Por: Mayte Madruga Hernández
Fernando Birri, presencia ineluctable en esta edición 40 del Festival, puso sus alas enormes en un encuentro/panel/conversación, celebrado la mañana del 13 de diciembre con él y para él, en la sala Taganana del Hotel Nacional.
Los interlocutores Teresa Díaz, Alquimia Peña, Dolores (Lola) Calviño, Enrique (Kiki) Álvarez, Susana Molina y Jorge Iglesias dieron comienzo a la cita con la proyección de un mensaje de Carmen Pabio Birri, viuda del cineasta, en el que rememora la obra de Birri y la fundación de la escuela. El mensaje, filmado por Luis Ernesto Doñas egresado de la Escuela, fue el inicio de esta cita en la cual “no pretendemos hacerle a Birri un homenaje porque sería algo póstumo, y nosotros queremos mantener con él una conversación”, indicó Susana Molina, directora actual de la EICTV.
Seguidamente se anunció que la Escuela acaba de instaurar un premio con el nombre del director para reconocer a las instituciones que aportan al cine. El primer premiado será el Festival de Cine de La Habana. El galardón será entregado la noche del viernes 14 de diciembre en la clausura del Festival.
Por su parte, Alquimia Peña, directora de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, rememoró sobre la relación de Carmen y Fernando. Además del trabajo de Birri para el movimiento del cine latinoamericano que produjo Festivales como el de Viña del mar en Chile.
Lola recordó cómo Birri la invitó a trabajar en la EICTV. “La experiencia de la Escuela fue la continuidad de lo que había aprendido en el ICAIC, por eso es importante que la escuela permanezca en este territorio que es América Latina cuyo país más cercano es Cuba”.
Otra cosa que aprendí de Fernando es que la palabra prohibido está prohibida. Otro de los valores fue el diálogo, comentó Calviño.
Además, leyó un fragmento de las palabras pronunciadas por Birri cuando Fidel Castro le entregó la orden Félix Varela, en las que el presidente cubano le dijo: te pareces a Sandino, y él le contestó son sus ojos, Comandante.
Para Teresa Díaz, el Birri que ella conoció no es el cineasta propiamente dicho. “ Nuestra relación comenzó con la fundación del sindicato de los trabajadores en la Escuela, del cual él estaba muy pendiente. Él comenzó a escribir el guion del filme Un señor muy viejo con unas alas enormes y me pidió que lo transcribiera, y yo transcribía y él cambiaba.”
La relación de ambos se extendió hasta la familia, agregó Díaz, quien también comentó sobre el último trabajo juntos, un libro titulado Memorias de San Tranquilino, el cual la Escuela preparó una versión en digital.
Jorge Iglesias se refirió al Birri cineasta. “Él fue un cineasta necesario. Es un tipo de artista que independientemente de lo que podamos pensar de sus películas, él va abriendo ventanas en una casa que se encuentra cerrada. Tenía madera de fundador y en ese sentido fue aportador de muchas oportunidades y posibilidades para el cine”.
Birri se dedicó a vivir como una persona que siempre está comenzando, opinó el profesor de la EICTV. “Lo que decía Birri se podía imprimir”, dijo el panelista, refiriéndose a la capacidad de palabra y oratoria del santafecino. “La escuela es una de las grandes creaciones de Birri”, afirmó Iglesias.
El panel estuvo ambientado con las fotos del egresado Nicolás Ordoñez, quien también presentó una expo homenaje a Birri en el Pabellón Cuba, como parte de las actividades de este Festival.
“Birri, una rosa, dos monedas y un catalejo”, fue el cuento que Kiki Álvarez leyó rememorando su último encuentro con el cineasta, donde lo definió como la columna vertebral de eso que se llama “eicetevianos”.
Lo que empieza con Birri termina con él, así el panel finalizó con el mensaje que el creador de la “utopía del ojo y la oreja”, le mandara a su mayor creación, en su trigésimo aniversario.
(Tomado de http://habanafilmfestival.com)