica. Sin embargo, Facebook no informó a los usuarios afectados hasta 2018.
- No se aseguró de que los datos obtenidos de forma incorrecta fueran eliminados: incluso después de confirmar que los datos de los usuarios se habían recopilado de manera incorrecta, Facebook no se preocupó por saber qué había hecho Cambridge Analytica con los datos. No solo se desentendieron, sino que el personal de Facebook colaboró con la campaña Trump y otras campañas, trabajando junto con el personal de Cambridge Analytica para usar los datos para dirigirse a los votantes.
- No informaron a los usuarios que algunas compañías podrían anular la configuración de privacidad de datos: Facebook tampoco informó a los usuarios que otorgó a ciertas compañías, muchas de las cuales eran fabricantes de dispositivos móviles, permisos especiales que les permitían acceder a los datos y anular las configuraciones de privacidad del usuario.
(Dominio Cuba, con información de The New York Times)